Defensa de las posesiones españolas en el Océano Pacífico. Costas suroeste: La Patagonia chilena: 2ª Expedición de José de Moraleda y Montero entre los años 1792 y 1795

En cumplimiento de la real orden de 25 de diciembre de 1790, el virrey de Perú, ordenó en agosto de 1792, al alférez de fragata y primer piloto José de Moraleda que se dirigiera a Chiloé desde donde procedería a reconocer los canales y archipiélagos del sur de esta isla.
Las instrucciones recibidas por Moraleda incluían el reconocimiento del archipiélago de Chonos. Para ello, preparó dos balandras que ya habían sido empleadas por la expedición anterior de Nicolás Lobato: la Carmen y la Nuestra Señora del Rosario, las aprovisionó y dotó de 16 hombres a cada una. Una de ellas, la pilotaba el propio Moraleda y la otra, José de Torres.
Zarparon del puerto de San Carlos de Ancud el 21 de enero de 1793, regresando al mismo puerto el 2 de mayo después de explorar el archipiélago hasta la altura Aysén.
Como siempre, los diarios de la expedición son prolijos en información sobre el archipiélago, sus costas, las derrotas, los puertos y las islas y esteros visitados, en especial a los esteros del Aysén, Palena y el puerto de Santo Domingo donde, en 1781, había naufragado el paquebote Santo Domingo.
Continuó su misión al año siguiente, desde el 11 de febrero de 1794 al 18 de mayo. Por entonces se había vuelto a recordar el mito de la posible existencia de la famosa y fabulosa Ciudad de los Césares, rica ciudad donde habitarían náufragos españoles. El gobernador de la isla encargó a Moraleda buscar tal ciudad y ponerse en comunicación con ella, para lo cual le entrego un pliego escrito para que lo entregara a sus habitantes.
En este viaje Moraleda estudió las costas hasta la latitud 44º S, centrándose especialmente en el reconocimiento del rio Palena. A su regreso, además de terminar con un mito que duraba dos siglos al determinar que no existía la Ciudad de los Césares, afirmó, y notificó al virrey, que las condiciones de los archipiélagos al sur de Chiloé, aparte de unas cuantas islas, no eran aptos para ningún tipo de cultivos ni producirían ninguno de los artículos más necesarios para la vida. Consideró a Chiloé como la frontera más valiosa de España en el Pacífico sur y llave en la defensa de las costas americanas de este océano.
El 13 de febrero de 1795 Moraleda volvió a viajar, en esta ocasión al estero y golfo de Reloncavi en el archipiélago de las Chiloé, remontando las costas continentales hasta el lago de Todos los Santos y estudiando las costas que rodean a la isla de Chiloé por el norte y el este. Consiguió determinar la ubicación exacta de la laguna de Nahuel Huapi (El lago Nahuel Huapi es un lago de origen glaciar en la Patagonia Argentina. Es compartido por las provincias argentinas del Neuquén y de Río Negro, y rodeado por el Parque Nacional homónimo), hazaña no conseguida por nadie anteriormente, aunque le costó la perdida accidental de la visión de un ojo.
Moraleda fue uno de los más ilustres exploradores españoles de su época, su falta de reconocimiento se debe a la política seguida por la Corona española que consistía en mantener oculta la información para evitar que otras potencias ocuparan las áreas despobladas en las zonas de difícil defensa.
Fue la última expedición hidrográfica española a la Patagonia Occidental.
En abril de 1796 Moraleda regresó a Perú. Sus trabajos no fueron adecuadamente recompensados, ni con ascenso (su único ascenso fue al grado honorario de alférez de fragata de la Real Armada), ni en honores.
Después de 24 años en América, obtuvo permiso en 1797 para regresar a la península a pasar el resto de sus días, pero en 1801 se le ordenó volver a América junto a otros oficiales de marina encargados de rectificar las cartas geográficas de las costas americanas del Pacífico. A los órdenes del extremeño, brigadier de la Real Armada, Tomás de Ugarte Liaño, primer comandante del apostadero de El Callao, Moraleda se encargó de hacer los trabajos hidrográficos de las costas del golfo de Panamá. Al acabar su misión, regresó a Perú donde ocupó el cargo de director de la escuela náutica del virreinato hasta su muerte.
