José Luyando Díez, nacido en Guadalajara (México), fue diplomático y secretario de Estado y de Despacho en dos ocasiones (al final de la Cuarta Regencia y durante el Trienio Liberal)
José Luyando fue un marino y diplomático español nacido en Guadalajara (Méjico), en 1773. Desempeñó cargos en la Armada española, fue diplomático y secretario de Estado y de Despacho en dos ocasiones, la primera al final de la Cuarta Regencia y la siguiente durante el Trienio Liberal.
Sus padres fueron Ruperto de Vicente Luyando y María Díez Pueyo de Urriés, ambos miembros de la élite colonial.
Ingresó en la Armada en 1788 como guardiamarina y siguió la carrera militar hasta alcanzar el empleo de capitán de fragata. Navegó por todos los mares europeos y americanos.
De ideología liberal, en diciembre de 1813 fue nombrado secretario de Estado Interino y su mandato continuó hasta el final de la Cuarta Regencia, mayo de 1814.
Le tocó gobernar en una época difícil, inmediatamente después de la terminación de la Guerra de la Independencia. Una vez expulsados los franceses los problemas no estaban resueltos. La guerra había tenido un gran componente de guerrilla, con todo lo que significa esto: descentralización en el mando, luchas internas entre las partidas, luchas entre absolutistas y liberales, etc.
La Constitución de Cádiz no era aceptada en todo el territorio nacional, así en el Norte, en Bilbao y en Navarra, no era reconocida por el guerrillero Espoz y Mina. Los impuestos no se recaudaban, después de estar tantos años sin pagarlos. El empeño del gobierno liberal de cobrarlos puso a las clases populares en su contra facilitando el triunfo del absolutismo y de Fernando VII.
Con la firma del Tratado de Valençay, el 11 de diciembre de 1813, Napoleón reconocía a Fernando VII como rey de España y de las Indias, así como de todos los territorios bajo la soberanía de la familia real española de acuerdo con su situación anterior a la guerra, por lo que los dos países se devolvían las plazas y territorios ocupados. Fernando abandono su prisión en Francia y regresó a España.
El 1 de enero de 1814 las Cortes habían declarado rey de España a Fernando VII, pero no con poder absoluto. La soberanía seguía en manos de las Cortes, por tanto el Tratado no era válido puesto que había sido firmado por el Rey y no por las Cortes que eran quienes detentaban la soberanía. Exigieron que Fernando jurase la Constitución de Cádiz para ser aceptado como soberano.
En su camino hacia Madrid, el Rey pasó por Valencia donde el Capitán General de la Región, general Francisco Xavier Elío, puso al Ejército a disposición del Rey y lo invitó a recuperar todos sus derechos. Elio tuvo el triste honor de ser el general que llevó a cabo el primer Pronunciamiento de la Historia de España, ejemplo que se multiplicó hasta la extenuación a lo largo del siglo XIX y que continuó hasta bien entrado el siglo siguiente.
A principios de mayo solo quedaban dos opciones, que Fernando fuera un rey absoluto o que aceptara la monarquía liberal. El Rey recuperó sus poderes anteriores a la Guerra y, el 4 de mayo, Luyando fue cesado acabando así su primera etapa al mando del Gobierno.
Durante el quinquenio que va desde 1815 a 1820, Luyando fue cónsul general y encargado de Negocios en Marruecos.
Durante su segunda etapa al mando del gobierno del país, fue el último secretario de Estado del Trienio Liberal. Fue nombrado el día 4 de septiembre de 1823 y su mandato duró menos de un mes, hasta el 30 del mismo mes, cuando los liberales fueron completamente derrotados.
Por entonces los liberales españoles estaban cercados en Cádiz por los Cien Mil Hijos de San Luis, el Ejército francés que mandaba el duque de Angulema y que habían sido enviados por el rey francés Luis XVIII en ayuda de los absolutistas españoles.
Aislados, sin medios para continuar con la defensa y sin apoyo del resto del país, el día 30 de septiembre los liberales se rindieron.
El gobierno liberal negoció una amnistía a cambio de la vida del Rey que este aceptó. Fernando salió de la ciudad el día primero de octubre, siendo llevado hasta el Puerto de Santa María donde fue recibido por el Duque de Angulema, representantes de la Regencia y del Gobierno de Madrid. Antes de dejar la ciudad de Cádiz prometió un perdón general, pero, una vez desembarcado, declaró nulo y sin valor el perdón prometido.
Basándose en su falta de libertad durante los años de 1820 a 1823, declaró nulos todos los decretos y leyes publicados durante esos años. Es decir, de un plumazo anuló todo lo hecho durante el Trienio Liberal. Era la segunda vez que tomaba una decisión parecida que hacía desaparecer todo lo legislado en los años anteriores, considerando como si no hubiera existido el periodo transcurrido entre ambas fechas.
Exiliado en Roma, murió en esta ciudad en 1835.
Luyando dejó escritas arias obras sobre navegación y cartografía.
Joaquín de la Santa Cinta, autor de «50 héroes españoles olvidados» y “50 mujeres españolas extraordinarias”
Para saber más:
Diccionario Biográfico. Real Academia de la Historia
De la Santa Cinta, Joaquín. 135 presidentes del Ejecutivo en la Decadencia Española (1788-1902). Biblioteca Online.