Defensa de las posesiones españolas en el Océano Pacífico. Costas suroeste: La Patagonia chilena: 2ª Expedición del Mateo Abraham Evrard y la de Pedro Mansilla y Cosme de Ugarte
Como se seguía esperando la llegada de la flota inglesa a poblar el puerto de Inche, además de reforzar el puesto dejado por la expedición anterior y comprobar la presencia de naves extranjeras en el archipiélago de los Chonos, el gobernador de Chiloé decidió enviar una nueva expedición a la zona. Para ello eligió comandante a nuestro conocido sargento mayor Mateo Abraham Evrard. La misión encomendada fue la construcción de un fuerte de madera, llamado de San Fernando de Tenquehuén, en el mismo lugar donde Brizuela había levantado la casa, y dejar una guarnición formada por un alférez y seis soldados, dos caiques y un chono practico. Se le proporcionó, además de una piragua para que se pudiera mantener y dar los avisos que convenga, bastimento para seis meses y así mantener la posesión hasta que resuelva otra cosa el Capitán General.
Salió del puerto de Chacao a primeros de octubre con tres piraguas y 42 hombres de tropa además de varios caciques y prácticos chonos, cumplió lo ordenado y volvió a Chiloé en noviembre de 1750.
El fuerte tuvo una corta existencia, dieciocho meses más tarde una real orden ordenó su desmantelamiento por ser un lugar inadecuado para mantener una guarnición debido a las condiciones climáticas del lugar.
Con los viajes de Abraham y Brizuela se comprobó la inexistencia de asentamientos ingleses en las costas del Pacifico sur.
Expedición de Pedro Mansilla y Cosme de Ugarte en 1767 a la isla Madre de Dios
Durante los siguientes dieciocho años no hay más constancia de expediciones al sur del continente, salvo las Misionales Itinerantes llevadas a cabo por los padres jesuitas al sur del golfo de Penas. El padre José García (1766-67) y el padre Juan Vicuña (1767-1768).
Hay instrucciones dadas por el gobernador de Chiloé, José Antonio Garretón Pibernat, en 1763 a su ayudante José Domínguez para la realización de una expedición de reconocimiento al puerto inglés, pero no hay constancia de que esta se llevase a cabo.
Sin embargo, las alarmas de la existencia de ingleses en la zona y la eterna búsqueda de la Ciudad de los Césares, hicieron que en el corto período de 4 años se llevaran a cabo tres expediciones.
La primera en 1767, cuando volvió a surgir la alarma sobre la presencia inglesa en las costas, tanto orientales como occidentales, de Patagonia. Estos habían ocupado las islas Malvinas en 1765 y, ante el riesgo de una nueva guerra entre ambas naciones, la Corte ordena al virrey, Manuel Amat y Junyent, el encargo de enviar embarcaciones menores por las costas, en especial de las del archipiélago de Chiloé, para reconocerlas en busca de establecimientos extranjeros.
Siguiendo las órdenes recibidas, el gobernador de Chiloé, Manuel Fernández de Castelblanco y Loyola, preparó una expedición compuesta de cincuenta y seis personas (14 marineros, 16 soldados, 13 indígenas además de los cargos de la expedición), con un barcolongo y dos piraguas.
Puso al mando al alférez de dragones Pedro Mansilla quien ya había realizado anteriormente viajes a los archipiélagos. Como piloto iba Cosme Ugarte y como segundo en el mando al cabo Mateo Mansilla (experto por los viajes que antes había hecho con Mateo Abraham). Tenía como misión la exploración de la costa hasta el Estrecho de Magallanes.
Antes que ellos saliesen, ya había zarpado el padre jesuita Juan de Vicuña para continuar las labores misioneras del padre José García.
Zarparon el 24 de diciembre de 1767 y regresaron el 1º de mayo del año siguiente sin encontrar rastro de ingleses.
La expedición se dividiría en dos:
Mansilla seguiría la ruta del istmo de Ofqui, la única posible para llegar a la península de Taitao y navegar con una piragua, embarcación más adecuada para internarse en los canales con grandes corrientes y bajos desconocidos.
El barcolongo (la goleta Nuestra Señora de Monserrat) al mando del piloto Cosme Ugarte, haría la travesía por el exterior de las islas, remontaría la península de Taitao, doblaría la península del cabo de los Tres Montes, entraría en le golfo de Panas y se uniría a la otra parte de la expedición en la isla del Cirujano o en la de San Javier.
Reunidas las dos partes, recorrerían las islas y costas hasta el estrecho de Magallanes, lo que hizo, pero hasta la latitud 53º º9’ en la entrada al Estrecho.
Se sospechaba que, de existir, el asentamiento inglés estaría en la isla Madre de Dios (isla situada en el océano Pacífico, al sur del golfo de Penas, en el archipiélago Madre de Dios), pero no encontraron signos de presencia extrajera.
Cosme Ugarte continuó por la costa oeste del archipiélago de Chonos hasta la isla de Tenquehuén donde inspeccionaron el estado de los resto del fuerte de San Fernando. Continuaron rumbo sur, pero, al intentar doblar la península del cabo de los Tres Montes, los pilotos se opusieron por los peligros que presentaba el mar y decidieron volverse y tomar la ruta del istmo de Ofqui. Lo cruzaron y salieron al golfo de San Javier, continuando, la expedición completa, al archipiélago Guayaneco donde, a primeros de febrero, encontraron la expedición misional del padre Vicuña.
Éste iba de retorno a Chiloé, pero se unió a la expedición. Continuaron hacía el sur hasta alcanzar los 48º S, tal y como indicaban las instrucciones recibidas.
Desde allí procedieron a retornar a Chiloé. En el viaje de vuelto, antes de llegar a Ofqui, la embarcación del padre Vicuña naufragó y murió ahogado.
De la ausencia de extranjeros en el lado occidental de la Patagonia se informó, seguidamente, al Virrey.
Joaquín de la Santa Cinta, Ingeniero aeronáutico, Economista e Historiador