El capitán Santiago Izquierdo dio la vida por España en Filipinas como secuela de tres heridas: Un balazo en una pierna y siguió, otra bala en el pecho y siguió y otra, finalmente, en la frente
En 1896 no fue un buen año para España, a la guerra contra los insurrectos cubanos que se habían declarado en rebeldía en febrero se unió, en agosto, la sublevación de los filipinos dirigidos por la fracción más extremista de los rebeldes, el Katipunan.
La sublevación adquirió caracteres alarmantes. Empezó a finales de agosto en la isla de Luzón, isla en la que se ubicaba la capital Manila, y se extendió por las provincias próximas a la capital, produciéndose revueltas, conspiraciones y levantamientos en otros lugares.
La guarnición española era de unos 20.000 soldados, la mayoría de ellos indígenas mandados por oficiales españoles. Las unidades de voluntarios indígenas, práctica común todas las naciones en sus colonias, tenía ventajas militares, eran muy útiles para perseguir a los rebeldes cuando estaban dispersos en pequeños núcleos de resistencia, y políticas para mantener, e incrementar, los antagonismos existentes entre las regiones y las razas. Las unidades europeas eran las agrupaciones de Artillería, desde la Algarada de Cavite de 1872 se había decidido que las unidades de Artillería en el archipiélago tuvieran una composición formado por españoles únicamente, y las unidades disciplinarias formadas por reclusos a los que se les reducida la condena sirviendo en unidades militares especificas las colonias.
Los 18.000 hombres del Ejército estaban agrupados en 7 Regimientos de Infantería,1 Batallón disciplinario, 1 Regimiento de Caballería, 1 Regimiento y dos Baterías de Artillería, 1 Batallón de Ingenieros y una Brigada de Sanidad y Administración. Estas fuerzas estaban distribuidas en pequeños destacamentos aislados en las islas principales: Luzón, Joló, Mindanao y las Visayas.
La situación de la Armada tampoco era boyante, la mayoría de los buques del Arsenal de Cavite eran obsoletas y como fuerzas de desembarco, en una colonia con multitud de islas, solo se disponía de un Batallón de Infantería de Marina.
El Capitán General, el general Blanco, publicó un bando declarando el estado de guerra en las provincias de Manila, Bulacán, Pampanga, Nueva Écija, Tarlac, Laguna y Batangas. Significaba que 7 de 18 provincias de la isla de Luzón estaban sublevadas y que comprendían la zona central de la isla y las provincias que rodeaban la capital.
Como había muchas guarniciones pequeñas y aislados en el interior de la isla, los rebeldes no tuvieron dificultad en tomarlas y con ello incrementar su fuerza y prestigio a la vez que provocaban deserciones entre las tropas indígenas.
El general Blanco fue acusado de debilidad y se preparó su sustitución enviando como segundo cabo de la Capitanía General de Filipinas al general Camilo García de Polavieja. Este llegó a Manila el día 3 de diciembre de 1896.
Las noticias sobre los sucesos en Cavite, con fuga de presos y asesinatos de centinelas y alcalde del presidio, y el conato de sedición entre las tropas disciplinarios de Cottabato, aceleraron la sustitución, así el día 8 de diciembre, Polavieja fue nombrado Capitán General de Filipinas.
La situación de la colonia era muy delicada. El orden público estaba alterado, en Manila se necesitaba la presencia de patrullas militares por la ciudad, y había continuas alarmas. La moral estaba en horas bajas y continuamente llegaban noticias de nuevas sublevaciones. Las partidas rebeldes llegaban a las ciudades más importantes.
Polavieja restableció la disciplina, las conspiraciones y motines fueron sofocados con energía, incluidos las sublevaciones de los disciplinarios destinados a las islas Marianas que fueron reducidas con gran dureza por los artilleros destinados en esas islas, completó la instrucción de las tropas, creo depósitos de víveres y municiones, estableció hospitales, etc. Las disposiciones tomas por Polavieja llevaron la tranquilidad entre los isleños.
Entre las muchas ejecuciones que los juicios sumarísimos decretaban estaba la de José Rizal, héroe de la independencia filipina, que fue fusilado el 30 de diciembre de 1896 en Manila.
Polavieja asumió el mando de las tropas que pasaron de una actitud defensiva a otra ofensiva, formando columnas móviles en las provincias rebeldes. El centro de la rebelión era la provincia de Cavite por lo que el Capitán General consideró acabar con la rebelión en otras provincias antes de volcarse en sofocar la de Cavite.
