Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II, fue una mujer de gran inteligencia, con una gran formación. Era la única a la que el Rey permitía ayudarle en su trabajo

Hija de Felipe II y de su tercera esposa Isabel de Valois, infanta de España, Princesa de Asturias, Soberana y Gobernadora de los Países Bajos, fue una mujer de gran inteligencia, con una gran formación adquirida trabajando al lado de su padre. Era la preferida de su este y la única a la que el Rey permitía ayudarle en su trabajo, revisando y traduciendo documentos.
Isabel Clara Eugenia fue la primera hija del matrimonio de Felipe II con Isabel de Valois. Nació en el Palacio de Valsaín en agosto de 1566, la pareja tuvo otro hija, Catalina Micaela, nacida al año siguiente. Ambas hermanas se quedaron huérfanas de madre cuando, en 1568, falleció al dar a luz a su tercer hijo. Fue bautizada por el nuncio apostólico, y futuro papa Urbano VII, Juan Bautista Castaneo.
Como el hijo primogénito de Felipe, el príncipe Carlos, fruto de su primer matrimonio con la infanta portuguesa María Manuela murió en 1568, Isabel Clara Eugenia fue Princesa de Asturias hasta el nacimiento de los hijos de Felipe con su cuarta esposa, la archiduquesa Ana de Austria.
Las dos hermanas se criaron y educaron juntas en la Corte bajo la vigilancia de su padre y de su madrastra Ana de Austria. Isabel era la preferida de su padre, y desde la muerte de su madre, la confianza entre ellos creció día a día.
La necesidad de tener un hijo varón que garantizase la continuidad de la dinastía, hizo que Felipe II volviera a casarse nuevamente, la cuarta y definitiva, con su sobrina Ana de Austria en 1570. La pareja tuvo cuatro hijos y una hija, todos con mala salud, todos ellos murieron en plena niñez excepto el último de los varones, Felipe, príncipe de Asturias y futuro rey con el nombre de Felipe III.
Ana murió en Badajoz de una gripe en 1580. Isabel, con 14 años, tuvo que asumir las funciones de reina, además de madre de sus hermanos más pequeños. Este hecho la aproximó más a su padre, siendo la única persona a la que el Rey permitía que le ayudara en su trabajo diario de despacho. La precaria salud de sus hermanos menores la hacían posible heredera del trono. El Rey la retuvo a su lado sin pensar seriamente en casarla, prácticamente hasta su muerte en 1598.
Los primeros intensos de casar a amabas hermanas datan de 1569 cuando Felipe escribió al cardenal Granvelle proponiéndole un triple matrimonio: el suyo con su sobrina Ana de Austria, el de su hija Isabel con el rey de Francia y, finalmente, el de su otra hija, Catalina, con el rey de Portugal.
Isabel se casó, por fin, en 1599, después de 30 años buscándole un novio adecuando. La búsqueda del novio apropiado había sido uno de los más importantes y urgentes asuntos de la política internacional del siglo.
Isabel había sido candidata al trono de Inglaterra y de Francia. En 1587, la ejecución de María Estuardo le dio una oportunidad a Felipe II de recuperar el trono de Inglaterra. Una de sus propuestas fue hacer reina a su hija Isabel. Para ello preparó la invasión de Inglaterra por el ejército español de los Países Bajos. La derrota de la Armada Invencible y el consiguiente abandono de la invasión, frustraron el propósito del Rey.
Un par de años más tarde, en 1589, la muerte del rey de Francia, Enrique III sin descendencia, hizo que Felipe II reclamara para su hija el trono de Francia. Isabel era sobrina del difunto rey, Enrique era hermano de su madre, Isabel de Valois. Tampoco pudo ser, en Francia regía la Ley Sálica que impedía reinar a las mujeres, además, su madre había renunciado a sus derechos al trono al casarse con Felipe II.
Las perspectivas matrimoniales de Isabel, al ser posible candidata al trono español dadas las muertes de sus hermanos varones y la precaria salud del futro Felipe III, hacían que la búsqueda de un novio adecuado fuese una cuestión de Estado. Había muchos candidatos, pero las luchas con Francia y la religión que profesaban otros candidatos, reducía la lista de futuros novios a los primos austriacos. Estas dificultades hicieron que su hermana Catalina acabara casándose antes que ella, Catalina se casó con el duque de Saboya.
Por otra parte, la situación política y militar de los Países Bajos era complicada y el Rey pensó que Isabel sería una buena Gobernadora. Preparó un acuerdo matrimonial con el archiduque Alberto de Austria y, en mayo de 1598, abdicó de su soberanía de los países Bajos y Luxemburgo en favor de Isabel. Pocos meses más tarde, Felipe II moría en El Escorial en septiembre del mismo año.
