Nota para el nuevo mandamás del PP Pablo Casado y para el tal Teodoro García Egea en la que les “corta un traje” a la medida de la incompetencia y del tejemaneje de Susana Pérez Quislant

Sebastián, el marido de mi prima Paqui, me llamó el sábado muy preocupado. La semana pasada recibió una información que le escandalizó. Y me pedía ayuda. No entendía que en el PP nacional fuese a elegir a Susana Pérez Quislant como candidata a la alcaldía de Pozuelo.
Humildemente poco o nada puedo hacer, salvo seguir contando en esta notita lo que sé y me cuentan. Pero dudo que mi grito pueda llegar al nuevo mandamás del PP Pablo Casado y al tal Teodoro García Egea.
En cualquier caso, voy a resumirle a estos señores, desde mi taller, la situación que vive mi pueblo desde que la buena o mala señora Susana Pérez Quislant vino impuesta aquí.
Estimados Casado y Egea: Esta es la verdadera historia que hemos vivido y vivimos en Pozuelo desde hace ocho años. Y dejen de oír cantos de sirena.
Pozuelo funcionaba bastante bien, a pesar de los titulares mediáticos. Pozuelo era un ejemplo y el lugar elegido por todos para poder vivir. Había seguridad, limpieza, políticas amables, funcionarios valorados, calles asfaltadas, proyectos grandes y pequeños.
Es cierto que el caso Gürtel causó un gran escándalo en el pueblo, pero (como lo creo lo digo) en Pozuelo la inmensa mayoría apreciábamos y apreciamos al señor Sepúlveda. Y Sepúlveda para muchos fue el mejor Alcalde que ha tenido mi pueblo. Y esos muchos, somos los que más directamente vivíamos la vida real del municipio.
Y llegó Adrados con su equipazo y manteniendo a lo peor de Sepúlveda, salvando a Félix Alba de los repetidores. Félix era lo único bueno que se quedó Adrados. Los demás, el fruto de la traición a un municipio entero. Y si me apuran, a un partido político. El partido que representan. El PP.
Y así llegó la señora Quislant. Envuelta en prepotencia, palabras mal sonantes y desprecio público hacia mi pueblo. Pozuelo. Cuentan los que lo han vivido, señores del PP, que se dedicaba a decir “bien alto” que “odiaba Pozuelo” y que todos los funcionarios de la casa eran unos corruptos.
Sacaba expedientes del Ayuntamiento por la puerta del garaje, escribía mails a funcionarios a altas horas de la noche, no entendía nada, no sabía nada. Y la Casa empezó a ponerse en guardia. ¿Quién era esta mal encarada?
Se referían a Susana Pérez Quislant. Por supuesto.
Resulta que Quislant era una paracaidista pepera que lo mismo estuvo en el distrito de Centro que en el de Retiro. Que fue concejala en Tres Cantos, pero que prefirió la comodidad de un buen sueldo a trabajar por el municipio madrileño de Tres Cantos que le tocó en gracia estar. La señora de San Blas, como la conocen, odiaba Pozuelo, pero aquí no renunció a su sueldazo.
Y como muchas mujeres, enfermó. Y sobre esos meses no quiero hacer ni media mención. Se recuperó y siguió.
Esa enfermedad, sin embargo, atrajo a Paloma Adrados. La sensibilizó. Y empezó a mirar a Quislant con ternura. Mientras Quislant visitaba Sol, cuentan que a Ignacio González, acusando a Paloma Adrados de todo y por su orden. Sin embargo, aquí en Pozuelo, Susana, sonreía a Paloma, agachaba la mirada, se hacía la víctima y se dejaba querer.
Y llegaron las siguientes elecciones. Y Adrados, quizá como un acto de penitencia por sus propios pecados, decidió apostar por Quislant, la de San Blas, como número dos del PP para el Ayuntamiento. Relegando así a Félix Alba al número tres de la lista. Es obvio que Paloma Adrados no sabía qué hacía Quislant a sus espaldas.
Y la señora que, en cuatro años como concejala, no había hecho más que repudiar a Pozuelo, mantener inactiva su concejalía y despotricar de todos, al margen de traicionarles uno a uno, llegó a la alcaldía de mi pueblo. Sin que un solo vecino la votase a ella. Yo la primera. Que voté al PP, tapándome la nariz porque Quislant era la número dos de esa lista. Y así lo dije.
Quislant ya era alcaldesa. Le tocó la lotería. Se tuvo que buscar una casa aquí para que no le dijeran la verdad: “Usted ni es de aquí ni vive aquí ni le gusta Pozuelo, salvo el sueldazo que se lleva cada mes”.
