Dos laureados de San Fernando más: El soldado corneta Santos San José y el soldado Juan Espinosa Tudela, muertos en lucha cuerpo a cuerpo contra los rebeldes cubanos
El día 9 salió del pueblo de Minas, situado en la línea férrea de Nuevitas a Puerto-Príncipe, una guerrilla del Batallón de Gerona con fuerzas de ingenieros y del Batallón provisional de Puerto Rico N.º 2. El total de esta fuerza era de 72 hombres al mando del capitán Borrego y del teniente Ardieta. Esta columna iba a forrajear.
Cuando se hallaban en los terrenos del potrero Senado, fue sorprendida por una partida de 800 hombres, aproximadamente, de infantería y caballería, mandados por los cabecillas Rodríguez, alias Maxia, y López Recio. Empezaron los rebeldes por hacer una descarga cerrada sobre los soldados, y después atacaron con el machete. Sorprendidos por el enemigo, la pequeña fuerza formó el cuadro, siendo este desecho a causa de la heterogeneidad del armamento, pues no todos los soldados disponían de bayoneta, y de la gran superioridad de los insurrectos, trabándose entonces el combate personal. A pesar de todo, la resistencia de los españoles fue heroica, causando al enemigo muchas bajas, entre ellas la muerte del cabecilla Oscar Primelles, que gozaba de gran prestigio entre los insurrectos de Camagüey. El soldado Santos San José mató al cabecilla Primelles. A pesar de estar mortalmente herido, el soldado español atravesó al cabecilla de un bayonetazo.
Santos San José era el soldado corneta del Batallón provisional de Puerto Rico N.º 2 y por su acción fue condecorado con la Cruz Laureada de San Fernando y premiado con una pensión anual de 400 pesetas que cobraron sus herederos (Real orden de 11 de junio de 1896, D.O. n.º 129 de 13 de junio de 1896). El corneta San José, que había sido herido de bala, fue intimado por un insurrecto que montado para que se rindiera, y contestó con un bayonetazo, disparando seguidamente su arma y dando muerte al que le había intimado la rendición. Se supo que el insurrecto a quien San José había dado muerte con seguridad de perder la suya propia, como así sucedió llevándola a cabo a machetazos el grupo que acompañaba al muerto, era el cabecilla Oscar Primelles, médico que desempeñaba el cargo de titulado teniente coronel y persona de influencia en la insurrección. Santos San José había nacido en Valladolid.
No obstante, la enérgica defensa de los soldados, la acción fue desastrosa, viéndose arrollados por la inmensa superioridad numérica del enemigo. En el combate murieron el teniente Ardieta y veintidós soldados. Sólo pudieron escapar el capitán Borrego, un sargento y dos guerrilleros, que llegaron al pueble de Minas. Además, resultaron heridos ocho soldado, dos de los cuales murieron poco después de ingresar en el hospital.
El resto de la columna fue apresada por los rebeldes. Poco después de apresarlos y desarmarlos, los rebeldes los dejaron en libertad, presentándose todos ellos a las autoridades de Nuevitas, a excepción de tres guerrilleros. Entre los apresados se hallaban los tenientes Vidal y Mena. Solo retuvieron a un guerrillero cubano al que se supone que fusilaron.
EL cadáver del teniente Ardieta fue conducido a Nuevitas, donde se le dio sepultura, asistiendo a la fúnebre ceremonia numeroso público. Una carta del corresponsal en Nuevitas del periódico La Lucha confirma que fueron muertos los cabecillas insurrectos, Primelles, Eugenio Recio, Caballero y el titulado subteniente Juan Espinosa. Los rebeldes tuvieron nueve heridos, entre ellos el titulado comandante Castellano, el teniente Mendoza y dos individuos de la partida sin graduación. Todos ellos se hallan gravísimos. Los cadáveres de los rebeldes fueron enterrados en la finca llamada América. A un soldado de ingenieros le rompieron de un machetazo el fusil. El soldado cogió el fusil de uno de sus camaradas que había caído herido y mató al rebelde que le había dado el machetazo. Nuestros muertos fueron 30 y todos cayeron al comenzar el combate. El general Serrano Altamira salió a perseguir a los insurrectos. El médico Sr. Loances, que se encontraba en el batey del ingenio Senado, fue obligado por los rebeldes a ir al sitio donde se hallaban los heridos para curarlos, cuando acabó la cura le pusieron en libertad.
En la acción, el soldado del Regimiento de Zapadores Minadores Juan Espinosa Tudela fue condecorado con la Cruz laureada de San Fernando y con una pensión de 400 pesetas (Real orden de 11 de junio de 1896, D.O. n.º 129 de 13 de junio de 1896). Cuando el cuadro fue deshecho y se trabó la lucha personal, a pesar de hallarse aislado de los demás soldados y rodeado de insurrectos, continúo batiéndose al arma blanca, logrando dar muerte al titulado teniente Eugenio Recio, y sin que se rindiera, no obstante, su situación y las intimidaciones que se le hacían, hasta que recibió un machetazo por la espalda quedando herido de gravedad, fue desarmado y hecho prisionero.
Joaquín de la Santa Cinta, Ingeniero aeronáutico, economista e historiador
Para saber más:
- Diario Oficial del Ministerio de la Guerra N.º 129, de fecha 13 de junio de 1896.
- Diario El Imparcial de 15 de diciembre de 1895.