Presidentes del Consejo de Ministros durante el Reinado de Isabel II: Serafín María de Sotto (dos días) y otra vez Narváez
Serafín María de Sotto y Abbach Langtón Casaviella, III Conde de Clonard (en la foto)
Serafín María de Sotto y Abbach Langton Casaviella, (el apellido original irlandés Sutton se españolizó como Sotto), catalán, nacido en Barcelona en 1793 y muerto en Madrid a la edad de 69 años, en 1862. Militar, alcanzó el grado de Teniente General, político del ala más conservadora del partido moderado e historiador, director de los Servicios de Contraespionaje e Inteligencia españoles, Presidente del Consejo de Ministros durante dos días.
Hijo del mariscal de campo Raimundo María de Sotto Langton y de Ramona Ab Ach Casavieja, Marquesa de le Granada en el Reino de Nápoles.
Destacada participación, junto a su padre, en la Guerra de la Independencia, combatió en la Primera Guerra Carlista llegando a alcanzar el grado de Marcial de Campo. Ministro de la Guerra en el Gobierno de Evaristo Pérez de Castro, la caída de la Reina Gobernadora hizo que se exiliase en Francia. Regreso en 1844 siendo ascendido a Teniente General.
Con la dimisión de Narváez, debido a la nota que envió a la Reina su esposo Francisco de Asís, y contando con el apoyo de la camarilla del Rey, ésta decidió nómbrale Presidente del Consejo de Ministros en sustitución de Narváez, el día 19 de octubre de 1849. Su mandato duro dos días hasta el 20 del mismo mes y año. Conocido absolutista intentó formar un gobierno ultraconservador. Su nombramiento hizo que dimitieran en bloque todos los cargos políticos y militares lo que obligo a la Reina cesarlo y reponer a Narváez en el cargo.
Tras su dimisión, fue desterrado a Jaén donde recibió el encargo de formar la Comisión Regia, germen del servicio de inteligencia y contraespionaje españoles.
Ramón María Narváez
Dos días después de su dimisión, Narváez fue nombrado, por cuarta vez, Presidente del Consejo de Ministros el 20 de octubre de 1949. Su mandato duró 14 meses hasta su cese el día 14 de enero de 1851. La interrupción entre su tercer y cuarto mandato fue tan breve que muchos historiadores consideran ambos períodos como un único periodo de Gobierno.
El 28 de diciembre de 1849 se creó el cargo de Gobernador Provincial donde se aunaban a las funciones propias del Gobernador, de las que ya eran responsables desde mayo de 1834, con las de Jefe Político y las de Intendente.
El 1 de enero de 1850, el Ministro de Gobernación, Luis José Sartorius y Tapia, Conde de San Luis, mejoró el servicio de correos con la emisión del primer sello español cuyo uso era voluntario. En 1856 se hizo obligatorio el uso del sello de correos.
El 20 de febrero de 1850, el Ministro de Hacienda, Juan Bravo Murillo promulgó la Ley de Contabilidad. Con esta Ley se impidió que, el dinero que Hacienda destinara a un fin, fuera empleados en otros fines distintos de aquellos para los que fueron presupuestados y que las modificaciones en los presupuestos solo pudieran ser hechas por urgente necesidad y con la aprobación de las Cortes. Las Cuentas y los Presupuestos del Estado serían controlados por el Tribunal de Cuenta. Es decir, se creaba una administración presupuestaria moderna que impedía la arbitrariedad de los gobernantes.
Ésta Ley consagró el término Ministerio para sustituir al Clásico de Secretaría de Estado y de Despacho. La Ley Organizó los departamentos de acuerdo a un modelo burocrático moderno y reforzó la autoridad del Ministro sobre los directores generales. Además, Bravo Murillo, impulsó el proyecto para crear la Caja General de Depósito y, así, librar al Estado de la dependencia de los bancos a la hora de conseguir nuevos créditos urgentes. Éste último proyecto fracasó.
En la misma fecha, el Gobierno decidió apoyar el ferrocarril. Como ya hemos indicado, por éstas fechas solo se habían construidos dos líneas en España, la primera inaugurada en Cuba en 1837 y la segunda en Cataluña en 1848. Se preparó un plan para hacer un trazado único del que se harían concesiones por tramos a particulares, se concedían subvenciones y ventajas económicas durante la construcción y para la amortización del capital invertido.
Las concesiones fueron un escándalo, se hicieron con ella las personalidades políticas destacadas en el momento como la Reina Madre, María Cristina, y sus amigos, José Salamanca, etc. Inicialmente el negocio consistía en recibir concesiones y revenderlas rápidamente especulando con ellas. El negocio no era hacer ferrocarriles si especular con las concesiones, de hecho muchos ferrocarriles tardaron muchos años en iniciar las obras desde la fecha de su concesión. Posteriormente el negocio cambio, consistió en hacer muchos kilómetros de línea y recibir muchas subvenciones. La segunda línea de ferrocarril de la península fue la línea entre Madrid y Aranjuez que se inauguró en febrero de 1851, pero que se había empezado a construir en 1846.
