Pedro Díaz de Toledo, judeoconverso y doctor en Derecho Canónigo y Civil, fue consejero real y uno de los jueces que juzgaron y condenaron a muerte al Condestable Álvaro de Luna

Pero Díaz de Toledo, señor de Olmedilla, fue un judeoconverso doctor en Derecho Canónigo y Civil que ocupó cargos relevantes en la Corte del rey Enrique IV, escritor y traductor, que realizó labores jurídicas en la Corte y a otros prohombres de su época.
Fue uno de los jueces que juzgaron y condenaron a muerte al Condestable Álvaro de Luna. Fue consejero Real.
En algún documento es citado como honrado doctor. Fue un escritor importante del humanismo castellano del siglo XV, el llamado humanismo español.
Nació en Sevilla alrededor de 1410 en el seno de una familia de judeoconversos bien relacionados con la Corte. Su tío, Fernando Díaz de Toledo, era Relator del rey Juan II. El relator era un personaje poderoso en la Corte, un secretario real dentro de la burocracia de la monarquía castellana del siglo XV, encargado de escribir las reales provisiones, las crónicas y la datación de los documentos, así como notario público. Escribió Las Notas del Relator, un compendio de forma y tipología de los documentos notariales de la Castilla de mediados del siglo XV.
El ambiente familiar de juristas leales al rey influyó en el carácter de Pedro. Fue una persona honrada y justa que mantuvo se mantuvo así hasta su muerte, honrado doctor, y que le permitió gozar de la confianza de la Corona y de aquellos otros a los que sirvió.
Durante mucho tiempo fue confundido con su primo homónimo, Pedro Díaz de Toledo y Orvalle, que el obispo de Málaga nombrado a instancia de los Reyes Católicos después de la conquista de la ciudad.
Estudió Leyes, probablemente en la Universidad de Valladolid, y completó sus estudios, años más tarde, en la Universidad de Lérida donde se doctoró en Derecho Civil y Canónico.
Se casó con María de Ávila, el matrimonio tuvo tres hijos.
Como buen miembro da su familia, pronto comenzó a trabajar como letrado al servicio de la Corona.
En 1440 fue nombrado alcalde de las Alzadas (un oficial de la Administración de Justicia que tenía competencias como juez de apelaciones en segundas instancias de los alcaldes). Era un puesto de absoluta confianza del rey Juan II.
Un año más tarde, fue nombrado Oidor de Audiencia (miembro de las reales audiencias, que actuaban como delegado del rey en la administración de justicia).
Por las mismas fechas, también fue nombrado Referendario, escribanos de cámara, grupo burocrático más elitista y eficaz de la administración regia castellana del siglo XV.
En 1446 realizó trabajos jurídicos para el Marqués de Santillana, Iñigo López de Mendoza, sin abandonar sus lazos con la Corte.
En 1448 fue nombrado alcalde Mayor del príncipe Enrique.
Fue uno de los jueces que juzgó, y condenó a muerte, al condestable y valido del rey Juan II, Álvaro de Luna, en 1453. Un año más tarde entró a formar parte de Consejo Real.
Durante el reinado de Enrique IV, su trabajo como negociador de la paz con Navarra y Aragón le valieron el título de Señor de Olmedilla.
Como traductor, realizó traducciones de obras latinas dedicadas al Rey y a los principales señores de su tiempo.
Tradujo obras que sirvieron para la educación del príncipe, futuro Enrique IV, y para la biblioteca del Marqués de Santillana.
Su obra jurídica más importante fue El Enchiridon, obra en la que invirtió muchos años en escribirla. Es un tipo de compendio del Derecho, amplio, minuciosamente documentado y preciso, un diccionario de conceptos de derecho civil y canónico.
Sus obras literarias, además de las traducciones a las que hemos hecho referencia, consisten en glosas en prosa y pequeñas obras dedicadas a sus amigos y protectores como: el Marqués de Santillana, Gómez Manrique o el Conde de Alba de Tormes, entre otros.
En sus últimos años de vida estuvo al servicio de Alfonso Carrillo, arzobispo de Toledo.
Pedro Díaz murió en 1466 y está enterrado, junto a su esposa, en la capilla mayor de la iglesia de Santa María, la de San Juan de los Caballeros, en Alcalá de Henares.
Joaquín de la Santa Cinta, autor de «50 héroes españoles olvidados» y “50 mujeres españolas extraordinarias”
(Fotografía: Colecta para sepultar el cadáver de don Álvaro de Luna, de José María Rodríguez de Losada. 1866. (Palacio del Senado de España, Madrid).
Para saber más:
- Diccionario Biográfico. Real Academia de la Historia.
- Herrero Prado, José Luis. Pero Díaz de Toledo, Señor de Olmedilla.
- Herrero Prado, José Luis. El Enquiridón de Pero Díaz de Toledo.
- Cañas Gálvez, Francisco de Paula. La diplomacia castellana durante el reinado de Juan II: La participación de los letrados de la Cancillería Real en las embajadas regias. UCM. Anuarios de Estudios Medievales.