Hoy, la defensa de las Posesiones Españolas: Desde Méjico y el Sur de EEUU hasta parte de la Columbia Británica en Canadá, las Islas Filipinas, Carolinas, Marianas y el norte de Taiwán (II)

Empezamos este segundo capítulo con las COSTAS NOROESTES DEL OCÉANO PACÍFICO
La exploración de los territorios situados al noroeste del Virreinato de Nueva España comenzó, realmente, en el siglo XVII con las misiones californianas.
Las dificultades de comunicación que, desde Nueva España, representaban las corrientes marinas del Pacífico y los desiertos del noroeste de Méjico, hacían muy difícil su acceso, pero
las noticias de la presencia en estos territorios extremos de barcos rusos e ingleses y de cazadores de pieles británico y, sobre todo rusos, hicieron planear las expediciones al Pacífico Noroeste.
Las expediciones tenían como objetivos: tomar posesión del territorio de indudable valor estratégico, pero también para obtener información útil geográfica y comercial, además de buscar el famoso Paso del Noroeste que comunicaría, por el norte, los dos océanos (Pacífico y Atlántico).
El tornaviaje del Galeón de Manila se hacía por el Norte del Pacífico, llegando hasta el paralelo 40º 26´N a la altura de Cabo Mendocino, 200 millas al norte de San Francisco en el actual estado de California, desde donde bajaba costeando hasta Acapulco. El cabo había sido descubierto por la expedición del portugués Juan Rodríguez Cabrillo y del vizcaíno Bartolomé Ferrelo, en 1542, cuando exploraron las costas del norte de California y de Oregón para cartografiar la costa y buscar posibles puntos de apoyo en la ruta del Galeón de Manila. Habían partido de Puerto de la Navidad, en el estado de Jalisco.
El Puerto de la Navidad fue el principal puerto desde donde salieron la primeras exploraciones españolas a la costa Noroeste del Pacífico y a las Filipinas. De él partió la expedición de López de Legazpi y de Urdaneta hacia las islas Filipinas y las sucesivas expediciones de reconocimiento cartográfico de las costa de California llevadas a cabo entre finales del siglo XVI y principios del XVII y protagonizadas Francisco Galí, Pedro de Unamuno, Sebastián Rodríguez Cermeño y Sebastián Vizcaíno.
Para el período a que nos referimos, el Puerto de la Natividad había sido sustituido por un puerto situado más al norte, el Puerto y Departamento Naval de San Blas en el estado de Nayarit, fondeadero que, desde 1769, fue la base de partida de todas las expediciones al Noroeste.
- La Santa Expedición
Después del reconocimiento de Sebastián Vizcaíno en 1604, el Reino de España hizo muy poco para proteger o colonizar la región que había reclamado como suya. Durante los 150 años siguiente apenas realizó expediciones por tierra, solo se establecieron pequeñas misiones jesuitas en la Baja California, misiones que pasaron a manos de los franciscanos al ser expulsados aquellos.
La población de la región era tan baja, no mayor de unos 400 individuos, que hacía imposible la defensa frente invasores extranjeros.
A lo largo del año 1768, el visitador José de Gálvez y Gallardo preparó un plan para realizar unas expediciones para descubrir, pacificar, colonizar las tierras de la Alta California y consolidar la presencia española con la ocupación de los dos puertos recomendados en su día por Vizcaino, San Diego y Monterrey. Para ello preparó expediciones por mar (tres buques) y por tierra (dos expediciones) que deberían reunirse en San Diego donde se establecerían la base de partida para alcanzar, en una segunda etapa, Monterrey.
La parte marítima de la expedición la formaron los tres navíos siguientes: el San Carlos que partió de La Paz (Baja California) en enero de 1769 pilotado por Vicente Vila; el San Antonio que salió un mes más tarde mandado por Juan José Pérez Hernández, y el San José que zarpó de Loreto (Baja California) cuatro meses más tarde, los dos primeros estaban fondeados en San Diego a finales de abril, pero el tercero naufragó no quedando ningún superviviente.
La parte terrestre de esta la formaron dos grupos: el primero de exploración y apertura del camino lo mandaba el comandante del presidio de Loreto, capitán Fernando Javier de Rivera y Moncada, un criollo nacido en Compostela (Méjico); y el segundo, con el grueso de la expedición, al mando del catalán nacido en Balaguer (Lérida), capitán de Dragones con experiencia militar en Europa y en el Virreinato (había participado en Expedición Militar a Sonora a las órdenes de coronel Domingo Elizondo contra los indios pima y seri), Gaspar de Portolá y Rovira, primer gobernador de los territorio de la Alta y Baja California.
La expedición salió de Loreto (en la Baja California) en la primavera de 1769, llegando el segundo grupo a San Diego el día 29 de junio.
Reunidas ambas expediciones, a pesar del estado de los supervivientes de la parte marítima de la expedición, Portolá decidió emprender la segunda etapa de la expedición y llegar a Monterrey.
Salió a mediados de julio de San Diego, pasaron de largo por la zona de Monterrey, no identificaron el puerto, y continuaron hasta San Francisco donde llegaron el día 31 de octubre. Su objetivo estaba más al sur.
Durante el regreso tampoco lo localizaron y, después de un viaje muy duro donde pasaron hambre y soportaron un terremoto, llegaron a San Diego a mediados de febrero de 1770.
A pesar de encontrar la base de San Diego en malas condiciones, los indios cercanos habían asaltado la Misión llevándose todo lo de valor, decidido a localizar Monterrey, envió a Rivera a la Baja California a pedir ayuda, ayuda que les llegó a mediados de marzo por medio del San Antonio a las órdenes de Juan José Pérez.
El nuevo intento de encontrar Monterrey lo preparo con dos expediciones: una marítima con el San Antonio y Juan José Pérez; y otra terrestre comendada por el mismo. En abril partieron ambas expediciones, se encontraron en el puerto de Monterrey el 24 de mayo. El día 3 de mayo se tomó solemne posesión del lugar.
A mediados de junio, Portolá embarcó para San Blas. Arribó a primeros de agosto de 1770, dio por terminada su misión y concluido su mandato como gobernador de las dos Californias.
Joaquín de la Santa Cinta, Ingeniero aeronáutico, Economista e Historiador