Agustín de Betancourt y Molina, famoso ingeniero español, políglota y polifacético que vivió una azarosa vida entre España, Francia, Inglaterra y Rusia en plena Revolución Industrial
El ingeniero español que vivió a caballo entre los siglos XVII y XVIII. Hombre políglota y polifacético al estilo de los sabios de los siglos anteriores. Trabajo en España, Francia, Inglaterra y, finalmente Rusia, y durante su vida vivió las dos importantes revoluciones que conformaron el mundo actual, la Revolución Francesa y la Primera Revolución Industrial con el desarrollo de las máquinas de vapor.
Agustín de Betancourt y Molina nació en el Puerto de la Cruz (Isla de Tenerife) en 1758. Sus padres; Agustín de Betancourt y Castro, caballero de la orden de Calatrava y teniente coronel de los Reales Ejércitos, y Leonor de Molina y Briones, hija de los marqueses de Villaverde.
Ambos canarios y pertenecientes a la nobleza canaria, emparentados con Jean de Betancourt el conquistador de las Islas Canarias.
Estudió las Islas y, en 1778 becado por el gobierno de Carlos III, se desplaza a Madrid para ampliar sus estudios. Salió de su querida isla canaria para no volver nunca más.
En Madrid estudió en los Reales Estudios de San Isidro durante dos años. Al mismo tiempo, estudiaba en la Real Academia de San Fernando donde completó su formación artística.
Su fama de buen ingeniero y dibujante hizo que el gobierno del Conde de Floridablanca le encargase sus primeros trabajos: en la inspección del Canal Imperial de Aragón y un estudio sobre las Minas de Almadén, minas de una importancia fundamental para el Estado pues de ellas se obtenía el mercurio necesario para la amalgamación de la plata en los dominios españoles de América.
Interesado en los globos aerostáticos, ese mismo año, 1783, y en presencia de la Corte, consiguió elevar un globo por primera vez en España.
A la vista de sus trabajos, mejoras propuestas y experiencias realizadas, un año más tarde es enviado a Francia con una beca para ampliar sus estudios en este país. Inicialmente para estudiar minería, pero él no se limitó solamente a este campo, lo amplió al estudio de hidráulica, mecánica y diseño industrial.
Se matriculó en la famosa L´École des Ponts et Chaussées (la Escuela de Puentes y Caminos francesa), donde conoció a eminentes ingenieros y científicos franceses.
Estuvo en Francia desde este año hasta 1791 cuando fue repatriado a España. Durante este período francés, realizó un corto viaje a Inglaterra para ver y estudiar las máquinas de vapor desarrollados por James Watt. Visitó a Watt en Birmingham, pero no consiguió que este le mostrara ninguna de sus máquinas. No obstante, en Londres vio, brevemente, una en funcionamiento que le sirvió para comprender el funcionamiento del cilindro de doble efecto y, a su vuelta a París, fabricar la primera máquina de vapor continental con un cilindro de doble efecto.
Durante su estancia en Reino Unido conoce a una joven inglesa, Ana Jourdain, con la que acabo casándose finalmente.
Las circunstancias políticas del momento en Francia hicieron que Betancourt fuera repatriado en 1891. Volvió a Madrid con una enorme colección de planos, memorias y modelos de máquinas que había conseguido reunir durante su estancia en el extranjero. La colección fue la base del Real Gabinete de Máquinas del que fue director.
Dos años más tarde regresa a Gran Bretaña a estudiar las teorías sobre las maquinas con cilindros de doble efecto. Continuó en este país hasta 1795, cuando fue expulsado de él al estallar una nueva guerra entre este país y España.
A su vuelta le fue encomendado el estudio, fabricación e instalación de un teléfono óptico de su invención entre Madrid y Cádiz, las circunstancias económicas y políticas del momento hicieron que el proyecto se quedara limitado a una línea entre Madrid y Aranjuez.
En 1799 se crea la Inspección General de Caminos y Canales con el objetivo de mejorar el trasporte terrestre y fluvial de España. Dos años más tarde es nombrado su director.
En abril de 1801 un trágico suceso ocurrió en Lorca que ocasionó la muerte de más de 600 personas, la rotura de la presa de Puentes.
Este luctuoso hecho fue aprovechado por Betancourt para vencer las últimas resistencias a la creación de un centro técnico para la formación de los futuros ingenieros de caminos españoles. Consiguió que se fundara, al año siguiente, la Escuela de Caminos a semejanza de la L´École des Ponts et Chaussées francesa. Esta escuela fue el origen de la Escuela Técnica Superior de Caminos Canales y Puertos, actualmente integrante de la Universidad Politécnica de Madrid.
Poco después pierde el favor del Gobierno, sus negocios no marchan bien y decide abandonar España y establecerse nuevamente en París.
A finales de 1807, viaja a San Petersburgo invitado por el Zar Alejandro que estaba interesado en sus servicios. Después de unas dudas iniciales, acepta el acuerdo propuesto por el Zar y se traslada a Rusia con su familia en 1808.
Ingresa en el ejército ruso con el grado de Mayor General, es nombrado Inspector del Cuerpo de Ingenieros y director del Departamento de Vías de Comunicación.
Durante 16 años trabaja para el gobierno ruso y muere en San Petersburgo en 1824.
Está enterrado en el cementerio de Smolenski cerca de la tumba del matemático Leonard Euler.
Joaquín de la Santa Cinta, autor de «50 héroes españoles olvidados» y “50 mujeres españolas extraordinarias”
Para saber más:
- Diccionario Biográfico. Real Academia de la Historia.
- Martín Medina, Amílcar; Martínez Navarro, Francisco: Repetto Jiménez, Emigdia. Agustín de Betancourt y Molina. Biografía de Científicos Canarios.