Pregunta tonta del día: ¿Alguien sabe qué pasó con aquella fastuosa “Comisión del día después” que nos vendió la inefable Quislant o, para ELLA, no ha llegado aún ese día después?

Creo que fue el 20 de abril, en plena pandemia, cuando la alcaldesa Quislant (que ya tenía avocadas todas las competencias) reunió a una fastuosa “Comisión del día después” para empezar a trabajar e ir avanzando en todas aquellas medidas que tengan como finalidad contribuir a la recuperación de la situación originada por la Covid-19.
Y, como suele hacer siempre la alcaldesa de Pozuelo, lo vendió espectacularmente. Incluso en medios de comunicación nacionales. Iba a ser la pera limonera. Incluso, pagó por ello.
La comisión estaba conformada (decía la nota aunque no se reconoce a nadie salvo a Oria por razones obvias) por miembros de la Junta de Gobierno Local así como por el secretario general del Ayuntamiento, la coordinadora general, el director general de asesoría jurídica y la interventora (dreo también que estaba el Jefe del Gabinete de la alcaldesa), para “poder ir dando forma legal a todas aquellas ideas que vayan surgiendo tanto por parte del Equipo de Gobierno y los técnicos municipales como por parte de los representantes de los agentes sociales”.
Y seguía diciendo la nota informativa del Gabinete de Prensa de la alcaldesa:
“Precisamente en este sentido, ayer ya tuvo lugar un primer encuentro en el Consistorio con representantes de las peñas locales, para tener en cuenta sus aportaciones e intercambiar impresiones. Y está previsto que en los próximos días se haga lo mismo con otras mesas sectoriales, con hosteleros, comerciantes, Pymes, autónomos, asociaciones, etc.”
Creo recordar que unas semanas después empezaron las dudas.
Aquello era un despropósito político. Nadie entendía que una comisión hiciese lo que debería hacer la Junta de Gobierno Local o una Comisión del Pleno. Incluso, el Consejo Social de la Ciudad.
Pero parecía que ELLA quería ningunear a todos creando una simple reunión de sumisos funcionarios municipales, obviamente contratados por ella. Ya que, con esta Comisión, no solo desterraba a las catacumbas a la Oposición sino que también mandaba a galeras a sus propios concejales… No quería testigos…
Y la Oposición, pese a tener mayoría absoluta, tragó. Una vez más ELLA los humilló. Políticamente, claro…
Todo era la típica pantomima a la que nos tiene acostumbrados esta nefanda alcaldesa para venderse a ELLA misma.
La pantomima se demostró en un Pleno. Creo que en el de mayo. En ese Pleno, una pregunta del Grupo Municipal Ciudadanos (de Adolfo Moreno parece) obligó al fiel Oria a echarle cara al asunto…
O sea, que todo era milonga de la buena. Para Oria, la famosa Comisión del día después que había reunido la alcaldesa de técnicos para negar la presencia de la Oposición, solo era un Grupo de Trabajo… Y los Grupos de Trabajo no tienen que darle cuenta a nadie… Ni siquiera se levanta acta… Se reúnen, asiente a todo lo que dice la alcaldesa y se van…
Otro “o sea” más: Que la alcaldesa Quislant y el vicealcalde se habían burlado del secretario general del Ayuntamiento (Cerrillo), la coordinadora general (Garrido), el director general de asesoría jurídica (Vilches) y la interventora nueva (Fernández). También estaba El Viejo del Visillo Juan Carlos Jiménez (jefe de Gabinete) aunque como iban embozados no lo puedo confirmar.
La dignidad de estos funcionarios se mide en euros.
Pero a lo que iba…
¿Alguien sabe qué pasó con aquella fastuosa “Comisión del día después” que nos vendió la inefable Quislant o es que, para ELLA, no ha llegado el día después?
¿Y a qué conclusiones llegaron? ¿En qué proyectos trabajaron?
Qué escándalo… Qué escándalo… Qué poca vergüenza.
Juan Manuel Sánchez