Mea contento, pero méate dentro
¿Puede ser una noticia a destacar que en una reciente entrevista televisiva en un canal de Uruguay los futbolistas Leo Messi y Luis Suárez desvelaran que ambos hacen pis sentados en la taza de WC, en lugar de la tradicional postura masculina de mear de pie?
Pues quizá sea una chorrada tan monumental como lo parece… O quizá no. Porque la cuestión ya viene siendo polémica desde hace bastante tiempo, hasta el punto de haber llegado a convertirse en un debate de género (¡sí! ¡de nuevo!). Así nos lo cuenta en las páginas de El País Kristin Suleng, en un artículo titulado “La confesión de Messi que rompe con un antiguo tabú masculino”.
Tan es así que, según nos cuenta Suleng, en Alemania “El hombre que opta por sentarse para miccionar es, para los germanos, un Sitzpinkler, frente al que lo hace de pie, el Stehpinkler. Ambas etiquetas para esas posiciones corporales llevan años de discusión en la esfera pública, lo que ha despertado dos movimientos sociales opuestos en este país: el que defiende la postura sentada para los hombres y el que antepone el derecho a hacerlo de pie en nombre de la masculinidad”.
Como no podía por menos de ser, siempre aparece algún testimonio cuestionando las actitudes varoniles. Así, según Fernando Villaamil, profesor de Antropología Social de la Universidad Complutense de Madrid “se trata de representar visiblemente los privilegios de la masculinidad. Está muy bien que cada vez más hombres opten por ver ridículo hacerlo de pie como una cuestión de hombría”.
Pues será curioso, porque pese a que tal variación en nuestras habilidades mingitorias empezó siendo una mera cuestión higiénica, dada la facilidad con que el varón en su pose favorita se mea fuera del tiesto, con el tiempo se ha convertido en una batalla más de la guerra entre los sexos. De momento un partido sueco de izquierdas (Left Party) en la provincia de Sörmland, ha propuesto (por ahora a nivel local, pero con la intención de extenderlo a todo el territorio nacional) el mear sentado por ley. Además del argumento higiénico han sumado la recomendación de que mear sentado es capaz de reducir los futuros problemas de próstata, sin que este argumento haya sido sostenido por ningún urólogo.
Nada nuevo. Hace años en la misma Suecia un grupo feminista logró en 2007 retirar los urinarios verticales de la Universidad de Estocolmo porque “el gesto de mear de pie era degradante para las mujeres”. Ahí es donde el argumento de la limpieza empieza a dejar de ser consistente. En los urinarios verticales de los servicios de caballeros hay mucha menor posibilidad de que se vaya alguna gota fuera. Y uno no puede dejar de preguntarse por qué en los domicilios particulares, al contrario de los bidés, no se instalan nunca estos chismes. Ellos reducirían al absurdo el dilema de pie/sentados y la higiene se vería altamente beneficiada. Pero bueno, nada extraño puesto que hace ya tiempo que en las guarderías y escuelas infantiles suecas hace ya tiempo que se insta a los niños a que hagan sus pises sentados.
La cuestión no deja de tener sus aspectos cómicos. Así, Suleng nos informa de que entre los indios navajos norteamericanos, la costumbre dictaba que las mujeres mearan de pie y los hombres en cuclillas, mientras que entre los antiguos judíos, había que orinar de pie y de espaldas al templo para evitar exponer las partes pudendas a lo sagrado.
Más inusitado aún es lo que sucede en algunas poblaciones alemanas, donde un fantasmita llamado Spuk se adhiere a la tapa del inodoro y anima mediante mensajes grabados (con las voces de los excancilleres Schröeder y Kohl) a que los hombres “tomen asiento en el trono”. Me encantaría ver repetida la experiencia en España con las dulces y acariciadoras voces de Zapatero y de Rajoy, aunque lo más probable es que no llegue a suceder por aquello de evitar confusiones y problemas con la Monarquía.
Y dos cuestiones, no por ser las últimas menos importantes. Una: si alguna ley semejante llegara a instaurarse… ¿Cómo se comprobaría su cumplimiento? ¿Quizá instalando cámaras de seguridad mingitoria?
La segunda es poner de manifiesto una falacia total. Si los hombres fuéramos los únicos en ensuciar el WC, ¿por qué las mujeres describen también los baños públicos femeninos como totalmente carentes de higiene, por decirlo de una forma suave? Personalmente, claro, nosotros no podemos corroborarlo, pero es ilustrativo que eches un vistazo al link que adjunto el cual, en su día se hizo viral. Además, como propina, te reirás un rato.
Una vez, más, amigos, la igualdad se impone por sí sola. L@s cochin@s son marran@s ya lo hagan de pie o sentados.
Poseso.
https://bolupedia.wordpress.com/2008/02/27/%C2%BFporque-las-mujeres-van-al-bano-de-a-2/
Abelardo Hernández