María Martina Ibaibarriaga Elorriaga, la guerrillera vizcaína que llegó a ser teniente coronel del Ejército Español y tenía tal valor que el duque de Wellington se sorprendió de que fuera mujer

Otra mujer olvidada, la guerrillera vizcaína que llegó a ser teniente coronel del Ejército Español. En la Batalla de Vitoria se distinguió luchando con tal valor que el duque de Wellington quiso conocer a tan valiente coronel, cuál fue su sorpresa cuando le informaron que el coronel era una mujer que se llamaba María Martina Ibaibarriaga Elorriaga. Su historia, como la de tantas valientes españolas, estuvo olvidada durante mucho tiempo.
María Martina nació en Bérriz (Vizcaya) en 1788, hija de José de Ibaibarriaga y de Magdalena Elorriaga. El padre era boticario y tenía su establecimiento en las Siete Calles de Bilbao donde vivía la familia formada por los padres, un chico, José, y tres chicas: Ramona, Magdalena y María Martina.
Después del 2 de mayo de 1808, Bilbao, como todas las poblaciones españolas, se levantó en armas contra los enemigos franceses. Ante la previsible llegada de tropas francesas a la villa, se organizó una fuerza de defensa formada por soldados de la guarnición y por civiles armados.
Para los franceses Bilbao era una plaza estratégica, su puerto podía ser usado por los ingleses para desembarcar fuerzas que pudieran cortar las comunicaciones del ejército francés con sus bases allende la frontera, eso hizo que las tropas francesas se dirigieran a marcha forzada a recuperar el control de tan estratégico lugar.
Por entonces, Bilbao era una villa con unos 8.000 habitantes que vivián en lo que hoy constituye el Casco Viejo.
Al mando del abigarrado ejército, compuesto por una compañía de soldados regulares y por vecinos voluntarios o de obligado alistamiento, se puso un militar profesional curtido en varias batallas, el bilbaíno, comandante de artillería Luis Power Echévarri.
El 16 de agosto, los franceses se presentaron a las puertas de la villa. Los defensores, protegidos por improvisadas barricadas, pelearon con valor aquella lucha desigual. Muerto Power al pie de un cañón, los franceses superaron las barricadas y continuaron su avance por las calles de la villa a pesar de la enconada resistencia de los bilbaínos que lucharon calle por calle y casa por casa.
La toma de la ciudad costó a los franceses 1.200 bajas, la furia de los atacantes ante tal número de bajas se cebó en los vecinos que fueron pasado por las armas según eran localizados. Los vencedores sometieron a un saqueo inmediato y feroz a toda las casa de la villa. Durante el saqueo asaltaron la botica del padre de María Martina, asesinándolo a él y a su hermano José.
Las chicas y la madre se salvaron de la muerte por encontrase ausentes del lugar de los hechos. Ante los cadáveres de sus familiares, María Martina juró venganza y se echó al monte como guerrillera.
Inicialmente entró a formar parte de la partida del guerrillero llamado Belard, alias “El Manco” o “El Cuco”. La partida tenía su campo de acción en la comarca del Duranguesado y María Marina era llamada “La Martina”. Poco después, los franceses detuvieron a una de sus hermanas y a su madre para interrogarlas sobre el paradero de su hija, “la muchacha bandida vestida de hombre”.
Al poco, María Martina mandaba su propia cuadrilla compuesta por unos cincuenta guerrilleros.
Los guerrilleros no tenían siempre un comportamiento adecuada con los campesinos, las más de las veces se comportaban como verdaderos bandidos. Se apoderaban de los víveres y los suministros por la fuerza, sin pagarlos, produciendo un fuerte rechazo entre el paisanaje. Con su comportamiento ponían en peligro a la propia guerrilla al granjearse la enemistad de los campesinos que eran los ojos y oídos de los guerrilleros. Su conducta reprobable era castigada por los verdaderos jefes guerrilleros.
Espoz y Mina era implacable con aquellos guerrilleros que se comportaban como bandidos, sus fuerzas capturaron a la partida de Martina en Santa Cruz de Campezo, un pueblo de la provincia de Álava. En sus memorias se puede leer lo siguiente: “el 3 de julio de 1811 se puso fin, cerca de Mungia, a las correrías de una partida que estaba haciendo estragos en Álava y Vizcaya, encabezad por une mujer llamada Martina”.
Llevó a los prisioneros hasta donde se encontraba el guerrillero Francisco Longa, jefe de la División Guerrillera Iberia, quien ordenó fusilar por bandidos a ocho de los hombres de Martina. Ella salvó la vida por ser mujer y encontrase embarazada. Martina, junto los supervivientes, se unieron a la división de Longa, donde siguieron luchando hasta el final de la guerra.
Martina con su división participó en la batalla de Vitoria, en junio de 1813. Tanto se distinguió en el ataque al pueblo de Gamarra Menor, al mando de unos de los batallones de la división de Longa, que, el día siguiente, cuando Longa fue llamado al cuartel general de Wellington, este lo felicitó por el valor y arrojo de sus soldados en el combate del día anterior y quiso conocer” al bizarro coronel al que no había perdido de vista durante el combate”. Longa le respondió que el coronel al que había visto cargar tres veces contra el pueblo de Gamarra Menor era el coronel Martínez. Wellington quiso conocerlo en persona, entonces Longa le informó que el coronel Martínez era una mujer, nuestra heroína Martina. Ante el asombro general en el estado mayor de Wellington, Longa ordenó a Martina presentarse en el cuartel general para que fuera personalmente felicitada por el General en Jefe.
Acabada la guerra, Martina, que se había casado en 1812 con un teniente que estuvo a sus órdenes, Félix Asenjo, se dio de baja del ejército y se retiró a vivir al pueblo de su marido, Oña en la provincia de Burgos, donde nació su hijo Francisco Asenjo Ibaibarriaga.
Fue juzgada por bandidaje, salió absuelta y Fernando VI le concedió el título honorario de capitán y una pensión vitalicia por los servicios prestados. Martina siguió cobrando hasta su muerte una paga de coronel bajo el nombre de “Ilmo. coronel Manuel Martínez”.
Murió en Oña en 1849 a los 61 años, siendo enterrada en el cementerio del municipio. En el registro de defunción se lee: “…se enterró a María Martina Ibaibarriaga, viuda, Teniente Coronel de los Ejércitos”.
Como otras tantas grandes mujeres, su memoria estuvo injustamente olvidada hasta que uno de sus nietos, Ricardo Blanco Asenjo, escribió su historia en el periódico El Imparcial de Madrid el 7 de mayo de 1883.
Martina fue una de tantas heroínas que lucharon contra los franceses y de cuya memoria solo se han salvado un puñado de las más famosas o de aquellas que tuvieron la suerte de encontrar a alguien que contara su historia. Sus hechos, sufrimientos, valor no fueron inferiores a los realizados por sus compañeros guerrilleros, pero su memoria no tuvo igual reconocimiento.
Joaquín de la Santa Cinta, Autor de «50 héroes españoles olvidados»
Para saber más:
- El Imparcial de Madrid de fecha 7 de mayo de 1883.
- Bilbao: 16 de agosto de 1808. Alberto López Echevarrieta. Bilbao
- María Martina Ibaibarriaga Elorriaga. Revista Atalaya Salesiana.
- Vascos contra Napoleón. Archivo Histórico de la Diputación de Vizcaya.
- Martina, la guerrillera de Berriz. Iñaki Anasagasti.
- Mª Martina Ibaibarriaga. Mujeres Valientes.
- Internet