Cuando llegaron los refuerzos solicitados a la península, organizó tres comandancias generales, al mando del general de división José Lachambre, en las que se agruparon las provincias rebeldes.
El Gobierno había reaccionado inmediatamente ante las noticas de la sublevación, así el día 1 de septiembre dio la orden de formar el primero de los 15 Batallones de Cazadores Expedicionarios que se enviarían a las Filipinas para reforzar el ejército de maniobra del archipiélago. Cada uno de los Batallones de Cazadores Expedicionarios se componían de 8 compañías con una plantilla de 1.401 hombres.
Tuvieron lugar muchas batallas ganadas por las tropas españolas, entre ellas la denominada de Cacaron de Silé donde, después de un duro combate, la columna española al mando del comandante de Estado Mayor José Oleguer Feliu obtuvo la victoria. Los rebeldes tuvieron mil muertos en la acción, los españoles un oficial y 23 soldados muertos y un oficial y 65 de tropa heridos. Después de esta derrota, la actividad de los insurrectos disminuyó notablemente en Bulacán y muchos rebeldes se entregaron a las autoridades españolas.
El oficial herido pertenecía al Batallón de Cazadores Expedicionario N.º 8, batallón que se había formado en Guadalajara a principios de noviembre de 1896, y del que era capitán nuestro héroe Santiago Izquierdo Osorio.
Recuperado de sus heridas, volvió a incorporarse a su Batallón participando, el 30 de marzo, en la acción sostenida contra los insurrectos filipinos en el sitio denominado Bahay Paré, en la provincia de Bulacán.
Mandando la guerrilla fue herido gravemente en una pierna después de tomada una trinchera y cuando verificaba el ataque de otra siguiendo, no obstante ser herido, animando a la tropa con su ejemplo. Más tarde, a pesar de recibir otra herida de bala penetrante en el pecho, continuó al frente de sus tropas hasta que recibió una tercera herida en la frente que acabó con su vida fulminantemente en el mismo campo de la acción. Por esta acción fue condecorado con la Cruz Laureada de San Fernando y con una pensión de 2.000 pesetas transmisible a su viuda (R. O. de fecha 9 de diciembre de 1901, D.O. N.º 276 de 11 de diciembre de 1901).
El desgraciado combate se desarrolló en las proximidades del poblado de Polo (Bulacán), en el Paso de Blas, donde se había atrincherado un fuerte núcleo de insurrectos, que ascendían a 2.000 hombres. Una compañía de la columna del comandante Oleguer, al mando del capitán Santiago Izquierdo, atacó la fuerte posición insurrecta. Uno de los grupos que marchaba en la vanguardia de nuestras tropas, fue recibido por una descarga nutrida, a quemarropa, que hicieron los rebeldes que estaban ocultos, y cayeron muertos el capitán Izquierdo y ocho saldados. Recibieron también heridas el capitán Flandes y los tenientes Ros y Bejaraos y 23 soldados. El resto de la columna acudió en auxilio de la compañía comprometida y puso en huida a los rebeldes, castigándolos muy duramente, pues quedaron sobre el campo más de 306 cadáveres de los enemigos.
Santiago Izquierdo había nacido en Murcia en 1865. Con 14 años ingresó en la Academia de Infantería. Su primer destino fue el batallón de cazadores de Cuidad Rodrigo. Ascendido a primer teniente sirvió sucesivamente en el Batallón de Cazadores de Madrid, y en los Regimientos de la Lealtad y de Saboya.
Sirvió dos años en Cuba en el Batallón del Regimiento de Zamora donde participó en acciones contra los insurrectos.
Destinado a las Filipinas en mayo de 1896, ascendió a capitán y fue destinado inicialmente al Batallón Expedicionario N.º 7, pasando al mes siguiente el Batallón Expedicionario N.º 8 con el que fue herido en Cacaron de Silé y muerto gloriosamente en la acción de Bahay Puré.
Joaquín de la Santa Cinta, Ingeniero aeronáutico, economista e historiador
Para saber más:
- O. N.º 276 de fecha 11 de diciembre de 1901.
- La Época de 2 de abril de 1897.
- Filipinas durante el mando del general Camilo García de Polavieja. Pilar Lozano Guirao.