Cuando las pasiones, como el rencor, se mezclan con la política, como está sucediendo en el Ayuntamiento de Pozuelo, se comenten muchas injusticias. Un artículo de Escarlata O’Hara

A raíz de los artículos de Loro Encantado me he hecho muy amiga de ella a través del Capitán Possuelo, me gustaba mucho su forma de pensar y creo que somos “almas gemelas”.
Resulta que también mi hijo es funcionario del Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón (también por oposición, como debe de ser para que los políticos estén sometidos a la imparcialidad de sus empleados) y coincide en todo lo que cuenta Loro Encantado.
Por supuesto, debo usar también seudónimo, como ella, porque de lo contrario la señora alcaldesa se vengará de nuestros hijos (dicen que hasta hay reuniones para tratar de averiguar quiénes son los “topos”, yo creo que acabarían antes si se preguntasen quienes no son). Así es la democracia y la libertad de prensa. A esta señora no le gusta la prensa. Es lo primero con lo que se meten los regímenes dictatoriales.
Pues bien, yo voy a contar algo que todavía ella no ha contado. Parece ser que esta mujer (soy mujer y, por tanto, sé de lo que hablo) es lo que podría denominarse una rencorosa profesional. Esta pasión, vista desde el punto de vista de la vida diaria, del matrimonio o cualquier forma de vida de pareja, puede ser más o menos llevadera. El problema es que cuando ese rencor se mezcla con la política, es un “cocktail explosivo”. Y parece que la señora Susana, no olvida nunca, el que la hace la paga.
En la vida todos nos equivocamos, ella la primera porque no ha dado pie con bola, pero hay que saber entender que se puede rectificar. El problema no es que los empleados o sus allegados del Ayuntamiento se equivoquen, el problema es que no hacen lo que ella quiere, en eso consiste su terrible e imperdonable pecado: todo el mundo tiene que hacer lo que ella quiere, al estilo Donald Trump (no es solo un problema de mujeres).
Queridos amigos, trabajar con una persona así es un verdadero calvario, sobre todo cuando no hace más que “meter la pata” y hoy dice una cosa y mañana la contraria (y para más inri dicen que ya no se acuerda). Trabajar en estas condiciones es realmente imposible (iba a decir que no lo aguanta “ni Dios” pero no quiero ser irreverente porque la señora alcaldesa es muy buena católica, dicen).
Nuestros hijos están pasando las de Caín (por no expresarlo de forma vulgar. No me gusta ser vulgar, aunque sea más expresivo).
Hoy, día de los Reyes Magos, le quiero pedir para el equipo de gobierno tres cosas: coherencia, valentía y misericordia.
Lo primero porque creo que se han olvidado de quiénes son y su ideario político (algunos, hasta los del Opus, no tienen las agallas de enfrentarse con los que han dejado que el aborto campe a sus anchas).
Lo segundo porque es evidente que son “muy cobardes”. Yo entiendo que de algo hay que comer pero de la “carroña” no, por favor.
Y por último, misericordia. Es necesario compadecerse de quienes está siendo maltratados, incluso acosados (hay hasta denuncias y un Comité de Acoso).
Muy graves son las cosas me cuenta mi hijo de la casa de los “Monster”.
Por favor, como dice mi amiga Loro: “¿Hay alguien ahí?” En el PP de Madrid, digo…
Escarlata O’Hara