El tiempo se acaba para algunos líderes políticos de Pozuelo aunque Enrique Ruiz Escudero se resista a morir como candidato del PP. Fuego fatuo. Postureo. Un artículo de El viejo rockero JP
Hay acordes de la guitarra, mágicos. Manos angelicales. Sonidos que nos transportan al corazón del blues y el rock. Así es Eric Clapton. Y no tiene muchos competidores. Por no decir. Ninguno.
¡Cómo me gusta escucharle! Me encanta “Tears In Heaven”. Cómo me acerca hasta ella.
Cuando éramos jóvenes, poníamos sus vinilos y simplemente, soñábamos.
Y entre sueño y canción y acorde, fuimos creciendo. Madurando. Y hoy con mis setenta que ya no cumplo, pongo ese tema y recuerdo a mi señora. A mi vida. Ella. La mujer que aún me hace temblar de amor.
Pero ella ya no está.
La realidad a veces es complicada aceptarla. Y lo digo de buena tinta. Y cuando esa realidad afecta a personas que no quieren aceptarla bajo ningún concepto, más.
Eso debe sucederle a Enrique Ruiz Escudero y su familia. O a Miguel Ángel Berzal. O a Susana Pérez Quislant. O a Juana Beatriz Pérez. O a Almudena, la hermanísima. O al mismo Adolfo Moreno.
PP y Cs están sufriendo un palo de realidad en las carnes de representantes locales de sus partidos políticos. Y los afectados, aún no se han enterado.
De Cs poco puedo escribir. Pero me cuentan que Adolfo está a verlas venir. Que está por estar. Porque si cae algo en la nueva lista, ahí quiere estar. Que Berzal quiere dar la batalla es normal. Pero tendrá muchos problemas. Anda más arrepentido de su pérdida de portavocía que Félix Alba de apoyar a Enrique, en su momento. Y que el olor a poder dependerá de que el PP falle en la elección de su candidato. Esperan que sea Enrique Ruiz Escudero. Se frotan la manos. Aunque me temo lo peor. Me dicen que información sobre él y su hermana descansa en alguna redacción esperando a ver la luz pronto. Silencio.
¡Qué gran favor le haría el PP a Cs! Están rumiando esa posibilidad. Porque lo de Quislant, sería un sueño hecho realidad. Y lo de Adrados. una maravilla para sus aspiraciones. Pero no. Ellos saben bien que no tendrán a ninguno de ellas como rival.
Pero piensan que van a ganar Pozuelo. Y está siendo un territorio muy goloso para que la realidad sea totalmente distinta, según el aspirante a candidato que hay en el partido de Albert Rivera.
Pero de acordes y guitarras, si alguien sabe mucho, es el Partido Popular. Teniendo todo a su favor, el PP sigue tocando mal la sintonía necesaria para dar un giro a lo que se espera en las próximas elecciones. O eso espero.
Pablo Casado ha devuelto la ilusión. El problema es que, en Pozuelo, Ruiz Escudero sigue quitándola, ninguneando y siendo un sectario en su comportamiento como presidente del PP local.
Salió la semana pasada una foto con 20 afiliados del PP de Pozuelo. 20 ni más ni menos. Y vi a personas que jamás veo por la sede. Pero, mucho peor, entre esos 20 no vi a unos amigos que van a todos los actos del PP de Pozuelo. Cuando hay, claro, porque cada vez hay menos.
Al ver la foto, les llamé. Y ellos se sorprendieron e investigaron. Y luego se indignaron. Y finalmente me lo contaron. Es más, me han pedido que lo contase en esta colaboración. Y se lo voy a contar.
Podría bien tratarse de otra canción triste de Clapton que llevaría el título de “La historia de una foto”. En inglés, claro… Porque sería un perfecto blues.
Enrique lleva fuera de la actividad política todo el mes de septiembre, Bueno, septiembre y todo el año. Cuando no, los años que lleva en el PP. Una vez que fue perdonado por la todopoderosa Aguirre, en nombre de los pobres afiliados de Pozuelo.
Hay que hacer que “parezca” que anda por la sede. Que se preocupa. Que hace cosas por el PP y lanza la magnífica idea de hacer una foto con él y banderas españolas. Promocionando en Pozuelo un acto del PP de la Comunidad de Madrid.
Para que no se diga, compro la foto. Pero claro, una foto en la soledad de su final de carrera política era algo inapropiado e incómodo que vender a Ángel Garrido. Hagamos un acto pero no convoquemos a todos. Sólo a los que controlamos nosotros.
Y de casi 2000 afiliados del PP de Pozuelo, Enrique Ruiz Escudero decidió convocar a “sus” 20 afiliados. Para que tuvieran el honor de posar con él en una foto en la sede del PP. “Solo los nuestros”, me dijeron que dijo Almudenita. Ay, Almudena, esta semana cumplirás 200 días sin dimitir, según este periódico, por tu amoralidad…
Pero, una vez más, Enrique se equivocó. Ni siquiera esos 20 eran suyos. Ni a todos les pareció bien la discriminación de afiliados que alguien hizo. Por eso, hoy, lo cuento para que todos los afiliados sepan la verdad.
Llamaron a los elegidos para convocarles a un acto con el presidente Enrique Ruiz Escudero. Alguno pensaba que iba a anunciar su dimisión y acudió. Y cuál fue su sorpresa que ni acto, ni discurso y si me apuran, casi ni saludo.
Guillermo García Madrigal, ordenó la colocación en la foto. La hermanísima dio instrucciones detrás de cámara. Todos a sonreír. Pa-ta-ta. Un, dos, tres…
Posaron 15 minutos y Ruiz Escudero se marchó corriendo. No tenía más tiempo. El coche oficial le esperaba. Y los afiliados, media hora después, salieron con cara de circunstancias y alucinados por el trato recibido.
Pero no importaba Enrique había pisado la sede del PP de Pozuelo. Fuego fatuo. Postureo. Garrido puede seguir defendiéndole como candidato a la alcaldía de Pozuelo, buena suerte.
Qué auténtica vergüenza siento como afiliado local del PP. Me da vergüenza que nos utilicen. Que nos tomen el pelo. Que los afiliados y una foto sea el pasaporte de una familia traidora con nuestro partido. Pero me cuentan que la cuenta atrás ha comenzado.
Sorpresas de la vida.
El viejo rockero JP