Defensa de las posesiones españolas en el Océano Pacífico. Costas suroeste: La Patagonia chilena. Expedición de Manuel Brizuela en 1750
En plena guerra del Asiento, o de la Oreja de Jenkins (1739-1748), la incursión de la escuadra de Anson en el océano Pacífico hizo que desde la Corte se ordenara al virrey de Perú, José Antonio Manso de Velasco, la organización de la defensa de las costas del virreinato. Éste respondió que no disponía de medios, para la defensa de la costa disponía de una sola fragata, la Esperanza, manifiestamente incapaz de tamaña misión.
Conocido por la Corte española de que se estaba preparando una escuadra inglesa para atacar las costas americanas españolas, se decidió enviar a dos navíos (el Castilla y el Europa) a defender el océano Pacífico. Ambos buques partieron de El Ferrol en octubre de 1747 a las órdenes de Francisco Orozco. Éste llegó a El Callao a finales de 1748, después de reconocer las costas chilenas y no encontrar ninguna flota inglesa es sus aguas, los dos navíos iniciaron su regreso a España a través del Cabo de Hornos un año más tarde.
Ese mismo año se publicó en Londres la versión del viaje de Anson, la escrita por Richard Walter. Dicho libro alarmó a las autoridades de Madrid pues en él pudieron ver la vulnerabilidad de los puertos y ciudades españolas de las costas chilenas. La evidencia de que era posible la permanencia de un navío (el Anna) pasando el invierno de 1741 en el puerto de Inche, en el archipiélago de los Chonos, disparó todas las alarmas.
Su tripulación había sido alimentada por los indígenas durante tres meses y medio y, una vez llegada la primavera, se reunió con el resto de lo que quedaba de la flota de Anson en la isla de Juan Fernández. Esta información era totalmente desconocida hasta entonces tanto en Chiloé como en Madrid.
En el libro se describían las excelencias del puerto de Inche y de la isla de Juan Fernández y se exhortaba a la Corona inglesa a tomar posesión de ellos.
Traducido el libro, fue enviado al virrey del Perú quien ordenó al presidente de Chile, Domingo Ortiz de Rozas, poblar la isla de Juan Fernández y el puerto de Inche.
Desde El Callao se procedió a enviar a la fragata Esperanza para: ocupar el puerto de Inche; hacer sendos fuertes en la isla más grande del archipiélago de Juan Fernández y en el puerto de Inche donde había invernado el navío inglés Anna; reconocer todo el archipiélago de Chonos y permanecer durante tres meses en busca de la fragata inglesa que se suponía había sido enviada a dichas aguas.
En cumplimiento de la orden del virrey, el presidente Ortiz de Rozas ordenó, el 8 de enero de 1750 mientras esperaba la llegada de la fragata Esperanza que había zarpado de El Callao a mediados de enero, al nombrado gobernador de la isla de Juan Fernández, Juan Navarro de Santaella, que se dirigiera a poblar la citada isla.
El 24 de marzo, desembarcaron en la isla los nuevos pobladores y la tropa destinada a la guarnición del fuerte, un total de 225 personas.
En agosto ya estaban construidos los edificios necesarios para el funcionamiento del asentamiento que estaba situado a la orilla del mar.
El 24 de mayo del año siguiente, 1751, un terremoto seguido de un tsunami destruyó totalmente el poblado muriendo el gobernador Santaella y su familia, no obstante, la fortificación fue reconstruida, inmediatamente, en el mismo sitio anterior.
La fragata Esperanza, después de aprovisionarse en Concepción, salió rumbo a Chiloé a mediados de marzo. Al llegar al puerto inglés (como se conocía el puerto de Inche), le informaron que se habían visto barcos al sur de la isla y rumbo al archipiélago de Juan Fernández, ante tales noticias, la fragata viró rumbo a esta última isla sin hacer el reconocimiento del archipiélago de Chonos.
Como la fragata no hizo el reconocimiento de Chonos, el gobernador de Chiloé, Antonio de Santa María, envió a su ayudante Manuel Brizuela con dos piraguas y 35 hombres, entre ellos el alférez de infantería Martín López, al puerto donde habían invernado los ingleses para edificar en él un puesto con varios hombres para que, si llegaban los ingleses, lo vieran ocupado y, luego, a inspeccionar el archipiélago de Guaitecas.
Zarpó de Chacao en marzo de 1750. Llegaron un mes más tarde al puerto donde habían invernado los ingleses nueve años antes y en la misma peña donde estuvo amarrado dejó una cruz y un estandarte de Castilla y León para que, si alguien llegara al puerto, supiera que estaba ocupado.
Siguiendo las instrucciones que llevaba, estudió las condiciones que tenía la isla para ser poblada, pero desistió de hacerlo ya que no encontró en ella con qué construir un refugio ni el lugar tenía buena visibilidad. Ante estos problemas, decidió establecer el poblado en otra isla cercana con mejores condiciones.
Después de construir una casa, tomó posesión de la isla cumpliendo con las ceremonias previstas ara tales eventos. Renunció a hacer otra casa y a invernar en la isla, a pesar de las ordenes que había recibido, por encontrase escaso de batimentos. Para cuidar la casa dejó en la isla al soldado de caballería Pedro Sánchez Navarro y al cacique Diego Layquen. A continuación, inició el regreso, llagando a Chacao el 11 de junio.
De la expedición de Brizuela se informó cumplidamente al presidente y al virrey.
Joaquín de la Santa Cinta, Ingeniero aeronáutico, Economista e Historiador