Gonzalo Guerrero, el marinero español que llegó a integrarse tanto con los mayas que, aparte de adaptarse a ellos, llegó a ser cacique y declinó unirse a la expedición de Hernán Cortés
Según Bernal Díaz del Castillo Gonzalo Guerrero “nacido en torno a 1470, era hombre de mar, natural de Palos”.
Nada se sabe de su historia anterior a 1511. Ese año, formaba parte de la tripulación de la carabela mandada por un tal Juan de Valdivia que viajaba desde el territorio del Darién a Santo Domingo.
Llevaban noticias para el gobernador sobre los acontecimiento que estaban ocurriendo en el territorio, informarle del descubrimiento del Mar del Sur, entregarle el quito real por un importe de 15.000 pesos y solicitarle un refuerzo de mil hombre, armas y bastimentos.
La carabela fue desviada de su ruta por una tormenta y dio de través en unos bajos cerca de Jamaica llamados de Las Víboras.
Los náufragos, unos veinte hombre, embarcaron en el batel sin agua ni bastimentos, a meced de las olas y las corrientes que los arrastraron durante trece días hasta las costas de Yucatán. La mitad de ellos murieron en el camino y los supervivientes fueron apresados por los mayas y encerrados en unas jaulas de madera.
Los mayas tenían un odio implacable a todo aquello que fuera extraño a su tierra. El extranjero era, solo por hecho de serlo, condenado a muerte o a una esclavitud perpetua.
Pocos días más tarde fueron sacados de la jaula Valdivia y otros cuatro. Fueron asesinados y con sus cuerpos hicieron un banquete. El retos de náufragos decidieron romper la jaulas y huir antes de exponerse a sufrir el triste destino de sus compañeros.
Una noche escaparon a la selva para, poco después, ser capturaos por otro cacique que decidió mantenerlos como esclavos.
La clase de trabajos que estaban obligados a hacer, el clima y la desesperación hizo que fueran muriendo todos excepto dos de ellos: Jerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero.
Guerrero, cuando comprendió que no podría salvarse de su cautiverio, decidió a adaptarse a su situación comenzando por aprender el idioma.
Jerónimo había estudiado para sacerdote y, solo aspiraba a ser ordenado, confiaba en ser rescatado y volver a Santo Domingo.
Guerrero pasó a ser esclavo de otro cacique. Poco más tarde pidió servir en el ejército de su nuevo amo y su petición fue aceptada.
En las guerras contra otros caciques, Guerrero se mostró como un gran guerrero, fue tal la habilidad y destreza que mostró en las batallas que fue liberado. Era un guerrero nato y fue ascendido en el ejército.
Enseñó a los nativos a combatir en el estilo europeo y a construir fuertes y bastiones. Llegó a casarse con una hija del jefe con la que tuvo hijos.
Para demostrar su valor y su mando, adoptó las costumbres indias: se tatuó, perforó las orejas y se dejó el pelo al estilo de los nativos, solo se distinguía de estos por su espesa barba.
Cuando en 1519 Cortés navegaba por las costas de Yucatán tuvo conocimiento por algunos indígenas de la existencia de dos españoles supervivientes de un naufragio en poder de los indios. Al mismo tiempo, los dos supervivientes recibieron noticias de que había unos hombres blanco que había desembarcado en las costas lo que devolvió la esperanza a Aguilar de volver a la civilización.
Cortés, necesitado de intérpretes con los nativos, envió, a través de indios amigos, unas cartas rogándoles a ambos que volvieran con los españoles y se incorporarán a su expedición, además, enviaban cuentas de vidrio para pagar su rescate.
Aguilar consiguió su libertad y se dirigió en busca de Guerrero para reunirse a él e ir ambos en busca de los españoles.
Pero Gurrero estaba totalmente integrado en la tribu, había adoptado sus costumbre, tenía la cara tatuada, tenía la nariz, el labio y los lóbulos de las orejas perforados, además de tener esposa y tres hijos. En palabras de Bernal Díaz del Castillo, su respuesta a Aguilar fue: “Hermano Aguilar, yo soy casado y tengo tres hijos, y tienenme por cacique y capitán cuando hay guerra. Id vos con Dios, que yo tengo labrada la cara y horadadas las orejas. ¿Qué dirán de mí cuando me vean esos españoles ir de esta manera? Y ya veis estos mis hijicos cuán bonicos son”.
Es posible que Guerrero ya habría luchado contra los españoles unos años antes, cuando se produjeron los primeros intentos de conquista del Yucatán por las expediciones de Hernández de Córdoba (1517) y Juan de Grijalva (en 1518) y temiera las consecuencias de ello
A partir de ese momento Guerrero fue considerado un traidor, un renegado.
Su historia habría desaparecido como la de otros tantos sino hubiera sido por los años de lucha que fueron necesarios para conquistar Yucatán.
Enseño a los mayas a combatir contra los españoles, a fortificar sus ciudades y luchó contra las expediciones de conquista del Yucatán llevadas a cabo por Francisco de Montejo, cuyos fracasos y problemas siempre fueron achacado a Guerrero. La conquista duró 20 años.
En 1536, Gurrero acudió a Honduras en ayuda del cacique Cicumba que estaba siendo atacado por los españoles. Combatiendo, recibió un tiro de arcabuz que le causó la muerte. Un informe del gobernador de Honduras dice que en el campo de batalla había sido encontrado el cadáver de un hombre vestido a la manera maya, pero con una gran barba.
Guerrero, el traidor renegado para los españoles, es considerado un mártir para los mejicanos y el padre del mestizaje.
Tiene una estatua en el paseo de Montejo de la ciudad de Mérida en la península de Yucatán (Méjico).
Joaquín de la Santa Cinta, Autor de «50 héroes españoles olvidados»
Para saber más:
- Díaz del Castillo, Bernal. Historia verdadera de la conquista de Nueva España
- Ancona, Eligio. Historia de Yucatán desde la época más remota hasta nuestros días.
- De Landa, Fry Diego. Relación de las cosas de Yucatán.
- Real Academia de la Historia. Diccionario Biográfico.
- Páramo, Pedro. Los náufragos de Yucatán. Sociedad Geográfica Española.
- Peiró, Claudia. Gonzalo Guerrero, el náufrago español que en 1512 se convirtió en guerrero y jefe maya.