El teniente de infantería Eduardo Aizpurúa, catalán, dio su vida por España al frente de un Grupo de Regulares de Melilla, mostrando un valor heroico tras haber sido herido de gravedad

El segundo teniente de infantería Eduardo Aizpurúa Reynoso, del Grupo de Regulares Indígenas de Melilla n.º 2, fue condecorado con la cruz de San Fernando, pensionada con una pensión anual de 1.000 pesetas (R.O. de 16 de diciembre de 1914, D. O. n.º 283 de 17 de diciembre de 1814), por los méritos contraídos en el combate de Beni-Zalem (Tetuán) el día 1º de febrero de 1914 en el que murió gloriosamente. El citado día, al mando de una sección de las fuerzas regulares indígenas, se destacó a distancia para tomar una loma, siendo herido grave, no obstante, siguió al frente de su tropa, dando ejemplo con su heroico valor, hasta que otro balazo en la cabeza la produjo la muerte. El expediente fue instruido a instancias de su madre Candelaria Reynoso.
El teniente Aizpurúa, catalán, nacido en Tarragona en 1892, ingresó en la Academia en 1908, saliendo con el empleo de segundo teniente en 1912. Destinado al Regimiento de Ceuta, poco después, en el verano de 1913, pasó a servir en las Fuerzas Regulares Indígenas con las que participó en el combate de Beni-Zalem donde, con 22 años, encontró la muerte gloriosa. Fue enterrado en el cementerio militar de Tetuán. Por Real Orden de 28 de mayo de 1914 (D. O. n.º 117 de 29 de mayo de 1914), el Rey tiene a bien conceder el empleo de primer teniente de Infantería al segundo teniente de las Fuerzas Regulares Indígenas Eduardo Aizpurúa Reynoso en recompensa a su distinguido comportamiento y méritos que contrajo en el combate sostenido en las inmediaciones de Beni- Zalem en el que murió gloriosamente.
El año 1914 comenzó con la misma tónica con la que acabó el año anterior, los rifeños seguían con sus ataques a las posiciones españolas y a los convoyes de suministro. La situación estaba estancada militar y políticamente, pero las bajas de los soldados españoles seguían produciéndose en los alrededores de Tetuán. Para proteger las carreteras, el Alto Comisario, general Marina, preparó un plan para establecer blocaos, posiciones y campamentos militares a lo largo de las mismas. Tácticamente se trataba de no realizar operaciones ofensivas ni de ocupar nuevas posiciones, limitándose, a pesar de las considerables fuerzas españolas existentes en la zona, a efectuar reconocimientos y paseos militares para que las columnas hiciesen actos de presencia en los lugares donde se habían producido agresiones.
En la madrugada del día 31 de enero, un grupo de rebeldes atacaron una casa en Moj, cerca de Malalíen, ocupada por cinco policías indígenas y, aunque se defendieron durante toda la noche, ante la superioridad del enemigo, se retiraron a Lalién. En su apoyo salieron dos compañías desde el Rincón de Medik. Desde Tetuán se les unieron otras fuerzas de la Brigada de Cazadores que, bajo el mando del general Primo de Rivera, batieron al enemigo a costa de cinco heridos, los soldados Mariano del Blanco Vaca, José Contreras Rodríguez, Eustaquio Lozano Panens y dos policías indígenas.
Con objeto de limpiar de enemigos los aduares de Malalíen, Kalalíen y Bani-Salem, situados al Norte de Tetuán, y dar seguridad al tramo de la carretera de Tetuán a Ceuta, el día 1º de febrero se ejecutó una operación dirigida por el general Aguilera. La fuerza asignada a la operación se componía de dos columnas: una mandada por el general Berenguer, compuesta por fuerzas de su Brigada, y otra, a las órdenes del general Torres, con unidades de su mando. La primera tenía como objetivo el aduar de Beni-Salem, la segunda los otros dos aduares. El peso de la operación lo llevó la primera columna que tuvo las bajas de 1 jefe, un oficial y 16 de tropas muertos y otro jefe, cuatro oficiales y 25 de tropa heridos. De la dureza del combate da idea la cantidad de municiones que consumieron entre ambas columnas: 64.238 balas de fusil y 507 de cañón.
