El Anisakis, el Jamón podrido y el ‘Valsartán’: Las tres crisis sanitarias, y muy distintas, de este verano que han alarmado a la población española. Un artículo del doctor Juan José Granizo

Una tras otra, tres crisis sanitarias se han sucedido este verano, aunque de características muy distintas entre ellas.
Una de ellas, la del anisakis, no tiene más interés. Leyendo los medios pudiera parecer que el anisakis se había vuelto resistente a la congelación, lo que de ser cierto, además de ser un serio problema, indicaría alguna extraña mutación en el gusano.
Pero no tema: lo que ha pasado es mucho más simple. Algunos se han dado cuenta de que en el mundo real ni todas las neveras funcionan correctamente ni todas son capaces de congelar a la misma temperatura.
Para que la congelación mate todos los parásitos, debe congelarse la totalidad del pescado por debajo de los -20 ºC al menos 48 h.
Solo las neveras de la mejor calidad consiguen esta temperatura. Usted debe comprobar que su congelador llega por lo menos a -21 ºC ya que muchos, en especial los antiguos, solo lo hacen a -18 ºC.
Incluso, si nuestro congelador es de primera, si lo llenamos de golpe o se abre con frecuencia, es fácil que no llegue a alcanzar esa temperatura hasta pasadas unas horas.
La solución que los medios de comunicación han citado: mantener al menos cinco días la congelación, no la he visto avalada en ninguna publicación oficial. Puede ser una garantía si su congelador doméstico tiene dificultades para llegar a los -20 º C. Para la hostelería, lo que hay que garantizar es que los congeladores funcionen perfectamente.
Pero la congelación por debajo de -20 º C durante 48 horas o la cocción por encima de 60 º C en toda la masa del pescado siguen siendo perfectamente fiables para la destrucción de este repelente parásito. No habido ningún cambio al respecto.
Solucionada esta primera alerta, vamos con la del jamón, que no deja de ser una vulgar estafa. El jamón, como cualquier producto conservado, tiene unos tiempos de consumo preferente que se pueden ver afectados en función del cuidado que se ponga en la conservación del producto.
Como ya hemos contado en El Correo de Pozuelo con el caso de las intoxicaciones por atún rojo mal conservado, el problema de la venta de un producto caducado o no fresco como si fuera apto para consumo o fresco está, tristemente, a la orden del día.
Sanidad y Consumo mantienen una política de constantes inspecciones pero dada la ingente cantidad y variedad de alimentos es casi imposible que se pueda detectar todo a tiempo. Por eso es muy importante la denuncia por parte de los consumidores de las anomalías que puedan detectar.
La última barrera es la detección precoz de casos de enfermedad en hospitales o atención primaria, lo que conlleva la fulminante inspección de los locales, establecimientos, comercios o fabricantes implicados. Puede hacerlo desde casa empleando la Web de la Comunidad de Madrid y les garantizo que resulta mucho más eficaz que poner verde al establecimiento en TripAdvisor.
La inspección no es un tema sencillo, las empresas que realizan este tipo de actividades fraudulentas suelen actuar en redes que permiten deslocalizar la mercancía dificultando su identificación, pero cualquier intento de engaño de cierta envergadura es finalmente detectado si el alimento es peligroso para la salud.
La mayoría de los fraudes alimenticios consisten en vender una cosa por otra, mercancía congelada por fresca o un alimento de calidad inferior como si fuera de calidad superior. Aunque esto constituye un engaño al consumidor, generalmente estas prácticas se hacen dentro de unos ciertos límites y no ponen en peligro la salud de las personas.
La última alerta ha sido la del ‘Valsartán’, un medicamento ampliamente utilizado en el control de la hipertensión arterial. Aunque la nota de la Agencia del Medicamento era razonablemente clara para los profesionales, las recomendaciones expresadas en esa nota publicada el pasado 5 de julio han generado una innecesaria alarma social por lo que el pasado 10 de julio de publicó una nueva nota.
El problema ha consistido en un cambio en el sistema de producción del medicamento de un gran fabricante chino (Zhejing Huahai Pharmaceutical Co). Este cambio, estando aprobado por el organismo regulador del Consejo de Europa, ha provocado que el medicamento contuviera una impureza.
En el proceso químico de fabricación de un medicamento se producen muchas sustancias químicas además del propio medicamento que nos interesa. Estas sustancias pueden ser inofensivas o pueden depurarse por varios procedimientos, de manera que lo que consumimos debe ser nada más que un medicamento seguro.
Por razones que todavía no son conocidas, un producto residual, que no debería estar presente de haberse hecho todo correctamente, se ha detectado en mínimas cantidades, pero este está considerado como un probable cancerígeno (es decir, que se sospecha que puede producir cáncer, aunque no está confirmado).
El fallo ha sido detectado por las autoridades sanitarias que inspeccionan los medicamentos lo que ha supuesto la retirada de los fármacos que contienen esta impureza.
Si usted consume este medicamento debe comprobar en su farmacia si el suyo está afectado por este problema, ya que no todo el ‘valsartán’ comercializado en España ha sido fabricado por esta empresa. Si lo es, se le cambiará de manera gratuita por uno equivalente libre de impurezas.
El fabricante implicado ha vendido en España su sustancia a 17 farmacéuticas que comercializan fármacos genéricos. A pesar de la lógica alarma se han detectado niveles muy bajos de esta impureza, por lo que el riesgo para la salud es despreciable ya que se ha detectado a tiempo.
Juan J. Granizo, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública