Hombre, eres un asesino en potencia solo por el hecho de ser varón
(20-07-15) Hace unas cuantas fechas pudimos enterarnos de una escalofriante noticia: el abandono de un bebé en un contenedor de basura situado en la localidad madrileña de Mejorada del Campo. Descubierto gracias a un vecino madrugador que paseaba con su perro y a dos guardias civiles que alertados por este vecino acudieron al lugar de los hechos y tras grandes esfuerzos rescataron al niño, pronto se puso el bebé a salvo.
Tras unas cortas investigaciones, la policía descubrió y detuvo a la autora del hecho, una mujer de 37 años, madre de otros tres hijos de 4, 5 y 11 años de edad, que ha sido ingresada en prisión sin fianza y acusada de tentativa de homicidio.
Superados los escalofríos iniciales, debo decir que en primer lugar, lo más importante de la noticia me parece que el bebé se encuentra en perfectas condiciones de salud. Otra cosa que me impresionó fueron los dos guardias civiles que rescataron a la criaturita, y como uno de ellos explicaba en la tele, acompañándose de gestos, como tomó al bebe en sus brazos, acurrucándolo tiernamente sobre su pecho. Me parece reconfortante que estos “hombres tan fieros” (como se decía en la película “Amanece, que no es poco”) muestren cómo la dureza en la actuación de los agentes contra los delincuentes no es de ningún modo incompatible con un corazón amable y protector. Al contrario, quizá una cualidad sea complemento de la otra.
Y dicho esto, no voy a juzgar el acto de esta madre (ni legalmente, pues eso estará a cargo de la autoridad judicial competente, ni moralmente, pues sería un atrevimiento hacerlo sin conocer de primera mano todas las circunstancias), pero sí me han llamado la atención las justificaciones emitidas por la madre que en días posteriores han aireado los medios de comunicación, recalcando que si lo hizo y ocultó su embarazo fue por miedo a perder su trabajo y a los reproches de su pareja, quien había insistido repetidamente que no quería tener más hijos. Por cierto, el padre, a quien también se detuvo en un principio, declaró desconocer el embarazo de su mujer, y ha quedado en libertad sin cargos.
Después, hemos sabido que el bebé, cuya custodia ha quedado en manos de la Comunidad de Madrid, ha sido posteriormente entregado a una familia de acogida, aunque no se han citado los motivos por los cuales no fue entregado al legítimo padre de la criatura.
Una vez más, no deseamos llevar a cabo un juicio paralelo sobre esta madre cuyos motivos y circunstancias verdaderos desconocemos. Lo que sí nos llama mucho la atención es que cuando un hombre es quien comete un delito de agresión a su pareja o hijos, jamás los medios de comunicación difunden los motivos, disculpas o excusas que enuncie el agresor en defensa o posible justificación de sus actos.
¿Son válidas las excusas que se esgrimen de cara a la sociedad? (que también siempre lleva a cabo en estos casos sus juicios paralelos) ¿Lo son como atenuantes legales o jurídicas? Sea la respuesta un sí o un no, ¿dónde está esa presunta igualdad entre los dos sexos que nos quieren vender?
Hemos leído infinidad de noticias acerca de madres que intentaron o lograron matar a algún hijo, y SIEMPRE, casi por sistema, indefectiblemente los medios nos informan que la mujer se sentía deprimida, asustada, amenazada o embargada por alguna emoción irresistible que prácticamente la obligó a realizar el crimen. Tan creíble resulta que, en infinidad de casos, como primera medida suele ser ingresada en un centro psiquiátrico.
Repetimos: no atacamos la veracidad o no de dichas alteraciones psíquicas. Pero lo cierto es que cuando es un hombre quien se encuentra en el mismo caso, ni centro psiquiátrico ni gaitas. Va prisión de cabeza. ¿Cuál puede ser la razón? ¿Somos TODOS los hombres sospechosos de resultar asesinos en potencia y culpables mientras no se demuestre lo contrario?
Y si alguien piensa que el autor de estas líneas es un sistemático defensor de los derechos del varón, está en lo cierto. Y me siento orgulloso de ello. Ya es hora de que levantemos la voz… o nos irá muy, pero que muy mal. No iremos muy lejos con imbéciles de la talla del director de la película sobre los Minions, Pierre Coffin, que preguntado sobre el hecho de que todos estos simpáticos y diminutos personajes fueran del género masculino, respondió: “al ver lo tontos y estúpidos que son a menudo, no podía imaginar que los Minions fueran niñas”. Pues sí, han salido a su padre artístico. Con individuos como éste, ¿dónde vamos a llegar?
Abelardo Hernández