Teresa de Cartagena y Saravia fue casada, monja profesa, escritora, pensadora política y considerada como la primera escritora en defensa de los derechos de las mujeres
En Burgos, en el turbulento siglo XV, en el seno de una familia poderosa de origen judío nació un mujer, Teresa de Cartagena y Saravia, con una amplia historia vital que, después de siglos de olvido, es considerada como la primera escritora en lengua castellana. Solo se le conservan dos obras: Arboleda de los enfermos y Admiraçión operum Dey, pero bastan para que sea considerada como una de las prosistas más importante de la Edad Media y la primera escritora mística de España.
Su abuelo, importante rabino de la comunidad judía de Burgos llamado Selomó Ha- Leví, se convirtió al cristianismo a finales del siglo anterior, junto con sus hermanos, adoptando el nombre de Pablo de Santa María. Hombre importante en su época, fue obispo de Cartagena y de Burgos, nuncio papal y canciller de Castilla con los reyes Enrique III y Juan II. Viajero por Europa y autor de importantes tratados teológicos e históricos, cambio su apellido de Santa María por el de Cartagena después de ser obispo de la ciudad. Fue el fundador de una familia importante y poderosa en la Castilla del siglo XV. Sus hijos fueron dignos sucesores de él: Alonso de Cartagena, gran humanista y escritor, sucedió a su padre como obispo de Burgos; y el padre de Teresa, Pedro de Cartagena, destacó como militar, fue alcalde de fortalezas, regidor de Burgos, consejero e importante cortesano de los reyes: Juan II, Enrique IV y de los Reyes Católicos, además de procurador en Cortes por la ciudad de Burgos.
Pedro de Cartagena se casó dos veces: la primera, María de Saravia con quien tuvo dos hijos (Alonso y Álvaro) y tres hijas (Juana, María y Teresa); la segunda, Mencía de Rojas con quien tuvo un hijo (Lope) y una hija (Elvira), además, la familia se completaba con otros tres hijos ilegítimos (Pablo, Gonzalo y Pedro).
La fecha de nacimiento de Teresa no está documentada, por los escritos familiares localizados se deduce que debió nacer después de 1424 y antes de 1442, por consideraciones relativas a las edades necesarias para profesar en una orden religiosa, se estima que pudo nacer entre los años 1425 y 1433.
Teresa pasó su infancia en Burgos en el palacio que poseía su padre. Su familia daba un valor importante a la educación por lo que ella debió recibir una formación acorde con la que se proporcionaba a una mujer de su clase. Quedó huérfana muy joven y, según indica en sus escritos, se trasladó a Salamanca donde estudió lo se le permitía a una mujer en un ambiente universitario exclusivamente masculino. No existen datos que avalen la presencia de mujeres en la universidad en esa época, por lo que su nivel cultural tuvo que ser adquirido dentro del ámbito familiar donde se contaban familiares cercanos con gran formación intelectual y académica, o, ya siendo monja, dentro de algún monasterio salmantino.
Parece ser que se casó con el señor de Hormaza con el cual no tuvo descendencia, quizás por la muerte prematura de su esposo. Esto indica su preparación cultural no había sido dirigida a ser religiosa, sino a obtener la preparación cultural propia de una mujer de su clase destinada a ser desposada, como era la costumbre de la época, con alguien que incrementara el poder, la riqueza, el prestigio y la fuerza de la familia al incorporar nuevos miembros a través del matrimonio.
Con 20 años, Teresa ingresó en el monasterio de la orden franciscana de Santa Clara en Burgos, profesando en la orden de dicho convento. Por entonces Teresa era una mujer que padecía varias enfermedades, en especial una sordera progresiva que empezó en su niñez y que fue haciéndose, más y más, aguda hasta llegar a ser sorda total.
Inicialmente, Teresa no tenía vocación de ser monja por lo que se deduce que, por algún motivo, la familia consideró que la joven viuda podía rendir más servicio a la familia como religiosa que volviendo a casarla. Quizás fue su avanzada sordera, su débil salud o su carácter, lo cierto es acabó, como tanta mujeres de su clase, ingresando en un convento.
