Los capitanes Andrés Borlet y Lorenzo Carbonell, héroes de la posición de Solano, dieron su vida por España defendiendo la guarnición con 105 hombres de los que solo sobrevivieron 12
La Posición de Solano quedó cercada por el enemigo el día 18 de agosto de 1924, no pudo ser socorrida pese a los intentos realizados y sucumbió el día 4 de septiembre. Durante su resistencia tuvo que ser abastecida desde el aire. La guarnición la componían 105 hombres del regimiento de Vizcaya, de ellos solo sobrevivieron 12.
Algunos de los héroes caídos en la posición, o en los intentos de socorrerla, son los siguientes:
1º. Capitán de Infantería, fallecido, del Regimiento Vizcaya Núm. 51, Andrés Borlet López, se hizo acreedor a ingresar en la Real y Militar Orden de San Fernando (R.O de 25 de octubre de 1930, D.O. n.º 242 de 26 de octubre), por los méritos que contrajo al frente de fuerzas de su regimiento que ocupaban la posición de Solano y puestos avanzados, en la línea del Lau.
Desde el 18 de agosto, día que empezó el asedio, al 4 de septiembre de 1924 en el que, sin agua, víveres ni municiones, con los efectivos reducidos por la pérdida de los puestos avanzados y bajas que diariamente sufría por los ataques a la posición por el numeroso enemigo que la cercaba y que tenazmente impedía su socorro, extremando la defensa, no obstante el agotamiento de sus fuerzas, resiste valientemente el asalto y, al intentar establecer contacto con la columna, sucumbe gloriosamente con la totalidad de sus heroicos soldados.
Andrés Borlet había nacido en Cartagena en 1893. Ingresó en la Academia con 17 años (D.O. n.º 143 de 5 de julio de 1910). Acabados sus estudios fue nombrado segundo teniente (D.O. n.º 142 de 28 de junio de 1914) y destinado el Regimiento de Toledo (D.O. n.º 144 de 2 de julio de 1914). En 1915 pasó el Batallón de Cazadores de la Navas y fue enviado con su batallón a Larache. Sirviendo en este batallón fue promovido el empleo de primer teniente (D.O. n.º 143 de 28 de junio de 1916).
Ascendió a capitán en 1920 (D.O. n.º 250 ce 6 de noviembre de 1920) y un año después pasó al Regimiento de Vizcaya, con el que embarcó rumbo a Melilla, tomando parte en diversas operaciones, y actuando, más tarde, en la protección de convoyes y defensa de posiciones en la zona de Solano.
En el mes de agosto de 1924 su compañía relevó a la guarnición de Solano y quedó poco después cercada, perdiendo la vida el 4 de septiembre siguiente con todos sus oficiales y casi la totalidad de sus soldados.
2º. Capitán de Infantería (fallecido), Lorenzo Carbonell Muntó, se hizo acreedor a ingresar en la Orden Militar de San Femado (O. Presidencial de 11 de junio de 1934, D. O. n.º 132 de 12 de junio), por su comportamiento en el combate librado el día 22 de agosto de 1924 en Yebel Cobbú, sector de Wad Lau (África), mandando la tercera compañía del tercer Tabor del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Alhucemas n.º 5.
El día 20 del citado mes, con ocasión de socorrer las posicione del sector de Solano (Wad-Lau), asediadas por el enemigo, se realizó un movimiento de fuerzas, en cuyo despliegue inicial, una. columna, de la que formaban parte la primera Bandera del Tercio y dos compañías del tercer Tabor del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Alhucemas núm. 5, una de ellas, la tercera, al mando del capitán Carbonell, quién recibió orden de ocupar las alturas de Yebel Cobbú, constituyendo el flanco derecho de la fuerza de vanguardia en avance sobre las prominencias de dicho macizo, cuyas partes más dominantes ocupó en ataque rápido y decisivo y en que se sostuvo con vivos tiroteos los días 20 y 21.
La compañía del capitán Carbonell mantuvo a raya al enemigo el siguiente día 22, desde la mañana hasta primeras horas de la tarde. Estacionadas las fuerzas en los puestos avanzados que se habla logrado alcanzar y recibida orden de vivaquear en el terreno, se encontraba parte de la fuerza allegando piedras con propósito de construir un ligero parapeto para resguardo del vivac.
Ocupadas las fuerzas en estas faenas a la caída de la tarde, el enemigo, inesperada, y encubiertamente a favor de la espesa gaba (jarales y matorral), desató un violento ataque sobre aquel frente, y muy particularmente contra la compañía del capitán. Carbonell, ante cuya imprevista acometida, interrumpiendo los trabajos, se aprestó la fuerza a la defensa. Reúne a su gente y ordenando armar el cuchillo – bayoneta, se pone al frente y en cabeza de la compañía, secundado por sus oficiales y clases, se lanza al cuerpo a cuerpo, consiguiendo con su ejemplo, y singular valor y arrojo, batir al enemigo y restablecer la situación, sosteniéndose en su puesto a pesar de las graves heridas recibidas y de resulta de las cuales falleció al día siguiente.
