Últimos héroes de la Guerra de África: El Alférez de Infantería Antonio García de la Serrana y el Capitán de Infantería Felipe Matanzas Vázquez dieron, gloriosamente, su vida por España

Los dos últimos héroes caídos en la guerra, ambos de la sufrida y gloriosa Infantería, lo hicieron en la primavera del año 1927. Estas son sus hazañas.
Alférez de Infantería, fallecido, Antonio García de la Serrana, se hizo acreedor a ingresar en la Real y Militar Orden de San Fernando (R.O. de 26 de marzo de 1931, D.O. n.º 70 de 27 de marzo), por su heroico comportamiento en la defensa de una casa del poblado de Tagsut (Senhaya del Serair), al mando de una sección del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla número 2, a que pertenecía.
En la madrugada del 26 de marzo de 1927, una Harca enemiga, reforzada por contingentes de la cabila, atacó por todos los frentes la referida casa situada en el fondo del valle dominado por el monte Ulad Abkar, en cuya falda se extiende el poblado, y que ocupaba la referida sección. Al iniciarse el ataque, las fuerzas de la sección, al mando del teniente de la misma y del alférez de la Serrana, tomaron posiciones fuera de las casas del poblado, más la superioridad del enemigo, al que favorecía además su dominante situación, produjeron en nuestras fuerzas notables y numerosas bajas, entre ellas la del referido teniente, muerto en los primeros momentos de la lucha, por lo que el citado alférez se vio obligado a replegarse al interior de la casa, en la que prolongó con extraordinario valor y tenacidad su defensa; no obstante haber resultado herido, escasear las municiones y no disponer más que de 6 a 8 hombres, resistiendo el formidable empuje del enemigo hasta que, agotados todos los medios de defensa, incendiada la techumbre y agravado por la pérdida de sangre que la producía la herida recibida, no abandonó la casa en la que sucumbió, dando un alto ejemplo de heroísmo.
Madrileño, nacido en la capital en 1904 en una familia de militares. Soldado voluntario en el Regimiento de Wad Ras n.º 50 en febrero de 1920, ingresó en la Academia de Infantería en 1922 (D.O. n.º 286 de 21 de diciembre), siendo promovido al empleo de alférez de Infantería con antigüedad de 5 de mayo de 1925 y fue destinado al Batallón de Cazadores de África n.º 16. En junio de 1926 fue destinado al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla n.º 2 (D.O. n.º 136 de 20 de junio).
Se aproximaba el final de la Guerra de Marruecos, tan solo quedan algunas zonas por pacificar, los combates que se producen son los últimos coletazos de las fuerzas del cabecilla rifeño. En la madrugada del 26 de marzo de 1927 tiene lugar uno de estos combates, que no por ser los últimos son los menos duros. Un grupo de rebeldes atacó el pueblo, el alférez García de la Serrana pertenecía a la guarnición de una casa que fue atacada y en ella encontró la muerte gloriosa. Fue el último laureado de los Regulares de la guerra. Su cuerpo fue sepultado en el Panteón de Regulares del cementerio de Melilla.
Desde el comienzo de la segunda quincena del mes de marzo se notó la presencia de pequeños grupos de huidos en el Sur de Ketama y en Tagsut. Esta última era una cabila pequeña de extensión, el caíd, con la excusa de asegurar la sumisión y tranquilizar los ánimos en el territorio, pidió el establecimiento de un puesto dentro del mismo.
Confiado, el Comandante General de Melilla accedió a la petición enviando una compañía de Regulares al mando del teniente Ortega y del alférez García de la Serrana, a quienes se acoge con fingidas muestras de afecto y hospitalidad en el poblado de Uartel. Pero, pocos días más tarde, el 26 de marzo, son atacados por sorpresa con granadas de mano por unos 300 enemigos. La defensa de la guarnición fue heroica, pereciendo en la lucha el teniente Ortega y quedando malherido García de la Serrana, el cual muere también entre horribles sufrimientos en poder del enemigo. Los bravos regulares a sus órdenes, sucumbieron todos, pero la traición costó bien cara al adversario el cual tuvo 71 bajas.
Capitán de Infantería (fallecido), Felipe Matanza Vázquez, se hizo acreedor a ingresar en la Orden Militar de San Fernando (O. de 6 de noviembre de 1934, D.O. n.º 257 de 7 de noviembre), por su comportamiento en el hecho de armas realizado el día 4 de junio de 1927, sobre las alturas de Yebel Hessana (El Ajmás) Larache, con ocasión de efectuar un reconocimiento y bombardeo aéreo como observador, siendo jefe del tercer grupo de escuadrillas de Aviación.
