Invito a los vecinos a reclamar públicamente: La alcaldesa de Pozuelo solo se mueve con la protesta vecinal y lo demuestra su actitud ante la situación que vive la calle Lillo de la Estación
Estimado director, espero que esta columna o, más bien diría yo, desahogo periodístico-literario con cierto toque de Álvaro de Campos, Bernardo Soares o Ricardo Reis, sea de su agrado y se pueda incluir en su diario digital.
El diario, dicho sea de paso, más leído y seguido, pero certero siempre y con ojos en todos los lugares de Pozuelo, incluso en los momentos más trágicos cómo lo que ocurrió el miércoles en la rotonda subterránea de la 503.
El Correo de Pozuelo, y lo digo porque lo siento sin tratar de hacerle la pelota, es lo único diario que se puede leer sobre lo que ocurre en esta ciudad. Y hablo de los periódicos (todavía de papel) o revistas de papel satinado muy caras, como Vive Pozuelo, que cuesta leer y creer y que supone un coste inaceptable para todos los contribuyentes de Pozuelo ya que no publica otra cosa que no sea propaganda y humo.
(Si quieren propaganda que se la pague la alcaldesa de su bolsillo. Eso de socializar la propaganda municipal con fines particulares molesta bastante)
En cualquier caso, le escribo para denunciar cómo se mueve el Ayuntamiento de Pozuelo con dos temas distintos pero muy significativos sobre el abandono que sufren los vecinos de la calle Lillo, una pequeña calle sin salida por la vía del tren en el barrio de la Estación y las dos formas de actuar del Gobierno de la señora Quislant.
Uno de ellos es destacable por la valentía de esos vecinos cuando fueron marginados en una de esas operaciones de asfalto que hace la alcaldesa por las calles conocidas (posiblemente, no sepa ni donde está la calle Lillo). El caso es que los vecinos tuvieron que poner una pancarta, protestar y protestar y meses después tuvieron su operación asfalto con mucho retraso.
Se ve que este Gobierno solo se movió con la protesta.
Por otra parte, está claro que si no se hace público de alguna manera el problema a nadie del Ayuntamiento se le ocurre tomar la iniciativa. Por eso también quiero denunciar una zona verde que tanto dicen que cuidan y presumen de ellas en los periódicos.
La desidia del Ayuntamiento ha dejado crecer un arbolito que era arbolito hace unos años pero hoy es un señor árbol que se abre paso entre los adoquines del pequeño descansito de la propia calle Lillo, entre la calle Manises y García Martín. Y que, aparentemente, nadie hará nada por cortarlo y seguirá creciendo hasta que levante los adoquines.
Estos dos temas pueden ser la mejor definición de la gestión de nuestra alcaldesa. Solo se mueve ante la protesta de los vecinos. Asfaltó cuando los vecinos se manifestaron pero ahí sigue el arbolito.
Invito a los vecinos de cualquier calle (por pequeña que sea) que protesten cuando tengan un problema. Es la única manera que hay para que les hagan caso…
El atento jardinero de Pozuelo