El Ministro de Hacienda, el 7 de mayo del mismo año, impuso un sistema de contribución por el amillaramiento de las fincas. El amillaramiento es un padrón o lista de fincas e inmuebles, alternativo al catastro. Es una relación numerada de todos los propietarios o usufructuarios de bienes inmuebles y ganaderos de un término municipal. La relación se recogía en el llamado Libro de Amirallamiento y que se usaba para el pago de la contribución local.
En mayo se produjo el segundo intento de invasión de Cuba por López de Urriola. Saliendo de Nueva Orleans con 600 hombres logró desembarcar el día 19 en Cárdenas enarbolando, por primera vez, la bandera cubana. Controló la ciudad por varias horas, pero la población no lo segundó al comprobar que lo que pretendía era mantener la esclavitud. Al acercarse tropas españolas, reembarcaron volviendo al sur de los Estados Unidos donde, pese al fracaso, fue considerado un héroe.
El 22 de mayo, el Gobierno autorizó al Ministro de Marina, Mariano Roca de Tagores y Carrasco, Marqués de Molins, a hacer un plan que permitiera a España recuperar el retraso tecnológico en la fabricación de buques de vapor para la Armada Española.
Por estos años nació el nacionalismo español, parejo al nacimiento de los nacionalismos europeos. Éste nacionalismo ara un nacionalismo conservador que se apoyaba en las obras del historiador Modesto la Fuente. En su obra Historia General de España, el autor creó la mayor parte de los tópicos españoles que aun duran en la enseñanza de la Historia del país.
El carlismo, después de la última derrota, estaba muy debilitado y había entrado en una gran decadencia. El pretendiente, Carlos VI, estaba conviviendo con una mujer sin ser su esposa, cosa que era un escándalo para el integrismo católico que el carlismo defendía. Así, en 1850, Carlos se vio obligado a abdicar en su hermano Juan quien estaba casado católicamente y tenía dos hijos.
Después de abdicar, Carlos se separó de la mujer con quien vivía, se casó con María Carolina de Borbón y volvió a reclamar, a su hermano, la jefatura de la causa carlista de la que había abdicado.
El 4 de agosto de 1850 se disolvieron las Cortes elegidas en 1846 y se convocaron nuevas elecciones que se celebraron los días 31 de agosto y 1 de septiembre del mismo año. La sesión inaugural se celebró el 31 de octubre en una solemne ceremonia que sirvió para inaugurar el Palacio de Congresos en la Carrera de San Jerónimo en Madrid. Las elecciones fueron fáciles para Narváez, su Ministro de Gobernación, Luis José Sartorius, realizó una intervención tan escandalosa para conseguir una amplia mayoría, resultó tan fraudulenta que a la Cámara se le apodo el Congreso de familia.
Pero la situación se deterioró rápidamente. El Ministro de Hacienda, Juan Bravo Murillo pretendió, ante la situación del país, reducir gastos en los presupuestos de 1851 y quiso hacerlo contando solo con la autorización de los diputados moderados sin discutirlos en las Cortes. La corrupción ya superaba su carácter público para convertirse en algo personal y Antonio Ríos Rosas denunció la maniobra. La discusión se envenenó en las Cortes dando lugar a un duelo a pistola entre Ríos Rosas, malagueño de Ronda, padres del liberalismo español y militante en el grupo de los puritanos y Luis González Bravo. Éste último recibió un disparo en el vientre que casi le cuesta la vida.
La situación de los moderados se desmoronaba. Los proyectos del Gobierno no conseguían templar la vida política, ni la parlamentaría, ni calmar a la oposición. Seguían utilizando a la Reina para fines particulares.
El desarrollo que experimentaba España no se traducía en incremento de recaudación. Hacienda seguía recaudando del sector primario y del consumo dejando sin tocar otras fuentes de ingresos como eran los provenientes de la industria, comercio, banca y ferroviario. Es más, éstos últimos eran sectores subvencionados por lo que no solo no producían ingresos sino que daban lugar a más incrementos de gastos. La sensación era que la corrupción en el Gobierno era enorme. El Ministro de Hacienda preparó un plan de reducción de gastos que no fue aceptado por los principales ministros del Gobierno, por lo que presentó su dimisión a finales de noviembre de 1850.
Después de la dimisión de Bravo Murillo, el partido moderado se rompió. Los seguidores de Bravo Murillo no aceptaban que Narváez se saltase la ley cada vez que lo consideraba oportuno.
En la discusión de los presupuestos de 1851, el 14 de diciembre de 1850, Donoso Cortés hizo un discurso donde acusó al Gobierno de despilfarro y que completó con otro, el día 30 del mismo mes, donde exageró diciendo que todo en España era corrupción.
El discurso sentó mal al Gobierno, en especial a su Presidente, que presentó su dimisión a la Reina tras una discusión con los consejeros del rey consorte. Ésta acepto la dimisión el 14 de enero y nombró Presidente del Consejo de Ministros a Juan Bravo Murillo.
Joaquín de la Santa Cinta. Ingeniero aeronáutico, economista e historiador