Defensa de las posesiones españolas en el Océano Pacífico. Costas suroeste: La Patagonia chilena. La Expedición de Juan Bautista Pastene

Los límites de la Corona española en costa suroeste de Sudamérica quedaron establecidos en los primeros tiempos de la conquista. Teóricamente los dominios españoles comprendían hasta la desconocida Terra Australis, es decir el extremo del Cono Sur del continente y más allá, hasta el polo Sur, pero en la práctica acababa en la denominada Frontera que, en tierra, estaba limitada por la orilla derecha del río Bio Bio (al sur de la capital Santiago de Chile), y en el mar con las islas del archipiélago de Chiloé.
Era una tierra hostil a los asentamientos humanos debido: al clima, a la incomunicación por tierra con las áreas civilizadas y a las enormes distancias de estas.
En las costas del Pacífico, las zonas habitadas más australes eran la ciudad de Valdivia y las islas del archipiélago de Chiloé.
Valdivia, fundada en 1552, fue abandonada después de la derrota en la batalla de Curalaba (1598) y destruida un año más tarde. Ocupada y utilizada por los holandeses en agosto de 1643, cuando se retiraron en octubre de ese año, fue reconstruida y repoblada por los españoles en 1645.
El archipiélago de Chiloé fue descubierto en 1554 por el extremeño Francisco de Ulloa, veintitrés años más tarde se tomó posesión de las islas y se fundó la ciudad de Santiago de Castro. Después del desastre de Curalaba, quedó asilado del continente, todas las ciudades y asentamientos al sur del río Bio Bio fueron destruidos o abandonados. Las islas quedaron como el único emplazamiento estratégico español más más al sur en la costa del Pacífico, un territorio aislado y sin comunicación regular con el resto de la Capitanía de Chile. El archipiélago, y toda la región al sur de él, estaba mandado, al menos nominalmente, por un gobernador residente en Santiago de Castro.
Chiloé mantuvo su posición geoestratégica durante todo el período de dominio español en el continente. Fue clasificada como “puerta y barrera de los reinos del Perú y Chile, la posesión más importante del rey en todo el Mar del Sur, la única llave, en fin, la joya preciosa de la Corona”. Por su situación sufrió ataques de los enemigos de los españoles, siendo sus ciudades y fuertes destruidos en 1600, 1615 y 1643.
El área de la costa al sur del archipiélago era un vasto espacio formado por millares de islas, fiordos y bahías. Un territorio inhóspito, con un clima extremo, formado por estrechos canales, con escasos puertos y refugios y de muy difícil acceso.
Las defensas occidentales del paso entre los dos océanos estaban protegidas por la imposibilidad de crear establecimiento en un territorio tan hostil y por la llamada Frontera Móvil de Chiloé, consistente en la realización de viajes marítimos de exploración al área, tomando al archipiélago como base de partida. Viajes que, además de tratar de cartografiar una costa tan complicada como es la costa oeste del cono sur americano, respondían a las incursiones en el océano de los enemigos de España.
Desde los primeros tiempos de la conquista se llevaron a cabo expediciones a las costas patagonas con distintos fines: explorar el territorio, vigilar la posible presencia de extranjeros en el área, capturar nativos para venderlos como esclavos y para la búsqueda de la mítica Ciudad de los Césares, ciudad que se suponía ubicada en algún lugar del Cono Sur, en algún valle andino escondido, en la Patagonia entres los actuales países de Chile y Argentina.
Algunas de las expediciones más importantes son las siguientes:
Expedición de Juan Bautista Pastene
La primera expedición enviada para reconocer la costa del suroeste del océano Pacífico fue del genovés Juan Bautista Pastene. El teniente gobernador de Chile, el extremeño Pedro de Valdivia, lo había nombrado en 1544 capitán y teniente general en la Mar de las provincias de Nueva Extremadura y le encargó llevarla a cabo.
El 4 de septiembre del mismo año salieron de Valparaíso el navío San Pedro (a las órdenes de Pastene) y el bergantín Santiaguillo (mandado por Diego García de Villalobos) con la misión de reconocer las costas australes del Pacífico desde este puerto hasta el Estrecho de Magallanes. Llevaban a bordo treinta soldados.
No consiguieron llegar hasta el estrecho, pero alcanzaron los 41º 15´Sur, en la desembocadura del río Maullín. Navegando en el canal entre la isla Grande de Chiloé y el continente, descubrieron la bahía que llamaron de San Pedro (actualmente ubicada en la comuna de Purranque, provincia de Osorno, Región de los Lagos), tomaron posesión en nombre del emperador Carlos V y emprendieron el viaje de regreso a Valparaíso. De regreso descubrieron el puerto de Corral (actual Valdivia).
Joaquín de la Santa Cinta, Ingeniero aeronáutico, Economista e Historiador