El rearme ideológico del PP, que trae consigo Pablo Casado, también lleva obligatoriamente un rearme ético y ello significa, al menos en Pozuelo, la dimisión de Quislant por todo lo consentido

Pablo Casado es el nuevo Presidente del Partido Popular. Y ha ganado por una de las cosas que yo, humildemente, pedí a principios de junio en esta misma columna. Había que recuperar la ideología que el PP se había dejado a jirones por esos caminos procelosos de la gestión. Arriesgué en aquel artículo.
El PP que dejaba Rajoy empezaba a ser un ‘cacao maravillao’ ideológicamente y dije que los actuales dirigentes del PP deberían buscar a alguien nuevo, que trajese un aire creíble y que fuese capaz de aglutinar e ilusionar a la derecha española o si quieren de centro-derecha, aunque a mí eso del Centro me ha sonado siempre a chino, a invento de Adolfo Suárez para navegar por un mundo político muy complicado en la Transición.
Dije también entonces que deberían buscar un nuevo “Enmanuel Macron” español. Porque, cuenten las milongas que quieran, Macron es un hombre de derechas. De la Derecha Social francesa.
Y así ha sido. No es que me hayan leído. Lejos de mí tan pretenciosa como simple conclusión. Pero escrito está. Me gusta la POLÍTICA en mayúsculas y me reconozco un buen analista. Simplemente por experiencia no porque sea más listo. Casi con seguridad los electores peperon no me leyeron pero sí aplicaron el sentido común.
Siempre defendí el bipartidismo y espero que este rearme ideológico de la derecha consiga que el PSOE también lo haga por la izquierda. Pero ese es otro debate que un día de estos abordaré.
Dicho esto, vuelvo a Pozuelo de Alarcón que es ahora lo que me incumbe y la razón fundamental de este periódico. Así que vayamos por partes que diría Jack El Destripador.
Durante estas horas posteriores a la elección de Pablo Casado, he leído de todo en los dirigentes del PP de Pozuelo. Empezando por la propia alcaldesa Quislant, he leído en las redes sociales alabanzas sin medida a este PP que ha vuelto. Y me ha sorprendido muchísimo que todos se congratulen de este rearme ideológico y de valores de la derecha, cuando posiblemente ni siquiera sepan de lo que hablan. Y a las pruebas de lo sucedido en Pozuelo en esta nefasta legislatura me remito.
El Gobierno de Pozuelo, insisto, con su alcaldesa al frente, no ha utilizado en ningún momento esa ideología de la derecha española moderna y mucho menos sus valores propios. Aquí, desde hace muchos años (especialmente los tres últimos) se ha gobernado (si es que se ha gobernado) con argumentos tan peregrinos como “el más eres tú”. Ante la falta de recursos ideológicos y como les daba igual, sus razonamientos de defensa siempre eran lo mal que lo hacían los partidos de la Oposición en los municipios, comunidades en que gobernaban y, recientemente, en el Gobierno de España.
Como la alcaldesa solo se dedicaba al capricho político, sus decisiones carecían de base en la que sustentar sus argumentos de tal manera que, como no podían convencer con “el más eres tú”, mentían, engañaban y ocultaban. La oscuridad del Gobierno Quislant ha sido proverbial. Y no voy a hablar ahora de la estupidez porque eso haría que me extendiera demasiado. La estupidez política de algunos ha sido de traca.
Lo que han hecho con este periódico, por poner un ejemplo, y con su director es contrario a todos los principios de la democracia y, por supuesto, de los valores clásicos de la derecha moderna. Politiqueros de segunda, diría el maestro Domené. Su regla básica de actuación ha sido, tengo mayoría absoluta, hago lo que quiero. Penoso.
Pero la culpa no es del todo suya, alguien se lo consintió. Derecho de pernada con la prensa pozuelera. Y no solo hablo del Gobierno sino también de la dirección de la Agrupación del PP en Pozuelo. Políticos por derecho de sangre. Como los visigodos.
Pero como yo esperaba y escribí en aquel artículo, ahora ha venido alguien que quiere volver a los principios y valores de esa derecha. Que no son muchos, pero que deben servir de guía a sus políticos. Y entre esos valores y principios está la ética política.
Y la ética política, señores del PP pozuelero, está vinculada con una conciencia moral que aprueba o desaprueba un determinado acto. Hablar de ética es hablar del bien y del mal. Por lo tanto, es el bien común el principio y fin ético de la política. Pero en Pozuelo no ha sido así.
En Pozuelo ha gobernado un PP caduco que, insisto, ha mentido, ha engañado y ha ocultado porque solo pensaban en su propio bien. Sálvese quien pueda.
En Pozuelo ha habido muchos casos de prevaricación ética. Muchos. Y para muestra sirva solo el botón del escándalo de la concejala Almudena Ruiz Escudero. Ha habido muchos más. Y basta con leer El Correo de Pozuelo. Pero éste de la Ruiz Escudero es de aurora boreal.
Dicho esto, exijo a la alcaldesa Susana Pérez Quislant, que tan entusiasmada está con este rearme ideológico del PP, que cese a la susodicha concejala hoy mismo y a continuación presente su dimisión por todo lo que ha consentido.
Debería cesar a algún concejal pero, por ahora, no importa. De una forma u otra alguien se encargará de hacerlo… Pero, por ahora, con cesar a Almudena y dimitir ella como alcaldesa es suficiente. Y sería ejemplar. Este PP lo exige.
Lo demás, será poco creíble. Palabras que se lleva el viento.
El Capitán Possuelo