Cristóbal de Haro, prestamista de los Reyes Católicos y de Carlos I, fue armador, promotor y financiero de la expedición de Magallanes, espía y hombre de confianza del Emperador

El burgalés Cristóbal de Haro , nacido en el siglo XV en una familia de mercaderes de judeoconversos con sedes en distintas ciudades europeas, fue comerciante, prestamista de los Reyes Católicos y de Carlos I, armador, promotor y financiero de la expedición de Magallanes, espía y hombre de confianza del Emperador, regidor de Burgos y factor de la Casa de Contratación de la Especiería de la Coruña y traficante de esclavos africanos.
En 1505, al calor de los negocios de las especias procedentes de las colonias portuguesas de las de África y del océano Indico, Cristóbal se estableció en Lisboa donde comerciaba con productos que después enviaba a Castilla, Flandes e Inglaterra donde su red familiar se dedicaba a revenderlos con grandes beneficios.
La familia Haro procedía de Burgos, por entonces la ciudad más muy importante en el comercio de exportación de la lana merina de Castilla a los actuales países Bajos.
El padre de Cristóbal fue un mercader converso llamado Juan Rodríguez de Haro.
Los Haros crearon una red de sucursales por toda Europa. Hacía 1500, un hermano de Cristóbal, Diego, fue enviado a Flandes donde representó los intereses de la familia ante los comerciantes y ante la corte de los Duques Borgoña, padres del futuro emperador Carlos I de España.
Casado con una flamenca, a su vez casó a una de sus hijas con Maximilian von Siebenbürgen (conocido en Castilla como Maximiliano Transilvano). Maximiliano fue cortesano de la corte de Carlos I y el redactor del informe De Molucci Insulis, primer relato de la Primera Vuelta al Mundo, vuelta al mundo que fue promovida y financiada por Cristóbal de Haro.
Cristóbal se hizo rico traficando las especias que compraba en Portugal y revendía en Castilla y en toda Europa usando su red comercial. Por esta época, estableció relaciones con los grandes banqueros alemanes: los Fuggar (Fúcar) y los Welser (Bélzar) con los que comerció en toda Europa. Ambos banqueros fueron los grandes prestamistas del emperador Carlos I.
Durante su estancia en Portugal, Cristóbal armó, junto a otro socio, una expedición al mando de Diogo Ribeiro en busca del paso del sur que permitiría acceder a los territorios asiáticos en poder de Portugal navegando hacia occidente, esta expedición descubrió el Rio de la Plata en 1515.
Las divergencias con la Corte portuguesa comenzaron con concesión de una patente para el tráfico de esclavos desde Guinea que no le fue adjudicada lo que derivó en una pérdida de la confianza mutua entre el rey Manual I y Cristóbal. Continuó con la no indemnización por el Rey de las pérdidas producidas por el hundimiento de un buque negrero, de un hermano de Cristóbal, por un corsario portugués. Además, el ambiente cambió en Lisboa, ya no eran apreciados los comerciantes castellanos, lo que hizo que, en 1517, Cristóbal decidiera abandonar Portugal para volver a instalarse en España donde llegó a estar muy vinculado con los intereses de Carlos I.
La experiencia y los conocimientos adquiridos en la organización de expediciones en Portugal le llevó a proyectar una expedición, junto a Magallanes, para buscar el paso del Sur entre los dos Océanos, el Atlántico y el Pacífico. Expedición a la que contribuyó a financiar en 1519.
Cuando la única nave que regresó de le expedición después de la vuelta al Mundo, en 1522, mandada por Sebastián el Cano y cargada de especias, el emperador Carlos I ordenó que todas las especias que traía se las entregasen a Cristóbal de Haro.
A la vista de lo provechoso del viaje y de la importancia que tenía el controlar el comercio de las especias, el Emperador ordenó crear en La Coruña la Casa de Contratación de la Especiería a finales de 1522 y nombró Factor de ella a Cristóbal de Haro.
Los problemas surgidos con Portugal para la determinación de los territorios asiáticos entre los dos países de acuerdo con el contra meridiano definido por el Tratado de Tordesillas, junto a la necesidad de dinero del Emperador para llevar a cabo su política europea, hizo que éste decidiera vender sus derechos sobre las islas de las especias a Portugal en 1529, dando fin a la Casa de Contratación de la Coruña.
Cristóbal organizó y financió varias expediciones orientadas a encontrar el paso entre los océanos, entre ellas las expediciones de: Gil González Dávila y Andrés Niño en 1519 para la exploración de las costas centroamericana; Esteban Gómez en 1524 en busca del famoso paso del Noroeste; García Jofre de Loaysa y Juan Sebastián el Cano en 1525 quienes siguiendo la ruta de Magallanes llegaron a las Molucas; y la Diego García de Moguer en 1526, también destinada arribar a las islas de las especias.
Cristóbal, además, fue prestamista del Emperador, ya sea solo o en unión de los Fúcar; informador y espía de Carlos I.
Cristóbal fue un hombre con una gran influencia política en la Corte.
Obtuvo una concesión para la trata de negros como parte del pago de una deuda de la Corona.
Fue regidor de Burgos desde 1533.
Murió en Burgos en 1541 y está enterrado en la Iglesia de San Lesmes de Burgos junto a su esposa Catalina de Ayala. En ella aparece el escudo de armas que le concedió el rey Carlos I.
Joaquín de la Santa Cinta, autor de «50 héroes españoles olvidados» y “50 mujeres españolas extraordinarias”
Para saber más:
- Diccionario Biográfico. Real Academias de la Historia.
- Cuesta Domingo, Mariano. La Casa de Contratación. Catedrático de la Universidad Complutense.
- Fernández de Navarrete, Martín. Colección de los Viages y Descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde fines del siglo XV. Tomo IV.
- Lenkersdorf, Gudrum. La Carrera por las Especies.