Últimos Presidentes del Poder Ejecutivo de la I República: Francisco Serrano Domínguez, Juan Zavala de la Puente y Práxedes Mateo Sagasta

Francisco Serrano Domínguez
Francisco Serrano Domínguez, Duque de la Torre, volvió al Gobierno, año y medio después de su dimisión como Presidente del Consejo de Ministros, al ser nombrado, el día 3 de enero de 1874, Presidente del Poder Ejecutivo de la I República. Su mandato, como Presidente del Poder Ejecutivo con funciones de Jefe de Estado y del Consejo de Ministros, fue corto, duró hasta el 26 de febrero del mismo año.
Continuó como Presidente del Poder Ejecutivo, en una especie de dictadura republicana de talante conservador, hasta el golpe del general Martínez Campos, golpe que acabó definitivamente con la Primera República e instaló la Restauración Borbónica, a finales del año 1874.
Una de sus primeras disposiciones fue la disolución de las Cortes Republicanas. No volvió a haber elecciones a Cortes hasta el año 1875 lo que permitió a Serrano gobernar en una especie de dictadura hasta el final de la República. No existían las Cortes republicanas que controlaran la acción de gobierno, habían sido suspendidas, y, aunque se restableció la Constitución de 1969, se dejo en suspenso inmediatamente hasta que se arreglase la normalidad de la vida política. Su propósito era acabar con la sublevación cantonal y con las guerras carlista y de Cuba antes de convocar elecciones a unas Cortes que decidieran la forma de gobierno.
Tomó como modelo lo sucedido en la vecina Francia, donde el general, Patrice de Mac Mahon, elegido segundo presidente de la Tercer República había procedido a la disolución de la cámara baja esperando conseguir una mayoría favorable. El resultado no fue el deseado y, ignorando el resultado de las urnas intentó imponer un gobierno conservador.
Serrano formó un Gobierno de concentración que agrupó a constitucionales, radicales y republicanos unitarios. Dejó fuera a los republicanos federales. El Gobierno defendía la unidad y el orden, abortando todo intento federalista o cantonalista y haciendo frente a las guerras carlistas y cubana. El papel prioritario de su gobierno radicó en el ejército.
Nada más formado el nuevo Gobierno, se puso fin a la rebelión cantonal con la toma de Cartagena por el ejército al mando del general José Luis Domínguez, el 12 de enero de 1874.
Como Gobierno conservador, una de las primeras medidas que tomó fue la disolución inmediata de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) por atentar contra la propiedad, contra la familia y demás bases sociales.
Después del desastre republicano, el sector poderoso de la sociedad lo apoyaba.
Entre tanto, Antonio Cánovas preparaba la Restauración Borbónica permaneciendo en contacto permanente con el príncipe Alfonso, futuro rey Alfonso XIII. Alfonso estaba estudiando en la Academia Militar británica de Sandhurst.
El 26 de febrero, Serrano se desplazó al frente norte para encargarse directamente de la lucha contra los carlistas dejando al general Juan de Zavala y de la Puente al frente del Gobierno y quedándose él como Presidente del Poder Ejecutivo de la República.
Juan Zavala de la Puente (en la foto)
Juan de Zavala y de la Puente, peruano, nacido en Lima en 1804, muerto en Madrid a la edad de 75 años, en 1879. Marqués de Sierra Bullones y Conde de Paredes de Nava. Militar y político miembro del partido unión liberal. Hijo del patriota realista Marqués de San Lorenzo de Valle Umbroso, tras la independencia del Perú regresó a la península. Un hermano suyo, también combatiente en el ejército real en la guerra de la independencia de Perú, optó por quedarse y nacionalizarse peruano. Como tal combatió en las baterías de El Callao contra la escuadra española mandada por Méndez Núñez.
Combatiente en la Primera Guerra Carlista en el Ejército del Norte a las órdenes de los generales Valdez y Espartero, condecorado con la Cruz Laureada de San Fernando por acciones de guerra. Comisionado por Espartero para la preparación del Convenio de Vergara.
En 1849, tuvo el mando de una de las divisiones enviadas por el gobierno de Narváez a Italia para proteger el Papa.
En 1860, Jefe del II Cuerpo de Ejército en la Guerra de África donde se destacó especialmente en la batalla de sierra Bullones por lo que se le concedió el título de Marqués de Sierra Bullones, además de ser condecorado con otra Cruz Laureada de San Fernando. Senador y Ministro de Marina en el gobierno de O´Donnell.
Dejó la política cuando se proclamó la I República. Regresó con el Gobierno de Serrano donde ocupó la cartera de Guerra.
Cuando el General Serrano se desplazó al frente norte para dirigir el levantamiento del sitio carlista a Bilbao, fue nombrado Presidente del Consejo de Ministros, el 26 de febrero de 1874. Su mandato duró hasta el 3 de septiembre cuando dimitió de su cargo.
En su Gobierno, Zavala, además de ser Presidente, mantenía a su cargo la cartera de Guerra, cartera que ya ocupaba en el gobierno anterior de Serrano.
Después del éxito del levantamiento del sitio carlista de Bilbao por el general Serrano, Zavala reforzó su posición en el Gobierno nombrando a Sagasta como Ministro de Gobernación. La entrada de Sagasta en Gobernación significo la salida del gobierno de los tres ministros radicales y del único ministro republicano, formando Zavala un nuevo Gobierno exclusivamente con miembros del partido constitucional.
