La Alcaldesa Quislant utiliza política y obscenamente la imagen de dos niñas de la villa con síndrome de down en la portada de la revista “Vive Pozuelo”. Un artículo de Juan Pozuelo

El tesón que ha venido demostrando durante esta legislatura la Concejal de Asuntos Sociales Beatriz Pérez Abraham, por conseguir premios que laven la cara a su pobre labor social, no tiene parangón. Es la campeona de los premios. Presionada seguramente por la Alcaldesa Quislant y la permanente ansia de ésta en subirse al protagonismo de los premios, parece que sólo los busca para justificar la inacción de este gobierno municipal en políticas sociales de alcance.
En la portada de la revista Vive Pozuelo de este mes se puede leer que nuestro Ayuntamiento ha ganado el premio “Institución por la Inclusión” y en un alarde de utilización política descarada, se puede ver a la Alcaldesa Quislant abrazando a dos niñas con clara afectación del síndrome de down.
¿Hace falta mostrar públicamente tanta hipocresía en una representante política que, como jefa del gobierno municipal, se viene preocupando muy poco de las personas discapacitadas de nuestro municipio?
Estos premios que tan afanosamente persigue Pérez Abraham, no deben utilizarse para alardear de políticas sociales de un gobierno municipal que, año tras año, ha congelado las partidas presupuestarias de este área y que, sin embargo, crea e incrementa presupuestariamente una partida de ayudas por nacimiento y adopción, aunque muchas de éstas se dirijan a familias acomodadas.
Pero volviendo a la revista, en su interior podemos leer que “la atención a la discapacidad del Ayuntamiento pozuelero también fue distinguida con el Premio Reina Letizia, el Premio Nacional del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad o el diploma «Ability» en los «Telefónica Ability Awards”.
La información no menciona, sin embargo, el Premio Corazón de Piedra que concedió la Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales en 2016 a 36 ayuntamientos “sin alma” de ciudades con más de 20.000 habitantes, entre los que se encontraba el de Pozuelo de Alarcón, declarándoles “oficialmente pobres en inversión social”.
Cuatro premios y un diploma ha conseguido Pérez-Abraham en esta área durante los últimos tres años. Es posible que para ella sea un excelente botín tendente a conseguir el mejor reconocimiento institucional y de paso, el suyo propio, pero no para la Alcaldesa.
Susana Pérez Quislant no tiene pudor con tal de promocionarse y en su afán de conseguir protagonismo político en Pozuelo y la Comunidad de Madrid, se olvida de una regla básica que está obligado a seguir todo representante político: no utilices la imagen de personas discapacitadas para obtener réditos políticos, más tarde o más temprano te lo van a reprobar.
Juan Pozuelo