Lorenzo Carbonell había nacido en Alcoy (Alicante). Ingresó en la Academia de Infantería en 1913 (D.O. n.º 178 de 3 de agosto de 1913). Pasado su período de aprendizaje, fue nombrado segundo teniente en 1916 (D.O. n.º 141 e 25 de junio de 1916) y destinado al Regimiento de Vizcaya, pero poco después marchó a Tetuán con el Batallón de Cazadores de Madrid.
Destinado al Regulares Grupo de Regulares Indígenas de Tetuán n.º 1, ascendió al empleo de primer teniente en 1918 (D.O. n.º 143 de 28 de junio de 1918), siendo citado como Distinguido en los combates de Beni Salach y Kudia Hedia.
De regreso a la Península, volvió al Regimiento de Vizcaya, donde fue ascendido a capitán en 1922 (D.O. n.º 5 de 9 de enero de 1023). Al crearse al año siguiente el Grupo de Regulares de Alhucemas fue destinado a él.
En julio de 1924 se trasladó a la zona occidental, desembarcando en la bahía de Wad Lau, actuando en los días siguientes en socorro de las posiciones asediadas en esa zona, encontrando la muerte el 21 de agosto siguiente, siendo ascendido título póstumo a comandante por méritos de guerra (D.O. n.º 119 de 30 de mayo de 1926).
Los meses de julio y agosto de 1924 fueron muy lluviosos, convirtieron los caminos en barrizales, haciendo muy difícil, penoso y sangriento las operaciones de suministro de víveres y municiones a los pequeños destacamentos de la línea española. La situación complicada del mes de julio no varió con la llegada del mes de agosto. Los ataques crecieron en las líneas del Lucus y el Lau, obligando al envío a la zona de una de las brigadas de reserva desde la península.
La inseguridad en las comunicaciones, así como las dificultades para las aguadas y convoyes, hizo que las posiciones de vanguardia sufrieran un pertinaz asedio, limitándose a repeler los ataque.
Uno de los pequeños destacamentos de la línea del río Lau era la posición de Solano. El recinto estaba situado sobre un cerro sin agua en su interior, había que hacer periódicamente aguadas con los riesgos que estas operaciones conllevaban. La guarnición estaba formada por una compañía del Batallón Expedicionario del Regimiento de Vizcaya, de guarnición en Alcoy, compuesta de 105 hombres mandados por el capitán Andrés Borlet López con los tenientes San Félix, Urbano, Maestre y el capitán de Sanidad Giner.
La posición fue atacada el día 12 de agosto, cuatro días más tarde, cuando se intentó la aguada, se descubrió que el manantial del que se surtían había sido envenenado. La falta de agua se atenuó al descubrir otro pequeño manantial a unos 200 metros de la posición. Todas las noches, soldados voluntarios salían a llenar una cuba, pero un día fueron descubiertos y el pequeño suministro se acabó. La guarnición pudo seguir resistiendo algún tiempo más al contar con la ayuda de la aviación que continuó, con gran esfuerzo por su parte, suministrando barras de hielo, alimentos y medicinas que dejaban caer sobre la posición.
En una de estas misiones de apoyo y suministro a la posición, el cabo de Ingenieros José María Gómez del Barco se hizo acreedor a ingresar en la Real y Militar Orden de San Fernando (R.O. de 26 de octubre de 1925, D.O. n.º 237 de 27 de octubre ), por el mérito que contrajo en el vuelo de bombardeo realizado el día 21 de agosto de 1924 sobre la posición de Solano, del territorio de Ceuta -Tetuán. El interesado, encargado con su avión de proteger otro aparato que llevaba su misión, cumple la suya aun estando herido gravemente al empezar a ejecutarla y la cumple de una manera perfecta que hace que su cometido sea eficacísimo, pues gracias a serenidad y valor, a pesar de sus heridas, con sus vuelos bajos consigue que el aparato que protegía salga sin un impacto, salvando por último el aparato propio y la vida de su compañero en una hábil maniobra.
El día 4 de septiembre, cuando ya habían caído Chentafa, Taza y una avanzadilla de Solano, los jefes dejaron en libertad a los soldados para que intentaran salvarse. El enemigo dio el asalto final. A Tetuán llegaron tres soldados salvados por el río y nueve que defendían la avanzadilla. El resto de la guarnición fue dada por desaparecida.
Las cuatro columnas que operaban en los alrededores presenciaron, desde unos 3 kilómetros de distancia, la caída de la posición de Solano sin poder hacer nada para auxiliarlos.
Joaquín de la Santa Cinta, ingeniero aeronáutico, economista e historiador
Para saber más
- O. números: 142 d 28 de junio de 1914; 144 de 2 de julio de 1914; 141 de 26 de junio de 1916; 143 de 28 de junio de 1916; 143 de 28 de junio de 1918; 250 de 6 de noviembre de 1920; 5 de 9 de enero de 1923; 237 de 27 de octubre de 1925; 119 de 30 de mayo de 1926; 242 de 25 de octubre de 1930 y 132 de 12 de junio de 1934.
- ABC de los días 19 al 31 de agosto, del 2 al 6 de septiembre y el 13 de octubre de 1924.
- La Época de los día 18 al 29 de agosto y del 1 al 6 de septiembre de 1924.
- I centenario de la Aviación Militar Española. La Aviación Militar Española en la Campaña de Marruecos (1913-1927). José Sánchez Méndez.
- Historia de las Campañas de marruecos. Servicio Histórico Militar.
- Internet