Quinto análisis, entre jurídico y político, de la sentencia del Caso Gürtel en lo que concierne a Pozuelo y Jesús Sepúlveda. Hoy, el raro cohecho y el pacto de Alfonso Gª Pozuelo con las fiscales

Y seguimos con la contratación en el Ayuntamiento de Pozuelo.
Como os decía, Jesús Sepúlveda podía decidir directamente con quien contratar cuando el valor del contrato no superaba unas cantidades. Eso lo hacía en temas de comunicación y montaje de actos. Y si, puede que hicieran algún acto pequeño. Muy pequeño. Porque a Jesús le gustaba cómo trabajaban. Los conocía.
Ahora bien, querer afirmar que él decidía por ejemplo en la adjudicación directa de obras menores es falso de toda falsedad. Nunca lo hizo. Jamás. Y, ¿por qué lo sé? Porque, cuando se prescindió, en 2007, de Roberto Fernández, modificamos las delegaciones y los contratos menores se distribuyeron por concejalía.
Roberto se negó a hacerlo en 2003. Jesús, asesorado por algunos concejales, entre ellos, por mí, cambió la forma de trabajar. Y nunca-nunca me dijo a quién tenía que proponer la adjudicación de obras al Teniente de Alcalde. Nunca. Ni el Teniente de Alcalde a mí.
La historia creo que se escribe de otra manera. Roberto, fascinado por el mundo del lujo, quiso quedar bien con Correa y compañía. Por eso estructuró, desde Hacienda, el fraccionamiento de los contratos. Puede que con ayuda de alguna de sus manos derechas. Se lo dijo a Isabel Jordán y esta le debió llevar el nombre de las empresas. Y él adjudicó.
Así de simple.
Este mentiroso compulsivo ha creado una realidad paralela que era necesaria para el Ministerio Fiscal y que además han atendido los magistrados. Pero los que le conocemos sabemos que miente, miente y miente.
Otra gran mentira fue cuando afirmó una media verdad. Sepúlveda nos reunió a todos para decirnos que no quería volver a ver a la gente de Correa por el Ayuntamiento de Pozuelo. Nos reunió a todos porque se había celebrado un Master de Tenis y casi todos fuimos invitados y Jesús vio el día anterior a varios concejales.
Pues bien, coincidiendo ambos en que se produjo la citada reunión, no coincidimos en los argumentos que dio Sepúlveda.
Aquello fue en el año 2004. Octubre. Master de Tenis. Las hemerotecas no fallan. Y yo afirmo, mantengo y confirmo que el argumento que dio fue que Correa iba diciendo que controlaba al Alcalde de Pozuelo. Que comía de su mano. Y eso él no lo iba a consentir. Sabía que muchos teníamos algún tipo de relación con Isabel Jordán. Y quería que todo eso se cortase.
Roberto, el indecente, afirmó en su declaración, que recoge la sentencia, que Sepúlveda rompió su relación con Correa porque le estaban investigando. Escuchas y no sé cuantas mentiras más de esa mente perversa y enferma.
Falso. En el año 2004, 2005, 2006…etc, etc.. no se estaba investigando a Francisco Correa, ni a nadie. Es falso. Pero me indigna comprobar que compran su argumento y lo exhiben en una sentencia judicial.
¿Estamos locos?
Sobre los contrato menores, vayamos a las obras. Dos proyectos en concreto que cuestionan y justifican una posible dádiva del mes de junio de 2003 de 12.000€.
Según deduzco de la sentencia, esa cantidad de dinero que, presuntamente, percibió Sepúlveda en el año 2003, era a cuenta de las obras que le iban a adjudicar. Y con esto ventilamos y condenamos por cohecho en grado máximo. Cinco años de prisión.
No recuerdo las cuantías de las obras, pero tanto el Camino de las Huertas como la Operación Asfalto, supongo que estarían bien dotadas económicamente. Pero lo extraño de esto es que antes de sacar esta licitación siquiera; antes incluso de modificar los pliegos, las mesas de contratación, aprobar los proyecto… Antes. Mucho antes… Que le dieran a cuenta un dinero cuando ni siquiera la campaña del PP de esas elecciones la hizo la gente de Correa. Según la misma sentencia.
¿De verdad que ese presunto pago estaba vinculado con las obras de Pozuelo?
Me extraña bastante. Pero, como en todo Estado de Derecho, las acusaciones hay que probarlas y no se prueban.
Amigos, el cohecho es el delito que necesitaban para hablar de corrupción. Era necesario. Y si no era alcalde, las cosas no hubieran salido tan bien a la acusación.
Para sostener la acusación tienen dos testimonios que avalan sus conclusiones.
El primero es del que fuera dueño de Constructora Hispánica. Acusado/condenado que pactó con la fiscalía.
Antes del pacto con la fiscalía, este señor siempre negó haber pagado nada a Sepúlveda. Lo más que llegó a afirmar es que le dio dinero a Correa y este le dijo que era para Jesús Sepúlveda. Podría haber dicho cualquiera otro nombre. Pero claro, cualquiera no era el Alcalde de Pozuelo…
Pues bien, este señor cambió su discurso y, previo pacto con la fiscalía, dijo en el juicio que le dio dinero a Jesús Sepúlveda. ¿Cuánto, dónde, a cambio de qué?
Me extraña el cambio de su declaración porque no me cuadra con lo que yo sé. Alfonso García Pozuelo conoció a Jesús Sepúlveda en la inauguración del Camino de las Huertas. Yo les presenté. Posteriormente, creo que pidió ver a Jesús en dos ocasiones y el alcalde me preguntó que qué quería. Yo supuse que tenía problemas con el ingeniero. Creo que sólo le recibió una vez. Y nunca más.
Pero claro, entiendo que su defensa le hubiera aconsejado pactar y rebajar su pena. Lo que no sé es si el señor García Pozuelo (Lo de señor lo digo en serio, esta vez) podrá dormir tranquilo después de lo que dijo. Estaba en su derecho. Si. Le han machacado y hecho mucho daño. Si. Pero, de verdad ¿se puede hacer tanto daño?
En el Ayuntamiento, todo el mundo sabía que Alfonso García Pozuelo y el Ingeniero de Caminos eran muy amigos. Estudiaron la carrera juntos y además compartieron piso. Son hechos objetivos que vinculan a García Pozuelo con el Ingeniero que odiaba a Sepúlveda y luego están sus propias declaraciones en instrucción donde reconocía que su persona de contacto era Correa.
Que cada uno concluya lo que quiera.
Sobre la obra de la Operación asfalto, como no era Hispánica la adjudicataria, había que buscar la vinculación entre Jesús Sepúlveda y la subcontratación que se hizo a favor de Hispánica.
Lo que es sorprendente que reproduzcan una testifical que reconoce que escuchó en un bar a un funcionario (el ingeniero) dar instrucciones para que se subcontratara a Hispánica.
Volvemos al ingeniero de Caminos cesado por Jesús Sepúlveda. Pero esto, según los magistrados, era por orden y gracia del Alcalde.
Lo malo de haber sido testigo de tanto, es que a veces una vale más por lo que calla que por lo que dice. Y en esta ocasión, prefiero callarme.
Continuará…
Yolanda Estrada