¿Para qué sirven los politiqueros, mal llamados políticos? Como no está claro que sirvan para algo y no se les exige preparación alguna, se debería ajustar su precio antes de votarles. Incluido en Pozuelo

Según la última encuesta o tenazada del CIS para la tercera parte de los ciudadanos, el mayor problema para el reino de España, después del paro, radica en la política y los politiqueros. Y es que si quienes viven de los camiones, por poner un ejemplo, son camioneros, quienes viven de la política son politiqueros.
(¿Cuándo los politiqueros, sobre todo los de la izquierda fanática y republicana, van a dejar de ser franquistas y dejar de hablar del “estado español” como entonces? ¿Alguien ha oído hablar del estado francés, del estado británico, del estado ruso, …?)
Si nos fijamos en el quehacer de los politiqueros, la tenazada, por una vez, acierta. Veamos.
-El 28 de abril se celebraron las elecciones generales. Los 350 diputados y los 266 senadores elegidos cobran desde ese día un sueldo mínimo de 3.000 euros al mes.
-El 21 de mayo se constituyeron las Cortes Generales y se formaba la Mesa que en el caso del Congreso la integran nueve miembros que se han ido reuniendo una vez por semana.
-21 de junio. Primera reunión de la Junta de Portavoces de los grupos del Congreso.
El resto de los diputados ni se han vuelto a reunir, ni a hacer nada desde el 28 de abril, pero han seguido cobrando su sueldo.
El que cobren por no hacer nada es legal, pero se nos ocurre preguntar: ¿Ese sueldo que cobran diputados y senadores sin hacer nada es justo?
Por favor, que nadie diga que lo legal es siempre justo porque todas las dictaduras tienen leyes y éstas no siempre son justas (¿recordamos al franquismo?) y, por otra parte, en todos los trabajos, no politiqueros, se cobra cuando se trabaja.
La gente, y quienes tratamos de formar parte de ella, nos preguntamos: ¿Para qué sirven los politiqueros mal llamados políticos?
(“El nombre es un animal político”, dijo Aristóteles o lo que es lo mismo: todos tenemos esa condición… aunque en algunos predomina la condición de animal, decimos nosotros).
Repetimos la pregunta: ¿Para qué sirven los politiqueros mal llamados políticos? Y añadimos otra: ¿Qué se requiere para ser politiquero?
Para la primera, la única respuesta adecuada y racional que encontramos es: los politiqueros no sirven para nada. Rajoy estuvo un montón de meses sin dar ni golpe, el llamado doctor Sánchez viene haciendo lo mismo y el país funcionó y funciona.
(Un historiador amigo nuestro dice que el período más feliz de la Historia de España fueron los nueve días que siguieron al destronamiento de Isabel II: No hubo ningún tipo de gobierno, ni nacional, ni regional, ni local y no pasó nada y… nadie cobró nada)
Para la segunda nuestra respuesta es: Para ser politiquero no se requiere tener ningún tipo de formación intelectual o profesional (por eso la mayor parte de ellos nunca han trabajado).
Tampoco se les exige ser vecinos del territorio al que van a representar o a gobernar. Lo único que se les pide es saber aplaudir al mandamás del grupo, reír sus gracias y obedecer mansamente.
Lo terrible es que los politiqueros, esos personajes inútiles e ineptos para el trabajo profesional ganan los sueldos de vergüenza de los que, en el caso de Pozuelo, se ha hablado en estas páginas.
Nuestro Ayuntamiento tiene funcionarios con titulación profesional universitaria de grado superior. Todos ellos perciben sueldos netamente inferiores a los de cualquier concejal, aunque éste sea un iletrado, porque a la hora de la verdad todos los grupos políticos, a pesar de su color ideológico, se han puesto de acuerdo para llevarse una notable cantidad de pasta… sin obligación de justificar su quehacer y su horario laboral. Por eso, los funcionarios profesionales están que rabian.
Lo malo es que, para tratar esa rabia, los ediles no renunciarían a sus privilegios, sino que recurrirían a cobrarnos más impuestos.
Propongo que en las próximas elecciones de cualquier tipo hagamos lo mismo que cuando requerimos los servicios de alguien: Ajustar el precio, preguntar a los candidatos cuanto nos van a cobrar. Y, como todos serán -como ahora- iguales o parecidos recomendaremos votar a los más baratos.
P.S. Después de la reflexión anterior por una vez, y sin que sirva de precedente, vamos a creer que Tezanos tiene razón en lo de que los politiqueros son un gran problema.
El Cabo Possuelo