El cabo de Policía Indígena Buzián Aal-Lal Gatif dio su vida por España, defendiendo con bravura un puesto del ataque rifeños, al mando de cinco soldados (dos muertos y tres heridos)

El cabo (Maud) de las tropas de Policía Indígena de Melilla, Buzián Aal-Lal Gatif se hizo acreedor a la cruz de San Fernando, pensionada con una pensión anual de 400 pesetas (R. O. de 22 de noviembre de 1917, D.O. n.º 264 de 23 de noviembre de 1917), por los méritos que contrajo la noche del 21 al 22 de marzo de 1917 al rechazar la agresión del enemigo al puesto que mandaba en Ifrit Bucherit en la zona de Melilla.
El puesto, guarnecido por el cabo y cinco individuos a sus órdenes, fue atacado la referida noche por gran número de rifeños con fuego de fusil y bombas de mano, defendiéndolo a pesar de la muerte de dos de su tropa y de haber sido heridos los otros tres.
El comportamiento del interesado, en este hecho, mereció la alabanza y el elogio más significado por su entusiasmo, elevado espíritu y ejemplo de heroísmo dado a los indígenas que mandaba, puesto que después de herido, continuó la energía defensa con indomable bravura, realzada con su gloriosa muerte.
El expediente fue instruido a instancias de su madre Mamma ben Tafarján.
Nacido en Beni Bu Ifrur en 1884, por influencia de un tío suyo que servía en la policía indígena, en 1912 ingreso en este cuerpo. En 1915 ascendió a cabo y a final de 1916 fue designado como jefe del destacamento de Ifrit Bucherit al mando de seis policías, en este puesto murió la noche del 21 al 22 de marzo, siendo el primer laureado del Ejército español de origen marroquí. Su religión le impedía ser enterrado en el cementerio de Melilla, por lo que su cuerpo fue entregado a sus familiares para ser sepultado de acuerdo con sus costumbres y religión.
Durante el año 1917, y de acuerdo con la política general decretada por el gobierno para el territorio de la Comandancia de Melilla, empezó un período sin operaciones militares con el objetivo aumentar la pacificación en las comarcas dominadas. Esta política no impidió que se repitieran con frecuencia los ataques y agresiones a los puestos y avanzadillas llevados a cabo por enemigos rebeldes y fanáticos que no solo se dedicaban a atacar a los españoles, sino que también saqueaban a sus propios paisanos desarmados.
El puesto de Ifrit Bucherit era uno de los muchos puestos que cubrían el territorio de la Comandancia de Melilla y que era guarnecido por tropas de la Policía Indígena.
La importancia de lo sucedido fue tenida en tan poca consideración, que no se encuentra la noticia del hecho en ninguno de los periódicos de la fecha y apenas aparece en algunos documentos oficiales salvo en el D. O de la fecha de la concesión de la Laureada. Los periódicos de Madrid, y los del territorio de Melilla, estaban más interesados en la I Guerra Mundial y los problemas de las carestías de alimentos que se estaban produciendo por entonces, los incidentes como el ataque producido a la posición eran el pan nuestro de cada día y no merecían gastar una gota de tinta en ellos. Así ha sido siempre, los héroes mueren por unos ideales y cumpliendo unos compromisos morales en acciones totalmente desconocidas por el gran público, algunos como Buzián tiene la suerte de que su gesta sea reconocida a nivel oficial, mientras que otros cumplen con su deber de forma totalmente ignorados por la sociedad a la que defienden.
Joaquín de la Santa Cinta, Ingeniero aeronáutico, economista e historiador
Para saber más:
- O. n.º 264 de 23 de noviembre de 1917.
- Revista Estela N.º 3.
- Internet