Durante su mandato intensificó las acciones contra los carlistas, muy bajos de moral, y casi derrotados, después del levantamiento del sitio de Bilbao al que los obligo el General Serrano. Reorganizó el Ejército de Norte del que se puso al frente después de la muerte, en junio de 1874, del general Manuel Gutiérrez de la Concha, marqués del Duero. Su dimisión en septiembre le impidió iniciar la campaña prevista.
El 19 de marzo de 1874, José Echagaray, Ministro de Hacienda y futuro Premio Nobel de Literatura, concedió el monopolio de emisión de billetes al banco de España. Los bancos emisores anteriores se convirtieron en sucursales del Banco de España en cuanto se refiere a la emisión de billetes aunque algunos no aceptaron tal dependencia y prefirieron convertirse en banca independiente. Así, el banco de España llegó, definitivamente, a ser banco nacional.
El día 3 de septiembre, Zavala se ve obligado a dimitir siendo sustituido por Sagasta quien venía de ser Presidente Interino del Consejo de Ministros desde el 29 de junio cuando el Presidente titular, Juan Zavala, se desplazó al frente norte para tomar el mando del Ejercito.
Retirado de la política, murió cuatro años más tarde siendo Capitán General del Ejército Español.
Práxedes Mateo Sagasta
Práxedes Mariano Mateo – Sagasta y Escolar fue nombrado por segunda vez Presidente del Consejo de Ministros por el general Serrano el 3 de septiembre de 1874. Éste nombramiento fue la continuación de su anterior nombramiento como Presiente Interino por ausencia del titular Juan Zavala que se había desplazado al norte a mandar el Ejercito que luchaba contra los carlista. Su mandato duró hasta el 31 de diciembre del mismo año cuando fue sustituido por Antonio Cánovas del Castillo.
Fue el último Presidente del Consejo de Ministros de la I República. El pronunciamiento en Sagunto del general Martínez Campos, el 29 de diciembre de 1874, a favor de la restauración de la Monarquía Borbónica dio fin a los casi dos años de régimen republicano en sus dos versiones, federal y unitaria, y a los poco más de seis años del Sexenio Democrático.
Por entonces los miembros del partido en el Gobierno, los constitucionalistas, estaban por la Restauración Borbónica en la figura del príncipe Alfonso. Iniciaron unas negociaciones con los alfonsinos, negociaciones que fueron rechazadas por Antonio Cánovas pues entre las propuestas estaba el reconocimiento de la Jefatura del Estado de Serrano hasta la derrota de los carlistas y de los rebeldes cubanos y la aceptación de que la restauración llegaría a través de la convocatoria de unas Cortes generales extraordinarias que elegirían la como forma de gobierno.
El 1 de diciembre de 1874, Cánovas publicó el Manifiesto de Sandhurst. Manifiesto escrito por Cánovas y firmado por el Príncipe Alfonso, con motivo del cumpleaños del Príncipe. En él, Alfonso recuerda que es el poseedor de los derechos dinásticos desde la abdicación de su madre, la Reina Isabel II, y se ofrece para restablecer: “en nuestra noble nación la concordia, el orden social y la libertad política perdida que existía antes de 1868”. Se comprometía, en caso de ser nombrado Rey, a implantar un régimen constitucional y parlamentario estable.
Cánovas no deseaba que la Restauración fuera obre de un pronunciamiento militar pero, adelantándose a sus deseos, el general Arsenio Martínez Campos se pronunció, en Sagunto el 29 de diciembre de 1874, a favor de la restauración borbónica en la persona de Alfonso de Borbón, hijo de Isabel II.
Serrano optó por no presentar resistencia y el Gobierno aceptó al Príncipe Alfonso como Rey.
A Cánovas no le gustó el pronunciamiento de Sagunto ya que esperaba, con su política, poner fin a la época de sobresaltos revolucionarios que venía sufriendo el País así como al predominio político del estamento militar sobre la sociedad civil.
El 31 de diciembre de 1874, se formó un Ministerio – Regencia, presidido por Cánovas, a la espera de la llegada del Príncipe Alfonso desde Gran Bretaña. En éste gobierno había dos hombres de la Revolución de 1868: Francisco Romero Robledo y Adelardo López de Ayala.
Así, el último día del año 1874 se acababa la I República Española y el Sexenio democrático.
Durante el Sexenio se celebraron cinco procesos electorales (dos en un mismo año), siete legislaturas y dos procesos constituyentes: la Constitución de 1869 y la no proclamada de 1873. Durante éste periodo: los republicanos fracasaron desbordados por los movimientos cantonales revolucionarios; los demócratas no pudieron impedir que los militares fueran los detentadores del verdadero poder; los carlistas desencadenaron la Tercera Guerra; estalló la sublevación en Cuba y el movimiento obrero fue castigado con la ilegalización de la Sección española de la AIT.
El Sexenio comenzó en paz, pero durante su vigencia se desarrollaron tres guerras de las cuales una se termino, la cantonal, y las otras dos continuaron durante la Restauración.
Joaquín de la Santa Cinta, Ingeniero aeronáutico, economista e historiador