El Acta de Cesión contenía una cláusula por la que los territorios objeto de la abdicación volverían bajo la autoridad del Rey de España tras la muerte de cualquiera de los cónyuges si estos no tenían descendencia. Los tres hijos habidos en el matrimonio fallecieron siendo niños y la cláusula se aplico en 1621 a la muerte del archiduque Alberto.
Guardado el luto mínimo que el decoro permitía por la muerte de su padre, Isabel se casó con su primo el archiduque Alberto en abril de 1599. Unos meses más tarde, en septiembre del mismo año, entraron solemnemente en Bruselas como soberanos de los Países Bajos y duques de Borgoña.
A pasar de la experiencia de Isabel en los asuntos de Estado adquirida al lado de su padre y de los conocimientos de Alberto durante los años de virrey de Portugal, el gobierno de sus estados no fue fácil: el país llevaba 40 años en guerra y las injerencias de la Corte de Madrid en los asuntos de los Países Bajos eran constantes.
Madrid se apoyaba en las cláusulas secretas anexas al Acta de Cesión por las cuales se reservaba: la defensa del territorio, la dirección de los asuntos exteriores y la posesión de Amberes, Gante y Cambray. A pasar de tener limitada su autonomía, Isabel y su marido realizaron una gran labor en el país, trataron de proteger a sus súbditos de los conflictos bélicos y favorecieron la industria y el comercio para recuperar al país del daño causado por tantos años de conflicto.
Los soberanos establecieron buenas relaciones con las potencias vecinas: Francia, los principados alemanes, Inglaterra y los Países Nórdicos.
La Monarquía española firmó sendas paces con Francia y con Inglaterra y, finalmente, en 1609 se alcanzó una tregua con los holandeses, la Tregua de los 12 años. Con la paz, los soberanos crearon una Corte donde se integraban a partes iguales españoles y súbditos.
Favorecieron, mediante su patronazgo, las artes, las ciencias y las letras, y promocionaron la lengua y la cultura española. Fue la Corte de los grandes pintores flamencos: Pedro Brueghel el Joven, Denis van Alsloot, Pedro Pablo Rubens, Antón van Dick, entre otros.
Ejercieron una política orientada a favorecer los intereses del país. Política que se completó con la publicación, en julio de 1611, del “Edicto Perpetuo”, de obligado cumplimiento en el todo el país y origen del primer código de leyes belga.
Establecieron unas bases económicas solidas con el objetivo de recuperar la economía del país devastado por la continua guerra, para ello, entre otras medidas: protegieron los bosques; llevaron a cabo una reforma monetaria devaluando la moneda para favorecer el comercio, e impulsando la formación de la Armada para defender el comercio y combatir a los holandeses.
En julio de 1621 murió el archiduque Alberto, y al no tener descendencia, según lo estipulado el “Acta de Cesión”, el territorio volvió a la Corona española. No obstante, Isabel continuó al frente del gobierno de los Países Bajos como Gobernadora, como representante del rey Felipe IV, pero con unas atribuciones limitadas.
Pocos meses antes, en marzo del mismo año, había muerto Felipe III y ascendido al trono español Felipe IV. Por entonces España se encontraba en guerra, la Guerra de los 30 años que había comenzado con la Defenestración de Praga en 1618.
Pero aún se mantenía en vigor la Tregua de los 12 años firmada con los holandeses, tregua que no se renovó en 1621 por lo que los Países Bajos volvieron a ser teatro de luchas y causa de graves preocupaciones militares y económicas para la Corona española.
Isabel, a la muerte de su marido, se hizo terciaria franciscana que no abandonó en el resto de sus días, pese a las presiones de su sobrino Felipe IV. Era un tipo de asociación de laicos vinculada a la tercera orden de San Francisco
En 1630, Felipe IV nombró virrey de los Países Bajos a su hermano el cardenal-Infante Fernando de Austria. Este llegó a Génova en enero de 1633 camino de su Virreinato. Pasó por Milán y emprendió el viaje por El Camino Español hasta Bruselas donde estaba previsto llegar en abril del mismo año. Pero las circunstancias de la guerra cambiaron, el cardenal -infante tuvo que hacerse cargo del ejército español y, después de vencer a los suecos en la batalla de Nördlingen, llegó a Bruselas a finales de 1634. Para entonces Isabel ya llevaba fallecida un año, había muerto en Bruselas el 1 de diciembre de 1633.
Joaquín de la Santa Cinta, historiador. Autor de «50 héroes españoles olvidados»
Para saber más:
- Diccionario Biográfico. Real Academia de la Historia.
- Isabel Clara Eugenia: Daughter of the Spanish Empire. Cristina Borreguero Beltrán. Universidad de Burgos.
- Isabel Clara Eugenia.
- La infanta que nació en Valsaín y gobernó los Países Bajos. Pablo García García. Crónicas Gabarreras.
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