Una cosa tan simple como lavarse las manos, aunque no lo crea, puede salvar su vida y la de las personas de su entorno. Un artículo del Dr. Juan José Granizo
El 5 de mayo, hoy, se celebra el Día Mundial de la Higiene de Manos por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud.
Desde hace 10 años este organismo internacional dedica este día a promover algo tan simple y útil como es el lavado de las manos, iniciativa a la que se han sumado Ministerio de Sanidad y Comunidades Autónomas.
Aunque esta medida debe enmarcarse dentro de una estrategia encaminada a una práctica sanitaria más segura, su objetivo específico es reducir la frecuencia de infecciones dentro de los hospitales.
Una importante proporción estas infecciones están causadas por la transmisión de gérmenes patógenos de unos pacientes a otros a través de las manos contaminadas del personal sanitario que los atiende.
A pesar de la evidencia científica que apoya esta medida, generalizarla y mantenerla en el tiempo, está resultando difícil y sin embargo, por mucha tecnología que dispongamos, sigue siendo la primera y más necesaria de todas las barreras que hay poner en la prevención de la infección hospitalaria.
Por eso, los que trabajamos por la seguridad, estamos buscando la colaboración de los propios pacientes en esta misión. Una de las soluciones que estamos proponiendo es que los pacientes ingresados – o sus acompañantes- le pregunten directamente a su médico o enfermera si se ha lavado las manos antes de atenderle.
En nuestra cultura tendemos a confiar en exceso en el personal sanitario, pero la experiencia nos demuestra que, ya sea por las prisas, la falta de interés o las carencias de infraestructura, el lavado de manos no siempre se hace.
Aunque resulte embarazoso, piense que le puede ir la vida en ello y que con ello no está demostrando desconfianza, ya que es una obligación ética y científica del personal sanitario lavarse correctamente sus manos. Y si les sirve mi experiencia: los buenos sanitarios – lejos de enfadarse – suelen sorprenderse gratamente cuando los pacientes les hacen esa pregunta.
El lavado de manos es también una medida básica de prevención de las toxinfecciones alimentarias en el ámbito familiar, escolar o laboral.
La recomendación general para cualquier persona es lavarse las manos antes de comer, después de trabajar o de realizar una actividad de ocio y después de ir al cuarto de baño.
Además, es especialmente importante el lavado de manos antes de preparar la comida y en ese aspecto, hay que recalcar que resulta más seguro hacerlo cada vez que cambiemos de materia prima cruda. Las verduras, carnes y pescados pueden tener contaminaciones diferentes que podemos pasar de unos alimentos a otros.
Lavarse las manos tiene su técnica. En los estudios que hacemos con regularidad en los hospitales comprobamos que no se hace correctamente.
Para hacer una buena higiene de manos el primer paso es humedecerlas con agua, aplicar una cantidad suficiente de jabón y frotar enérgicamente una contra otra haciendo especial hincapié en las uñas (sobre todo debajo de ellas) y entre los dedos. Luego deben aclararse bajo el chorro de agua y secarlas completamente.
Pocas cosas son tan simples, baratas y efectivas para la prevención de las infecciones. Y necesarias.
Juan J. Granizo, Doctor en Medicina, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública