La alcaldesa Quislant ha conseguido en Pozuelo de Alarcón lo que el presidente Sánchez está consiguiendo en Expaña: Que, en los dos casos, los ciudadanos caminemos hacia la ruina

El afán de llamar la atención y hacerse visible no es, para nada, exclusivo de nuestra ilustre alcaldesa y su folletín de cabecera.
La misma atención que el fiscal Navajas, debía haber tenido, para advertir las ONCE ocasiones en que Seguridad Nacional avisó al gobierno de los efectos de la pandemia, muy especialmente, el siete de marzo y que para el defensor ciudadano no son motivo de querella contra la inepcia gubernamental y su responsabilidad criminosa en las muertes causadas.
Es lo que tiene no saberse ir a tiempo; la estancia añadida oscurece toda una vida dedicada a la justicia, y así las palmaditas condescendientes de la fiscal general pueden transformarse en puñaladas eternas de imposible cura, sobre todo moral.
Pero en esta época de veleidades y corazón rosa, nuevos actores aparecen para seguir llamando la atención y, Mercedes Milá, otrora tan crítica con según qué gobiernos y gobernantes, nos habla de las bondades del ínclito Simón, que tiene bemoles, imagino que al verlo en el espejo de cuando su hermano Lorenzo se reía del virus chino y pavoneándose hablaba de un simple catarro en el canal desinformativo de la 1 de RTVE.
Pero claro, se empieza por dar en diferido unas campanadas de fin de año y se acaba por blanquear al ilustre “portacoz” que nos anticipó uno o dos casos como mucho…
Espero que cualesquiera de los tres mantengan gracia y comentarios delante de cualquier familiar de los más de cincuenta y tres mil muertos que la pandemia nos ha arrebatado.
Y como el objetivo es Madrid y las cifras mejoran, van los dos ilustres “desinformantes” del gobierno: el ministro Illa y el médico Simón y dicen que los datos de la Comunidad son poco fiables.
Ellos, los del comité de expertos que no existía, los que negaban la utilidad de la mascarilla, los que mantenían cerrada y arruinada Madrid precisamente por decisión de los técnicos inexistentes. Imagino yo, para forzar a los taronjas a postularse contra Isabel de la Comunidad…, dos ilustres mentirosos que no sé si los perdonaría en confesión, ni el padre Sabino, vascuence de pro.
Pero como no hay desgracia que no seamos capaces de superar en nuestro Pozuelo de cada día, nos ha llegado como una puñalada trapera, la noticia de que ya no somos los líderes de renta nacionales.
Es lo que tiene ser el primero, solo puedes “peorar” que decía un amigo italiano.
Matadepera, municipio del Vallés occidental en Barcelona casi triplica la renta bruta de nuestra villa.
¡Ay Susana, tú que imaginabas que era obra tuya!
Finalmente, cuando dejes la Casa Rosada, habrás hecho ciertas las palabras del alter ego de Felipe González, Alfonso Guerra, parafraseando su célebre frase tras la victoria electoral de los “socialistos” en el año 1982: “Vamos a poner Expaña (Pozuelo) que no lo va a reconocer ni la madre que lo parió”.
Y razón tenía, cambiaron, como tú, la pana, el pincho de tortilla y el 600 por el traje a medida, los percebes y el coche oficial con aire acondicionado y chófer. Y por supuesto, Pozuelo irreconocible está.
¡Maldita moqueta! ¡Cuánto daño para el ciudadano!
Tanta gloria lleves, querida alcaldesa con el rey del lanzamiento de huesos de aceituna, como paz dejes en nuestra Plaza Mayor, aunque la herencia se la quede el de Villalba.
Alejandre