En el mes de septiembre de 2015, Susana alquila su primer pisito. Debió pensar que ya no la atacarían más. Pero se equivocó. En Pozuelo lo que importa son las personas, no la residencia. Y por mucho que lleve viviendo tres años aquí, como persona y política deja mucho que desear. ¿Por qué?
Desde hace casi cuatro años la política de Quislant ha sido la censura. Si, la censura. El PP que defiende la libertad, señores Egea y Casado, ¿quiere apostar por la señora censura?
Pregunten en Pozuelo. Pregunten en el Ayuntamiento. Y miren la web municipal.
Aquí si no aplaudes la incapacidad de Quislant, estás vetado. ¿Libertad? Pregunten qué sucedió en las elecciones locales del PP de Pozuelo. Pregunten. Pregunten cómo ordenaba seguir a unos y a otros y cómo da instrucciones para que no lean esto o aquello o hablen con tal o tal persona. Libertad, 0. Censura, 1
Y continúo. Otro gran mérito de la señora Quislant ha sido “las bajas que ha cosechado durante casi cuatro años”. Bajas, huidas y espantadas del Ayuntamiento. Casi 40 nombres me salen entre funcionarios y eventuales. Cinco jefes de Gabinete ha tenido. Pregunten, pregunten por el “pasillo del Infierno”. Por las formas, el respeto y los cambios de criterio. Pregunten, señores Teodoro García Egea y Pablo Casado.
Otro motivo importante a destacar no sólo es la incapacidad política y de gestión que todos conocemos de Quislant. Hay que sumarle a ello su política de no hacer nada. Y esto ha llevado al PP a tener a diez cargos públicos imputados. Por culpa de Quislant, sí. ¿Van a premiarla por ello?
Pero,sigo. Si hay algo que esta señora hace muy bien es su papel de víctima. Es una víctima. Víctima de todos. Víctima del mundo. Víctima del PP. De ERE. De Yolanda Estrada. De todos los que se han marchado huyendo. Del director de este periódico. De Paloma Adrados. De los concejales que ella misma trajo a Pozuelo.
Vamos señores dirigentes del PP, la pobre Quislant es una víctima y eso parece que enternece a alguien que no tiene ni idea de Pozuelo.
Sin embargo, me recordaban estos días que la víctima es la misma que hace tiempo hablaba pestes de Pablo Casado. La misma que ninguneaba el nombre de Casado y hacía chistes (con Enrique Ruiz Escudero y la infantita) en torno a los estudios de Pablo Casado. La alcaldesa que la Cabalgata de Reyes del año pasado negó un trato “educado” a Casado y despotricó de él públicamente. La misma víctima que ha acechado e insultado a todo aquel que no comparte sus ideas cambiantes, su manera de ser y su mala forma de hacer política.
Porque esta víctima, señores, vive una realidad paralela. Tiene un grave problema. Cierto es que sus pactos “interesados” siempre han tenido el beneplácito de los dirigentes populares. Pero la realidad de esta inmensa señora es totalmente diferente a la verdad.
Me cuentan que anda atacando sin piedad a Yolanda Estrada. Sin piedad. Y yo a mi compañera y colaboradora no voy a defenderla. Fue culpa de ella aceptar la palabra de alguien como Quislant. Muchos la advertimos. Así que la culpa, querida Yolanda, en parte es tuya. No te mereces el ataque de esta mujer y su amigo eventual ERE. Pero las mentiras de ambos, en parte, te vienen bien para despertar de tu apuesta por la ilusión de Casado.
Y Quislant, como siempre, cuando se enfrenta a sus compañeros, convierte la guerra suya personal, en una guerra pública y amparada por algún dirigente del PP.
¿Alguien sabe qué ha ido contando de Garrido, de Enrique, de Almudenita, de Beatriz Pérez Abraham y cónyuge, de Félix Alba, de Pablo Gil, de Paloma Tejero, de Paloma Adrados, de…..?
En el fondo deseo que Quislant sea la candidata del PP en Pozuelo. Porque ante mi ignorancia supina, he querido saber qué pasará con Teodoro García Egea y Pablo Casado, cuando se encuentren el resultado electoral que se van a encontrar en Pozuelo.
¿Habrá responsabilidades?
Nadie contesta a mi pregunta. Ni siquiera mi amiga Cristina, la que trabaja al lado de Génova. Ya que ella está alucinada por lo que está pasando: “Sira, la candidata del PP de Madrid no es Susana Pérez Quislant. Aquí no la quiere nadie. Jamás ha pasado lo que está pasando”.
Pues eso. Disfrutemos de este reality show con tres protagonistas de oro.
Sira Q.