Murió en 1810 en El Callao con cerca de setenta años.
En su honor, el canal situado en el océano Pacífico, en la región Austral de Chile, al sur de la boca del Guafo, lleva el nombre de canal Moraleda en su honor. Es un canal con orientación Norte – Sur, de unas 90 millas de largo que separa las islas Guaitecas y el archipiélago de la costa de continental de Suramérica.
Después de la Paz de Basilea de 1795, y el tratado de San Ildefonso del año siguiente, previendo las autoridades españolas incursiones inglesas en las colonias, se enviaron flotas a Cuba, Trinidad y Filipinas para reforzar los medios de defensa existentes en las mencionadas áreas.
Para el viaje a Manila se preparó una escuadra formada por: 3 navíos de línea de 74 cañones (Europa, San Pedro Apóstol y Montañés) y 2 fragatas (Nuestra Señora del Pilar y Fama) que se puso al mando del jefe de Escuadra Ignacio María de Álava.
La escuadra salió de Cádiz el 22 de noviembre de 1795 rumbo al Cabo de Hornos. Dos meses más tarde llegaba a las Malvinas, recalando en puerto de Las Cruzadas (actual puerto Egmont). Doblaron el Cabo de Hornos en medio de un fuerte temporal que causó daños a los buques, pero no se perdió ninguno. Arribaron al puerto de Talcahuano (en la zona central de Chile, en la región de Biobío, provincia de Concepción) y siguieron hasta El Callao a donde llegaron a primeros de mayo de 1796. Hicieron las reparaciones necesarias para corregir los problemas originados en el temporal y partieron rumbo a Manila a primeros de octubre.
El trio de plazas: Valdivia, Chiloé y la isla de Juan Fernández fueron vitales en la defensa de los pasos entre océanos y de las costas del suroeste del continente hasta la independencia de las colonias.
Joaquín de la Santa Cinta, Ingeniero aeronáutico, Economista e Historiador
Para saber más:
- Diccionario Biográfico. Real Academia de la Historia
- Expedición al Estrecho de Magallanes en 1553: Gerónimo de Vivar y Hernando Gallego. José Miguel Barros de la Academia Chilena de la Historia.
- Juan Ladrillero y su exploración por el Estrecho de Magallanes. Ignacio del Pozo Gutiérrez. Revista de Historia.
- La derrota a través del Estrecho de Magallanes: viaje olvidado de Juan Ladrillero (1557-1559). Julián González-Barrera.
- La fortificación del estrecho de Magallanes: un proyecto de la imagen de la monarquía. Joaquín Zulueta Carrandi. Universidad de Navarra.
- Viaje al estrecho de Magallanes. Por el Capitán Pedro Sarmiento de Gamboa en los años de 1579 y 1580 y noticias de la expedición.
- La Isla de Chiloé, capitana y rutas australes. Walter Hanisch.
- Las Exploraciones Inglesas en el Estrecho de Mgallanes 1679-1671. El mapa Manuscrito de John Narborough.
- Expedición de Antonio de Vea. Anuario Hidrográfico de la Marina de Chile.
- La isla Madre de Dios (costa del Pacífico austral) en los siglos XVII y XVIII: circulación de la información e intereses geopolíticos de España e Inglaterra. María Ximena Urbina Carrasco, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Instituto de Historia
- Carlos de Beranger, un ingeniero militar en el Virreinato del Perú, 1719-1793. Carmen Navarro Abrines.
- Exploraciones Geográficas e Hidrográficas de José de Moraleda y Montero.
- Gobierno de don Ambrosio O’Higgins: grandes obras públicas: parlamento con los indios (1 790- 1793).
- 50 héroes españoles olvidados. Joaquin de la Santa Cinta.
- 135 presidentes del ejecutivo en la decadencia española (1788-1902). Joaquín de la Santa Cinta.
- Wikipedia