Más peligro aún: La depuradora de Húmera aumentará su caudal en breve con el del Campus de Somosaguas, al que han retirado el permiso de vertido al Arroyo Antequina. Un artículo de Javier Caballero

Desde que los olores, la contaminación y las molestias provenientes de la vieja depuradora de Humera se hicieron insoportables los vecinos venimos pidiendo al Ayuntamiento que cumpla con el Plan General de Ordenación Urbana de 2002. Y se construya la nueva EDAR moderna y tecnológica, prevista en el PGOU y alejada del casco urbano. Una nueva EDAR capaz de tratar adecuadamente las necesidades de depuración de una ciudad como Pozuelo.
Ante los oídos sordos del Ayuntamiento y el anuncio de que su propósito sería ampliar la vieja depuradora, los vecinos, hartos de los olores nauseabundos, y yo en mi propio nombre, interpuse denuncia en el Juzgado Nº 1 de Pozuelo contra el Ayuntamiento por incumplimiento de su propia ordenanza.
El Juzgado de Instrucción abrió diligencias y un año más tarde los investigadores del SEPRONA y la Fiscalía han aportado datos y hechos inequívocos de lo que puede constituir un delito continuado contra el Medio Ambiente y la salud de la población. Por parte de este gobierno y de sus antecesores desde el inicio mismo de la Depuradora en 1979 hasta el día de hoy.
Una nefasta gestión agravada en 2006 por la ejecución de obras de ampliación de la Depuradora, que sin contar con las debida autorización de la CAM, e incluso ocultando a la Consejería las obras realizadas, ha conducido a su actual colapso.
Ya que esta única EDAR recibe los vertidos de medio Pozuelo. Incluso los que llegan desde la Urbanización La Finca a través de un enorme colector construido en 2002, que pasando por todas los barrios intermedios va incorporando sus aguas fecales hasta dejarlas a cien metros de la plaza de Humera y a tan solo once metros de las casas más próximas.
Un caudal que se verá incrementado próximamente con el procedente del Campus Universitario, al cual le ha sido retirado el permiso de vertido al Arroyo Antequina y ha de incorporarse a la saturadísima EDAR de Humera.
Una EDAR concebida en su origen para una urbanización de 46 chalets y que ahora a tan solo once metros de los vecinos que la sufren habrá de recibir las aguas residuales de 36.000 habitantes equivalentes. 50 veces más de su capacidad original. Y todo ello sin autorizaciones en regla, ni el informe favorable de la CAM que hubiera sido imprescindible para su ampliación.
A pesar de todo ello, el actual gobierno pretende enterrar en una obra inútil cuatro millones de euros que lejos de solucionar los problemas los incrementará llevando a esta instalación obsoleta nuevas cargas contaminantes hasta la puerta misma de unos vecinos de Pozuelo que no quieren ni deben seguir cargando con semejante desatino.
Javier Caballero (ADEPO) Afectados Depuradora Pozuelo