Escribo hoy para animarles a que donen sangre: Su generosidad puede salvar la vida de 80 personas al día en España y eso son palabras mayores. Un artículo del doctor Juan José Granizo
Cada día, solo en Madrid, se necesitan unas 900 donaciones de sangre para cubrir las necesidades de nuestra Comunidad.
Hasta el momento, la ciencia no ha sido capaz de producir sangre de una manera satisfactoria, así que la única fuente viable y barata de sangre, es la donación.
Por esa razón, el viernes pasado se celebró el Día del Donante de Sangre, porque la generosidad de estas personas es la clave de una actividad que puede salvar la vida de unas 80 personas al día en España y, cuando menos, mejora considerablemente la calidad de vida de muchos pacientes.
Si lo pensamos bien, hay pocas cosas tan eficaces y seguras en la práctica médica.
Para hacerse una idea del consumo de sangre, en una cirugía de cadera es posible consumir 2 o 3 donaciones, pero en la cirugía de columna el consumo puede ser el doble. Si hablamos de pacientes trasplantados el consumo oscila entre 30 y 200 y para el tratamiento de la leucemia se necesitan unas 250 donaciones.
Hay enfermedades, como la hemofilia, cuya esperanza de vida sería de pocos años, si no fuera por la donación.
En España la donación de sangre es un acto altruista por el que no se percibe remuneración económica, más allá de un bocadillo con un refresco y un par de horas de aparcamiento gratis en el hospital donde se ha producido la donación.
Hasta ahora, somos autosuficientes en este tema y toda la sangre o derivados consumidos se consiguen de donaciones hechas en el propio país.
La donación no es un proceso dirigido a beneficiar a un paciente concreto, con nombre y apellidos. Y digo esto porque en las redes sociales se suelen leer mensajes de que se necesita sangre para una persona (todo ello acompañado con fotografías delicadas, a veces, de menores de edad) y eso, en nuestro sistema sanitario, no es posible hacerlo.
Si dona sangre, esa sangre se priorizará para aquella persona compatible que más la necesite.
En principio cualquier persona puede ser donante de sangre a no ser que tenga cáncer, infección por el VIH o por los virus B o C de la hepatitis o paludismo. Estas enfermedades son motivo de exclusión absoluta, a veces de por vida.
En otros casos, se debe demorar la donación por seguridad para el propio donante, como ocurre tras una cirugía, un procedimiento de endoscopia, embarazo o si ha pasado una infección recientemente.
Y por último, si está tomando algunos tipos de medicación, se ha hecho un tatuaje, piercing o acupuntura o ha viajado a ciertas zonas donde hay infecciones graves de forma endémica, se recomienda demorar unas semanas la donación, en este caso, por la seguridad de los receptores.
La sangre está compuesta de células y un líquido que es el plasma. Las células son las plaquetas, glóbulos rojos y blancos. Y lo primero que se hace es separar estos componentes para poder disponer de ellos por separado y así personalizar el tratamiento en función de las necesidades de cada paciente.
Una vez que se han separado estos componentes, se analiza la sangre buscando virus, sobre todo VIH, retrovirus (que son unos virus asociados al cáncer) y los virus de la hepatitis B y C , pero también se rastrea la presencia de bacterias de la sífilis y algunas infecciones por parásitos microscópicos como los que producen la enfermedad de Chagas o el paludismo.
Si el donante estuviera infectado por estos microrganismos sería informado por el banco de sangre.
Una vez confirmado que la sangre está libre de estas infecciones se almacena. Para las células la conservación es limitada: solo 5 días para las plaquetas y unos 40 días para los glóbulos rojos. El plasma puede congelarse y conservarse hasta dos años.
Con frecuencia vemos en nuestras plazas autobuses de la Cruz Roja o de la Comunidad de Madrid que recogen donaciones pero en nuestro medio, la principal fuente de donaciones son las personas, acompañantes de pacientes, que acuden a nuestros hospitales.
Por eso, de vez en cuando se organizan “maratones” de donación en los que el personal y equipo del banco de sangre se hacen más visibles, situándose en la entrada del hospital con lo que se logran bastantes donaciones.
Escribo este artículo para animarles a que donen sangre.
Son solo 30 minutos de una vital trascendencia para ayudar a otras personas.
Y lo escribo ahora, en vísperas del verano, porque las vacaciones estivales son una mala fecha para las donaciones en Madrid, a pesar de que se reduce la actividad quirúrgica de los hospitales, pero hay urgencias que no se pueden demorar y esa es precisamente la cirugía que probablemente necesita más sangre.
Les doy las gracias en nombre de todas las personas que se van a beneficiar de ello.
Todos los días veo sus caras en mi hospital. No les estoy hablando de lejanas selvas, ni suburbios marginales, si no de cualquier hospital en el que usted o sus familiares pueden necesitar asistencia esta misma tarde.
Juan J. Granizo, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública