Presidentes del Consejo de Ministros durante el Reinado de Amadeo I: el General Francisco Serrano

El mismo día de su proclamación como Rey de España, Amadeo I, nombró como Presidente el Consejo de Ministros al general Francisco Serrano Domínguez, Duque de la Torre y Regente del Reino hasta la proclamación del nuevo Rey.
Durante el reinado de Amadeo I, el general Serrano fue dos veces nombrado Presidente del Consejo de Ministros. La primera vez el mismo día de la proclamación del Rey, el 4 de enero de 1871. Su mandato fue breve, seis meses y veinte días, hasta que se vio obligado a dimitir, el 24 de julio del mismo año, por los ataques de la oposición y la desunión del grupo político que le apoyaba.
Formó un gobierno de conciliación entre los revolucionarios que sustentaban a la nueva monarquía. En el Gobierno estaban: los progresistas de Sagasta, en el Ministerio de Gobernación, y de Ruiz Zorrilla en el Ministerio de Fomento; los demócratas monárquicos con Cristino Martos en el Ministerio de Estado y con el unionista Adelardo López de Ayala en el Ministerio de Ultramar.
Al nuevo Rey, Amadeo I, no le hicieron la vida fácil durante su breve reinado de dos años y dos meses: la inestabilidad y la alternancia constante de los gobiernos (seis Presidentes del Consejo de Ministros); los problemas con la insurrección cubana; el estallido de una nueva guerra carlista, la tercera; la muerte de su valedor, el general Prim, líder del partido progresista sostén de la nueva monarquía; la división del partido progresista tras la muerte de Prim; la oposición de los republicanos, carlistas y alfonsinos que no reconocían su legitimidad; su desconocimiento del idioma español ; el menosprecio y la indiferencia con que era tratado por la aristocracia borbónica que lo veía como un advenedizo; el rechazo de la Iglesia católica por su apoyo a las desamortizaciones y por ser hijo del Rey de Italia que había ocupado los Estados Pontificios; el movimiento obrero y su sangrienta represión; sus problemas con el cuerpo de Artillería y el atentado que sufrió contra su persona le llevaron a decidir su retirada a la embajada de Italia el día 10 de febrero de 1973 desde donde presento su renuncia.
Amadeo I de España, llamado el Rey Caballero, nació en Turín en 1845 y murió en la misma ciudad a los 45 años, en 1890. Segundo hijo de Víctor Manuel II, Rey de Italia de la casa de Saboya, y de María Adelaida de Austria que era bisnieta de Carlos III. Como monarca español reunía todos los requisitos que querían los revolucionarios del 68, es decir, era hijo del Rey de Italia, procedía de una antigua familia con vinculación española, era progresista, bautizado católico y masón.
La primera misión del Gobierno del general Serrano fue preparar las primeras elecciones de la Nueva Monarquía con el objetivo de obtener una nueva y cómoda mayoría gubernamental.
Primeramente, promulgó una nueva ley electoral donde se volvía al sistema del partido moderado con distritos electorales distintos a las provincias. Éste sistema, antagónico con el defendido hasta entonces por los progresistas y contrario al empleado en las elecciones a las Cortes Constituyentes de 1869, permitía al Gobierno ejercer más control en las zonas rurales y así poder cumplir el objetivo propuesto.
Las elecciones a Cortes ordinarias se convocaron el 12 de febrero y el 1 de abril para Senadores y Diputados en Puerto Rico. Las elecciones se celebraron la primera quincena de marzo y las nuevas Cortes iniciaron sus sesiones el día 3 de Abril de 1871.
La coalición gubernamental cumplió su objetivo, obtuvo una clara mayoría de 235 escaños, los republicanos 52, los carlista 51, los moderados 18, los unionistas de Ríos Rosas 7 y los alfonsinos 9. Los 137 diputados de la oposición, en clara minoría, tenían una gran influencia en las Cortes debido a la debilidad de la coalición gubernamental.
El 18 marzo de 1871 había estallado la Comuna de París. Era un movimiento insurreccional que gobernó Paris, hasta el 28 de mayo del mismo año, instaurando un proyecto político popular semejante al anarquismo o al comunismo.
