La aventura equinoccial de Esperanza Aguirre por salir en los medios empieza a ser demencial

(05-11-14) En estos días, estamos asistiendo a una desaforada puesta en escena de Esperanza Aguirre. Sale a todas. Va a por todas. Embiste, en sentido metafórico, a todo. No hay día que no haga algún tipo de declaración. O para defenderse de su extraño asunto judicial. O para pedir perdón. O para justificar que ella no sabía lo de Granados. O para acallar su conciencia. O para revelarse contra su propio partido. O para querer cambiar no sé cuantas leyes. O para combatir a Podemos. O para enfrentarse a todo lo que se mueve. Y la verdad es que no me gusta esta escenificación. Me parece todo desaforado.
Como es todo tan desmedido, me recuerda, metafóricamente también, “La aventura equinoccial de Lope de Aguirre”. Ese maravilloso libro que escribió el genial Ramón J. Sender.
Y la verdad es que no sé por qué. No sé si es por el apellido de ambos. Por lo tormentoso de sus actuaciones. Por buscar Lope el Dorado que, para Esperanza, es la alcaldía de Madrid. Por enfrentarse a su jefe Pedro de Ursúa que, en el caso de la Presidenta del PP de Madrid, es María Dolores de Cospedal o por renegar de Felipe II que, en el caso que tratamos, podría ser Mariano Rajoy. La única diferencia que hay entre uno y otro personaje radica en que Lope de Aguirre era pequeño, feo y cojo y Esperanza Aguirre es una mujer espléndida para su edad. Por lo demás, en casi nada.
Me reconozco un enamorado del Descubrimiento y de la Conquista de América pero no me gustan los excesos. Y Lope de Aguirre era un tipo excesivo en todo. También es verdad que, en aquellos tiempos, era lo habitual. Sin embargo,Esperanza Aguirre, y en este tiempo, está siendo una mujer excesiva en política.
La presidenta del PP de Madrid anda ahora vendiendo un ‘pack’ con siete medidas contra la corrupción. Cada día una. Con una muestra de irreflexión absurda y absoluta. Es más, creo que, en algún momento de sus declaraciones, se sitúa a tres centímetros del patetismo al mostrarse como un San Pablo cualquiera que ha visto la luz tras caerse del caballo.
Esperanza Aguirre no quiere darse cuenta de que su momento pasó. Que el tiempo es inexorable. Que estuvo mucho tiempo en el poder y que entonces también daba la sensación de impunidad entre la ciudadanía y nadie decía nada. Ella tampoco. Y ahora no puede ir por Madrid con una espada flamígera. Es más, en cordura, debería dejar paso a nueva savia de la derecha.
Ahora no hay más corrupción que en su tiempo o que hace 20 años. Otra cosa es que ahora han saltado las alarmas. Pero no unas alarmas menores que saltaron en tiempos de Felipe González o de Aznar o de Zapatero. Por lo tanto, no creo que haya que empezar a aprobar nuevas leyes a toda pastilla. No se debe legislar en caliente, se ha dicho muchas veces en política. Lo que hay que hacer, a mí entender, es aplicar las leyes actuales. Que las hay. La desidia en su aplicación es una de las causas de esta alarma social.
Lo he dicho muchas veces, el único problema que tiene el Estado Español es el garantismo jurídico. Y lo arrastramos desde el propio nacimiento de la democracia. Y no es fácil desmontarlo. Forma parte de la raíz de la propia Constitución. La sociedad española venía de una dictadura donde no existían garantías procesales y el legislador se curó en salud. Tanto, que se le fue la mano y ahora no es fácil meter a alguien en la cárcel. Y menos, si los sospechosos tienen buenos abogados.
Por supuesto, estoy de acuerdo -lo he dicho aquí muchas veces- no se puede tolerar que se lleven 6 años con el caso Gürtel cuando el estadounidense Bernard Madoff, en un año, fue juzgado, encarcelado y a su mujer no le dejan gastar más de 300 dólares. Pero el garantismo americano no es tan férreo como el español. Aquí nos pasamos.
Pero no por eso, ahora hay que buscar medidas ejemplarizantes con rapidez ni de aprobar leyes tapa agujeros. Hay que ir más lejos. A la raíz. Pero desde la serenidad y sin revoluciones pendientes.
La Sra. Aguirre siempre ha destacado por salir en los medios, en distraer las atenciones de problemas importantes. Estoy de acuerdo con usted,en que ya se le pasó el momento en política, pero hace mucho. Creo que no va a dimitir por su gran soberbia y por creerse por encima de todo. Sinceramente, creo que a los madrileños nos ha tomado y nos toma por tontos. Eso de que no sabía nada de la corrupción que había alrededor suyo, por cierto durante años, es ofensivo. Es muy lista y debería asumir la responsabilidad de haber colocado a corruptos. Pero por ahí anda con sus frasecitas y sus propuestas anticorrupción, veremos cuanto tarda Rajoy en dejar de defenderla. La Sra. Aguirre pierde credibilidad por momentos y no lo soporta, y si le queda algo de dignidad debería dimitir. Difiero con usted en que está espléndida para su edad, pero esto es cuestión de gustos.
Muchas gracias por su colaboración. Saludos
La Sra. Aguirre siempre ha destacado por salir en los medios, en distraer las atenciones de problemas importantes. Estoy de acuerdo con usted,en que ya se le pasó el momento en política, pero hace mucho. Creo que no va a dimitir por su gran soberbia y por creerse por encima de todo. Sinceramente, creo que a los madrileños nos ha tomado y nos toma por tontos. Eso de que no sabía nada de la corrupción que había alrededor suyo, por cierto durante años, es ofensivo. Es muy lista y debería asumir la responsabilidad de haber colocado a corruptos. Pero por ahí anda con sus frasecitas y sus propuestas anticorrupción, veremos cuanto tarda Rajoy en dejar de defenderla. La Sra. Aguirre pierde credibilidad por momentos y no lo soporta, y si le queda algo de dignidad debería dimitir. Difiero con usted en que está espléndida para su edad, pero esto es cuestión de gustos.
Muchas gracias por su colaboración. Saludos
La Sra. Aguirre siempre ha destacado por salir en los medios, en distraer las atenciones de problemas importantes. Estoy de acuerdo con usted,en que ya se le pasó el momento en política, pero hace mucho. Creo que no va a dimitir por su gran soberbia y por creerse por encima de todo. Sinceramente, creo que a los madrileños nos ha tomado y nos toma por tontos. Eso de que no sabía nada de la corrupción que había alrededor suyo, por cierto durante años, es ofensivo. Es muy lista y debería asumir la responsabilidad de haber colocado a corruptos. Pero por ahí anda con sus frasecitas y sus propuestas anticorrupción, veremos cuanto tarda Rajoy en dejar de defenderla. La Sra. Aguirre pierde credibilidad por momentos y no lo soporta, y si le queda algo de dignidad debería dimitir. Difiero con usted en que está espléndida para su edad, pero esto es cuestión de gustos.
Muchas gracias por su colaboración. Saludos