El miedo y las sospechas reinan en los pasillos de la Casa Consistorial de Pozuelo de Alarcón y la desconfianza y sospecha han dividido a los empleados. Un artículo de Loro Encantado

Ya saben que, como madre de una funcionaria del Ayuntamiento de Pozuelo, sigo preocupada y no pararé de denunciarlo hasta que las cosas vuelvan a ser razonablemente humanas.
Me cuenta mi querida hija que en el Ayuntamiento hay que medir mucho las palabras porque “las paredes oyen. La gente calla y habla de trivialidades por los pasillos y los despachos porque es lo único de lo que se puede hablar. El tópico de que trabajar en un Ayuntamiento es un chollo no tiene nada que ver con la realidad. Para la mayoría de los empleados, ir todos los días a trabajar se está convirtiendo en un verdadero suplicio.
Antiguamente, me cuenta, había un ambiente afable, de camaradería y buen compañerismo… “Qué tiempos aquellos”. Ahora todo es “desconfianza” y “sospecha”, han conseguido dividir a los empleados en dos equipos, los que les hacen el juego y los que no (estos últimos están marcados con el sello de la maldición).
Lo más gracioso de todo es que el nuevo “estilo político” de maltrato y falta de respeto hacia los empleados surgió a partir de los eventos de la Gürtel y la implicación del Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón. Es decir, los empleados públicos están pagando las tropelías de algunos políticos y empresarios apuntados a la mafia.
Pero ¿qué es lo que está pasando en este país llamado España?
Las personas honestas que quieren trabajar en paz no pueden hacerlo porque la “mafia política” está por encima del bien y del mal, y, mientras tanto, más te vale no quejarte porque te pueden “defenestrar” ipso-facto. Lo de menos es ser buen o mal profesional, lo único que importa es hacerles el juego sucio. Es el tiempo de los traidores y de los mediocres.
Repito, no me voy a cansar de denunciarlo por todas partes, y que les voten sus “pelotas”, es decir, aquellos que “han vendido su primogenitura por un plato de lentejas”.
Cada día estoy más convencida de que la falta de ÉTICA nos está conduciendo a la ley de la selva, el primero que pilla la pieza se la lleva, eso sí, todos parecemos muy educados y movemos el “culito” al estilo calle Serrano.
Estoy “hasta los pelos” de esta gentuza.
Loro Encantado