Almudena Ruiz Escudero no solo no dimite sino que se permite decir que “no se ensucie su persona” y que no tiene que pedir perdón por nada. Normal en ella. Lo raro sería lo contrario

Como decía en mi notita de la semana pasada, para la familia Ruiz Escudero queda mucho camino que recorrer. Mucho. Demasiado. Y con muchas y verdaderas espinas que fueron cortadas hace años, con el poder del puesto público que conseguisteis.
Sinceramente, me decía mi prima Paqui, esta vez ni la protección del Presidente Ángel Garrido ni de esa Consejería a medida para La Familia, van a impedir que se sepa “todo todo” de ellos.
La gente empieza a hablar. A contar. A abrir viejos baúles. Armarios cerrados llenos de muertos. Recuerdos. Palabras. Acciones. Todo pinta mal en su entorno. Pero su protector, el sucesor de Cifuentes, ni se enteró y sigue sin enterarse. Dice Sebastián, “tranquila, Sira, le salpicará”.
Yo es que no puedo con ellos. Le he visto hacer tantas cosas que me sublevo.
Por eso, quiero seguir con lo que estaba la semana pasada. La “lectura” de las “alegaciones/acusaciones a la oposición” de la pequeña de los Ruiz Escudero. Almudenita. La infantita. Y todo ella en un foro (El Pleno del Ayuntamiento) que debería representarnos a los vecinos de Pozuelo y que se ha convertido, desde hace años, en el escudo protector de algunos peperos.
Esa intervención suya en el Pleno de abril me dejó atónita. Mientras terminaba un traje de comunión muy especial para mi Luisito, que este año hace la comunión, pensaba en las palabras dictadas a Almudena Ruiz Escudero y que ella leía altiva. Pensaba y yo misma me sonrojaba.
Mayte, esa amiga mía que trabaja en La Casa, me dijo hace poco que la chica (Almudenita) va con la cabeza alta, con esos aires prepotentes y soberbios que la describen y que hasta sus compañeros de filas (algunos concejales) se giran a cuchichear cuando ella pasa cerca.
Es evidente que muchos se mueren de vergüenza ante esta situación.
En mi taller. Con Tobby a mis pies. Pensaba sobre la ironía del destino. Lo que Enrique Ruiz Escudero y su hermana “rajaban” contra algunos de sus compañeros de partido y lo que al final se sabe de ellos y que les deja mal, muy mal. Peor de lo que ellos han dicho de otros del PP. Que han dicho y mucho. Que han difamado y con ansias de poder. Que han querido acabar con personas para llegar ellos y plantar su poderío familiar. Y conozco a gente muy tocada.
Pues eso. La ironía Familiar.
Tan irónico como que ahora la “víctima” de sus propios y demostrados actos (beneficiarse de una vivienda de protección cuando era concejala y ganaba más del doble que exigen las normas, todo ello en perjuicio de jóvenes que, seguramente, lo necesitaban más que ella) diga e implore que no se “ensucie su persona”.
Que ella pida esto es poco menos que de risa. ¿A cuántas personas habéis ensuciado vosotros desde la cobardía y falsas acusaciones? ¿Cuántas personas habéis intentado destrozar así?
La gran diferencia, Almudenita, es que vosotros os dedicáis a difamar a personas honestas y a vosotros se os pide explicaciones de hechos objetivos, probados. A la espera de confirmarse que tras ese disfrute “inmoral” por tu parte, no haya nada más feo, que parece que sí…
Y tú, en tu soberbia familiar conocida, dices que no vas a pedir perdón. Por nada.
Obviamente tu perdón y humildad era algo que nos hubiera sorprendido a todos los que os conocemos.
Como dice Mayte, tu hermano Enrique Ruiz Escudero ya ha empezado a asomar la patita otra vez en Pozuelo. Y asusta. Y ya hay muchos, demasiados, que se arrepienten de su apuesta.
En cualquier caso, hay que esperar a conocerlo todo. Hay más. Mucho más. Pozuelo empieza a hablar.
Sira Q.