El mencionado día, y con ocasión de proteger el avance de las fuerzas de la Harca a las órdenes del teniente coronel López Bravo que tenía por objetivo la ocupación de Yebel Hessana, el capitán Matanza efectuó un bombardeo sobre dicho macizo, donde numerosos grupos enemigos hacían fuerte resistencia al avance de la columna, con tan gran eficacia que consiguió, con el fuego de su aparato, desalojar de sus posiciones al enemigo, causándole numerosas bajas y facilitando el avance de las fuerzas de la referida columna, siendo gravísimamente herido por descarga enemiga, continuando el bombardeo hasta terminar su cometido y falleciendo en el regreso al aeródromo a consecuencias de las heridas recibidas.
Castellano, nacido en Aguilar de Campoo (Palencia) en 1886. Ingresó en febrero de 1908 como soldado en Caballería, siendo cabo del Regimiento de Cazadores de Talavera, n.º 15 de Caballería, aprobó el ingreso en la Academia de Infantería (D.O. n.º 168 de 25 de julio de 1909), promovido al empleo de segundo teniente de Infantería en 1912 (D.O. n.º 144 de 28 de junio) y destinado al Regimiento de Infantería Isabel II, n.º 32 (D.O. n.º 145 de 29 de junio).
En junio de 1913 pasó destinado al Cuadro de Eventualidades de Ceuta (D.O. n.º 134 de 20 de junio). Poco después de se incorpora, en comisión de servicio, al Aeródromo de Cuatro Vientos para seguir el curso de piloto (D.O. n.º 178 de 14 de agosto de 1913).
Fue promovido al empleo de primer teniente en 1914 (D.O. n.º 139 de 25 de junio). Ese mismo año consigue su título de piloto de 2ª categoría, continuando en Cuatro Vientos como alumno de piloto de 1ª categoría.
En 1915 obtiene el título de Piloto de 1ª categoría y es destinado al Aeródromo de Zeluán. Por lo méritos contraídos en el hecho de armas realizado en Hassi Berkan, el 6 de junio de 1915, como componente de la escuadrilla de aviación, le fue concedida la Cruz de 1ª clase del Mérito Militar con distintivo rojo (D.O. n.º 77 de 2 de abril de 1916).
En 1918, siendo piloto de 1ª clase y observador aéreo, está destinado en el aeródromo de Cuatro Vientos como profesor y es ascendido al empleo de capitán de Infantería con antigüedad de 31 de julio (D. O. n.º 176 de 8 de agosto) y destinado el aeródromo de Sevilla.
Recluidos los rebeldes en los últimos reductos de Yebel Hessana, Tangaia y Taria, trataron de defenderse a la desesperada. Para la ocupación de este reducto, el plan de ataque consistía en envolver y ocupar el primero de ellos, pasando a continuación a atacar los Yebel de Tangaia y de Taria.
El ataque se inició el día 4 julio y el enemigo presentó una tenaz resistencia en la vertiente sur del Yebel de Hessana. Era la última operación cruenta de la guerra y, ese día, el capitán Matanza, jefe del tercer grupo de escuadrillas de Aviación con destino en el aeródromo de Tetuán, decidió volar sobre la zona de combate para conocer la situación de esta.
Volaba como observador en un sesquiplano Breguet XIX perteneciente al grupo que mandaba y que pilotaba el jefe de escuadrilla, capitán de Infantería Manuel Gallego Suarez. Durante el vuelo fue atacado por fuego de fusilería y herido muy grave en el pecho lo que le ocasionó la muerte.
Fue el último aviador muerto en la campaña y una de las últimas bajas del ejército en la Guerra, las operaciones de los días 4 y 5 de julio se cerraron con 7 bajas de oficiales y 151 de tropas indígenas.
El día 10, se llevó a cabo la última operación de la Guerra, ocupándose sin resistencia el Yebel de Taira y la redición de la cabila de Ajmás. Ese mismo día, el General en Jefe, el general José Sanjurjo, en la Orden General del día, dirigida al Ejército y las Fuerzas Navales de Marruecos, “ponía FIN a la Guerra y con ello a un problema, quizás el más grave que ha conmovido la vida de la Nación en estos años”
Joaquín de la Santa Cinta, ingeniero aeronáutico, economista e historiador
Para saber más:
- O. números indicados en el texto.
- Historia de las Campañas de Marruecos. Servicio Histórico Militar.
- Revista Estela n.º 3. Año 1999.
- Revista Aeroplano. Especial Centenario. Año 2011. N.º 29.