Después de la derrota de Napoleón III en la Guerra Franco- Prusiana, Paris fue sitiado por los prusianos durante más de cuatro meses. Los prusianos entraron en Paris para retirarse inmediatamente después de la proclamación como Emperador de Alemania de Guillermo I en el Palacio de Versalles. Napoleón III, prisionero de los prusianos desde la batalla de Sedán, el 2 de septiembre del año anterior, fue depuesto por la Tercera República Francesa. El gobierno provisional de la República se instaló en Versalles después de la retirada de los prusianos y el vacío de poder en París fue ocupado por la Comuna, el ayuntamiento de Paris. La Comuna promulgó una serie de decretos revolucionarios como: la autogestión de las fábricas, la creación de guarderías para hijos de obreras, la laicidad del Estado, la remisión de alquileres impagados, la abolición de los intereses de deudas, etc.
La Comuna fue reprimida con extrema dureza por el Gobierno provisional de la República con un balance final de unos 10.000 muertos.
La Comuna fue un acontecimiento con gran repercusión internacional que provocó una psicosis de terror en los conservadores y en las derechas de Europa.
Una de las primeras reacciones en España fue la prohibición de las huelgas y de la propaganda subversiva.
La Comuna de Paris contribuyó a hacer más honda la separación entre el movimiento obrero y la ideología republicana. Para los internacionalistas de la Comuna, lo sucedido en Paris era la demostración palpable de que la burguesía y el proletariado eran clases antagónicas con intereses y fines opuestos. Para la Internacional, si la burguesía republicana francesa asesinaba a los obreros y se oponía a la libertad y el federalismo, la república burguesa era tan enemiga del obrero como la monarquía.
Destruida la aristocracia, habiendo conseguido la clase media su lugar en la sociedad, la clase trabajadora y el proletario no ven, en las prerrogativas y privilegios del capital, otra cosa que la sustitución del feudalismo señorial por el feudalismo del capital. Si la república federal que se quiere establecer en España no sería distinta a la existente en Francia, la respuesta de aquélla no se diferenciaría de la de ésta ante los problemas que presentase la clase obrera.
La coalición que sostenía al Gobierno empezó a resquebrajarse cuando las Cortes iniciaron el desarrollo legislativo de la Constitución del 69. Unos, los unionistas y progresistas de Sagasta pensaban que se debía hacer una política que conservase lo existente, los otros, los demócratas y los progresistas de Ruiz Zorrilla pensaban que la consolidación de lo existente pasaba por hacer reformas sociales, económicas y políticas.
Las discrepancias afectaban a temas como la ley del Jurado, la separación de la Iglesia y el Estado, con la forma de enfocar la solución de los problemas que se iban planteando tales como: la abolición de las quintas, la guerra de Cuba, la abolición de la esclavitud, los conflictos sociales, etc.
Sagasta proponía un sistema para afianzar la monarquía parlamentaria con un partido conservador entorno al general Serrano, formado por los unionistas y un partido progresista liderado por él mismo, el partido liberal, al tiempo que pedía una política implacable contra los enemigos del régimen: los carlistas y los republicanos federales.
Por su parte, Ruiz Zorrilla defendía la alianza entre progresistas y demócratas monárquicos con el objetivo de integrar en la nueva monarquía a los republicanos.
La división de la coalición acabo haciendo dimitir al general Serrano. El 15 de julio, los ministros demócratas y progresistas radicales dimitieron para poner fin al Gobierno de conciliación con la idea de formar un nuevo gobierno homogéneo. El Presidente del Consejo de Ministros presento su dimisión.
El Rey, aunque partidario de un gobierno de conciliación, se vio obligado a nombrar, el 24 de julio de 1871, a Manuel Ruiz Zorrilla como Presidente del Consejo de Ministros.
Un día después se suspendieron las sesiones de las Cortes, no se reanudarían hasta el 1 de octubre.
Entretanto, la Guerra Larga, la Guerra de los Diez Años, continuaba en Cuba sin que ninguno de los contendientes lograra una acción decisiva. El 15 de enero de 1871, José Julián Martí Pérez, el héroe de la independencia de Cuba, fue deportado a España. Durante su estancia en la península, cursó estudios universitarios en Madrid y Zaragoza obteniendo las licenciaturas en Derecho y en Filosofía. Era hijo de un valenciano y de una canaria.
Joaquín de la Santa Cinta, Ingeniero aeronáutico, economista e historiador