Las compañías de vanguardia las mandaba el comandante Sanjurjo, el resto del grueso de la columna las mandaba el comandante Cuevas. La compañía de extrema vanguardia era la 6º mandada por el capitán Ladislao Ayuso, una de cuyas secciones, la primera, la mandaba el segundo teniente Aizpurúa.
Iniciado el combate, una primera descarga cerrada del enemigo hiere mortalmente al comandante Cuevas. Después de realizar unos movimientos envolventes, se ordena el asalto al aduar de Beni-Salem, en ese momento es herido de gravedad el comandante Sanjurjo con dos heridas, una en la cadera y otra en el brazo.
El asalto lo realiza la compañía del capitán Ayuso quien es herido en un brazo en el inicio del asalto, lo que no le impide seguir dirigiendo a sus fuerzas. La sección del segundo teniente Aizpurúa tiene la orden de atacar de frente unas casas del aduar situadas a la derecha del despliegue. Cumpliendo la orden recibida, ataca a un enemigo muy superior a lo esperado, es herido en el vientre, pero continua al frente de su sección hasta recibir un segundo disparo mortal en la cabeza.
Fue el combate de las tres laureadas pues fueron condecorados con ellas el comandante Sanjurjo (D.O. n.º 283 de 17 de diciembre de 1914), nuestro héroe el segundo teniente Aizpurúa y el capitán Ladislao Ayuso (D. O. n.º 11 de 15 de enero de 1915). Todos ellos servían en las Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla.
Las bajas españolas en el combate fueron:
- Todos ellos de las Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla:
-Comandante de Infantería Enrique García Cuevas. Enterrado En el cementerio militar de Tetuán. Condecorado con la cruz de la Orden de María Cristina como recompensa a su distinguido comportamiento y méritos en el combate del día 1 de febrero en el que halló gloriosa muerte (D. O. n.º 117 de 29 de mayo de 1914).
-Segundo teniente de Infantería Eduardo Aizpurúa Reynoso. Enterrado en el cementerio militar de Tetuán. Condecorado con la cruz de la Orden de San Fernando y ascendido a primer teniente como recompensa a su distinguido comportamiento y méritos en el combate del día 1 de febrero en el que halló gloriosa muerte (D. O. n.º 117 de 29 de mayo de 1914).
-Cabo Gregorio Gamiz López.
-Cabo Félix Ferreira Ringuero.
-Catorce hombres de tropa.
- Todos ellos de las Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla:
-Comandante de Infantería José Sanjurjo Sacanell. Condecorado con la cruz de la Orden de San Fernando ya ascendido al empleo de teniente coronel como recompensa a su distinguido comportamiento y méritos en el combate del día 1 de febrero en el que resultó herido grave (D. O. n.º 101 de 8 de mayo de 1914).
-Capitán de Infantería Ladislao Ayuso Casamayor. Condecorado con la cruz de la Orden de San Fernando y ascendido a comandante como recompensa a su distinguido comportamiento y méritos en el combate del día 1 de febrero en el que resultó herido grave (D. O. n.º 101 de 8 de mayo de 1914).
-Teniente de Infantería Fermín Hidalgo de Cisneros.
-Teniente de Infantería Arturo Llopis
-Teniente de Caballería Arsenio Martínez Campos.
-Sargento Rafael Velasco Pacheco.
-Cabo Simón Rincón Fernández.
-Cabo Manuel Fermelles Guzmán.
-Veintidós hombres de tropa.
Joaquín de la Santa Cinta, Ingeniero aeronáutico, economista e historiador
Para saber más:
- O. n.º 283 de 17 de diciembre de 1914.
- O. n.º 101 de 8 de mayo de 1914.
- O. n.º 117 de 29 de mayo de 1914.
- ABC de 5 de mayo de 1914.
- El Imparcial de 2 y 3 de febrero de 1914.
- La Época de 1, 2 y 3 de febrero de 1914. Historia de las Campañas de Marruecos. Capítulo IX. Estado Mayor Central del Ejército. Servicio Histórico Militar