Me duele aquí, me duele allá. Los trastornos somatomorfos
(08-06-15) Sin duda, uno de los más importantes campos de la medicina actual, que a su vez es de los menos estudiados, es el que relaciona nuestra mente con nuestro cuerpo. Hace ya mucho tiempo que utilizamos como expresión habitual el término psicosomática. “Fulano está lleno de dolores y es porque está somatizando sus problemas”.
Tan es así que en medicina existe un apartado constituido por los llamados “trastornos somatomorfos” Hablamos de pacientes que suelen referir sus padecimientos en forma de dificultades respiratorias, digestivas, ginecológicas, urológicas, vértigo, mareos, debilidad, o simplemente dolor. Un problema mucho mayor de lo que podría pensarse porque diversas estadísticas indican que entre un 25% y un 75% de los pacientes de atención primaria acuden al médico relatando este tipo de problemas, con el elevado gasto sanitario que ello conlleva. Suelen ser personas que demandan una gran dosis de atención por parte de los facultativos, y que en raras ocasiones reconocen que están traduciendo en síntomas físicos sus trastornos emocionales. Cuando el enfermo acude al médico relatando sus síntomas, y el facultativo prescribe los exámenes y analíticas que considera necesarios, los resultados de dichas pruebas no suelen mostrar alteraciones físicas o, en todo caso, ninguna que justifique los síntomas que el paciente narra. Sin embargo, es necesario añadir que el paciente que acude a consulta no está fingiendo ni utiliza sus dolores y molestias como una excusa para eludir sus responsabilidades laborales, sociales o familiares. No es cuento. Ciertamente, sufre los trastornos que afirma estar experimentando.
Pues ahora hay más pruebas de que, en efecto, las emociones, sobre todo las negativas, como la depresión o las generadas por el estrés pueden causarnos dolor. No dolor imaginario, sino auténtico dolor. Así lo afirma la doctora Susanne Babble, psicóloga autora de un trabajo para la revista Psychology Today en el que afirma que “el dolor crónico no solamente es causado por algún daño físico, sino también por el estrés y los problemas emocionales”.
Por ejemplo, en muchos de los dolores de cabeza. Otra experta participante en el estudio, la doctora Christina Peterson asegura que “el estrés y los desencadenantes emocionales son causas de la migraña común”. Los dolores de cabeza podrían ser el resultado de asumir demasiada responsabilidad en el día a día. El estrés puede ser la causa de ese dolor punzante en tu cabeza.”
Y respecto a esos dolores de hombros que a veces no nos dejan ni movernos, otro especialista llamado Ros Kitson dice que “sobre nuestros hombros soportamos nuestras cargas. Hablamos de soportar un problema y esto es exactamente lo que estamos haciendo cuando nuestros hombros se tensan y nos causan dolor”.
No podríamos en tan breve espacio hablar de qué formas podemos eliminar o al menos evitar la tensión, el estrés y toda la larga serie de emociones negativas como la tristeza, la ira o la desesperación que con tanta frecuencia nos atenazan. Pero si por algo se caracteriza la vida actual es por ofrecernos una amplia variedad de procedimientos para disminuir nuestros niveles de malestar mental; desde un buen masaje a una visita a un spa, desde ver una buena comedia hasta una sesión de meditación, o más caseros como un rato de deporte o de jugar con nuestras mascotas o con los más pequeños de la casa.
Como rezaba un viejo proverbio: “No te tomes la vida tan en serio; de todos modos no vas a salir de ella con vida”.
Abelardo Hernández