Teresa debido a su origen y a las donaciones realizadas por sus importantes parientes, ingresó como monja privilegiada, dentro del grupo de la élite del convento.
En 1449, Teresa, a través su poderosa familia, solicitó y obtuvo una dispensa papal para cambiar el monasterio Santa Clara por otro monasterio. Inicialmente se cree que se trasladó al monasterio de la orden cisterciense de las Huelgas Reales, en las afueras de Burgos. No obstante, no se ha encontrado rastro de su presencia en el citado monasterio por lo que hay diversas teorías, no documentadas, que pueden avalar su presencia en otros monasterios ligados al patrocinio de su familia.
La teoría más documentada es que Teresa había dejado el monasterio de Santa Clara después de 1452, pero que no se había incorporado a ningún otro monasterio ni orden religiosa antes de escribir su primera obra conocida, Arboleda de los enfermos. Teoría que está documentada en su segunda obra, Admiraçión operum Dey, donde escribe explícitamente que pertenecía a una orden religiosa pero cuyo nombre no menciona.
Es posible que Teresa se dedicara a escribir dentro de algún circulo literario de los que existían entre los nobles de su época.
De su obra solo se conservan dos: Arboleda de los enfermos y Admiraçión operum Dey, ambas en la Biblioteca del Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial, dentro de un códice junto a otras dos obras más de otro autor. Son textos copiados en el año 1481 por Pero Lópes de Trigo.
La primera, escrita después de una enfermedad por la cual acabó perdiendo totalmente el sentido del oído, se lamenta de su sordera, y de la soledad que la enfermedad le provocó, y explica que tal enfermedad le permitió recorrer el camio místico y tomar la enfermedad como un signo de amor de Dios a ella. La obra alcanza tal nivel intelectual y místico que sus contemporáneos dudaron de que una mujer, además sorda, pudiera haber alcanzado la clarividencia y erudición necesaria para escribirla.
La segunda, escrita un tiempo después, fue la defensa de Teresa de su capacidad intelectual y, de paso, la de todas las mujeres. En ella Teresa defiende que las mujeres y los hombres podían llegar a tener las mismas capacidades intelectuales, no concebía que Dios hubiera creado a las mujeres y a los hombres con distintas capacidades. Es el primer texto en castellano escrito por una mujer en defensa de los derechos de las mujeres.
Los dos libros fueron muy apreciados por sus coetáneos y representan la voz femenina en los debates castellanos de su tiempo.
Ambas obras se creen fueron redactadas en la segunda mitad del siglo XV. La primera fue dedicada a una “virtuosa señora” que puede ser identificada como Juana de Mendoza, esposa del poeta y político Gómez Manrique; la segunda está escrita a petición de su amiga, la misma Juana de Mendoza, a la que se la dedica en el prólogo.
Se sabe que vivía en 1478 al constar su nombre en un documento relativo al reparto de bienes de un familiar, pero se desconoce la fecha de su muerte.
Fue una mujer que, en su segundo libro, realizó todo un alegato feminista lo que permite considerarla como la pionera del discurso feminista en España.
Joaquín de la Santa Cinta, historiador. Autor de «50 héroes españoles olvidados»
Para saber más:
- La documentación de Teresa de Cartagena en Santa Clara de Burgos (1446 – 1452) y otros datos. María Milagros Rivera Garretas.
- Teresa de Cartagena: La Infinitud del Cuerpo. María -Milagros Rivera Garretas. Departamento de Historia Medieval. Universidad de Barcelona.
- La mística feminista, Teresa de Cartagena (1425 -¿? ). Mujeres en la Historia. Sandra Ferrer Valero.
- Teresa de Cartagena, la defensa intelectual de la mujer. José Muñoz Tirado. Trabajo de Fin de Grado. Universidad de Barcelona.
- Teresa de Cartagena. Escritora y religiosa sorda del Siglo XV. Alejando Oviedo. Sección Biografías.
- Teresa de Cartagena. La obra de una mujer castellana del siglo XV. Miriam Majuelo Apiñaniz. Tesis Doctoral. Universidad del País Vasco.