Presidentes del Consejo de Ministros durante el Reinado de Isabel II: Leopoldo O´Donnell y Jorís

Leopoldo O´Donnell y Jorís, I Duque de Tetuán, canario, nacido en Santa Cruz de Tenerife en 1809 y muerto en el exilio en Biarritz (Francia) a los 58 años, en 1867. Militar y político moderado, fundador del partido político unión liberal. Ministro de Ultramar, de Estado y de Marina. Tres veces Presidente del Consejo de Ministros nombrado por la Reina Isabel II.
De familia militar y de origen irlandés, descendía de Calvagh O´Donnell jefe del clan de los O´Donnell a mediados del siglo XVI, al servicio de España desde el siglo XVII. Combatió en la Primera Guerra Carlista en el bando isabelino a pesar de tener en el bando carlista a sus hermanos mayores, la familia de O´Donnell era carlista por tradición. Ascendió al rango de teniente general por meritos de guerra al final de la campaña. Obtuvo la máxima condecoración militar española, la Cruz Laureada de San Fernando. Exiliado en Francia después de la revolución de 1840 y el fin de la Regencia de María Cristina. Regresó un año después. Figura como integrante de la conspiración de Diego de León contra la Regencia del General Espartero, el fracaso del complot le obligó a exiliarse en Francia nuevamente.
Capitán General de la Habana con el Gobierno de Narváez. Regresó a España desde Cuba en 1848, rompió con Narváez y se puso a disposición de los que conspiraban para derrocarlo. Director de la Academia de Infantería de Toledo en 1849 hasta su destitución por Bravo Murillo. Pasó a integrase en la oposición a los moderados y fue líder de la oposición en el Senado. Protagonizó la Vicalvarada contra el Gobierno de Sartorius poniendo el fin de la Década Moderada. Ministro de la Guerra, y hombre fuerte en el Gobierno de Espartero, durante el Bienio Progresista. Durante el Bienio inspiró la formación de un partido de centro, Centro Parlamentario, que sería el germen de su nuevo partido unión liberal
Nombrado, por primera vez, Presidente del Consejo de Ministros el 14 de julio de 1856 después de la dimisión de Espartero. Su Gobierno duró apenas tres meses, hasta su dimisión el 12 de octubre del mismo año. Su nombramiento dio lugar a una nueva etapa de gobiernos conservadores que duró 12 años, hasta la revolución de 1868.
A mediados del año 1856, se podía comprobar el fracaso de las soluciones políticas adoptadas para resolver los problemas de España, era la constatación de un fracaso político. Se habían malogrado todas las soluciones políticas aplicadas durante los últimos años para solucionar los problemas económicos y políticos que arrastraba el país: las soluciones dictatoriales, las populares de los progresistas y las de las coaliciones, como las del Bienio Progresistas, entre progresistas y moderados. El problema insuperable era el radicalismo político excluyente entre los partidos.
La llegada de O´Donnell al gobierno fue esperanzadora para el pueblo, la gente confiaba en él y en su partido, la unión liberal, para acabar con la corrupción y conseguir la unión y cooperación entre la mayoría de políticos españoles. Pronto ésta sensación cambió, O´Donnell era otro conservador y que el verdadero dueño de la situación política era Narváez.
El nombramiento de O´Donnell hizo que aparecieran barricadas en Madrid y en otras ciudades Españolas. Las de Madrid fueron asaltadas por el ejército a las órdenes del Presidente de Gobierno y de los generales Francisco Serrano y de Manuel de la Concha. La sublevación de Barcelona fue duramente reprimida por el Capitán General, Juan Zapatero, y lo mismo ocurrió con el resto de motines de otras ciudades. A finales de Julio las algaradas estaban terminadas.
Espartero se retiro de la política activa volviendo a su casa de Logroño a primeros de agosto.
Las primeras medidas del Gobierno fueron nombrar un hombre duro como Ministro de Gobernación para acabar con los motines, éste hombre fue Antonio Ríos Rosas. Él fue el redactor de los dos primeros decretos del gobierno: la disolución de las Cortes y de la Milicia Nacional.
El primero de ellos ponía fin prematuro a la Constitución de 1856, pues se disolvían las Cortes cuando aún no había sido promulgada. La Constitución no entro en vigor nunca, fue una Constitución nonata.
El partido demócrata había participado activamente en los motines, por lo que fue declarado ilegal. La mayoría de sus miembros se integraron en una sociedad secreta carbonaria. Los carbonarios era una sociedad secreta nacida en Nápoles a principios del siglo como reacción a la ocupación napoleónica de Italia, su objetivo era instaurar regímenes democráticos por toda Europa con una constitución elaborada por el pueblo
La siguiente medida fue tomada el 12 de septiembre y consistió en parar la venta de bienes desamortizados para así ganarse a los católicos.
Tres días más tarde, se restableció la Constitución de 1845 y redactó un Acta Adicional. Recordamos que durante el Bienio Progresista la Constitución en vigor fue la de 1837 mientras se redactaba la nueva Constitución de 1856.
El Acta Adicional reformaba la Constitución de 1845. Acta de muy corta duración, ya que fue suprimida el 14 de octubre del mismo año, solo dos días después de la dimisión de O´Donnell, constaba de 16 artículos donde se daba más autoridad a las Cortes y se quitaban algunas prerrogativas a la Corona.
En la Exposición Preliminar del Acta Adicional se podía leer que la Constitución nonata de 1856 no satisfacía los intereses de la nación y que no había sido promulgada. Era necesario, por tanto, poner en vigor otra Constitución y se consideraba como más adecuada la Constitución de 1845. Como ésta Constitución, a juicio del Gobierno, no era perfecta se debería reformar entre la Corona y las Cortes. Mientras eso no ocurriera, se consideraría el Acta Adicional provisionalmente en vigor como parte integrante de la Constitución de 1845. El Acta era un hecho anómalo y dictatorial aunque se hacía de acuerdo con la Corona.
Los obispos españoles decidieron apoyar a O´Donnell y la Santa Sede reanudó las Relaciones Diplomáticas.
El día 10 de octubre había un baile de protocolo en Palacio. La costumbre era que la Reina abriera el baile con el Presidente del Consejo de Ministros, pero la Reina escogió como pareja a Narváez. O´Donnell entendió que estaba despedido. Isabel II nunca le había apersonado la Vicalvarada, las condiciones que exigió Espartero para ser nombrado Presidente ni la nueva desamortización del Bienio Progresista. Dimitió el día 12 y la Reina eligió como nuevo Presidente del Consejo de Ministros a Narváez.
Joaquín de la Santa Cinta. Ingeniero aeronáutico, economista e historiador