Maternidad subrogada: La nueva forma de someter a las mujeres

Leemos en el Huffintong Post un provocador artículo basado en la reciente paternidad del presentador Jaime Cantizano, escrito por Yolanda Domínguez en el cual critica ácidamente la maternidad subrogada (más conocida popularmente como “vientres de alquiler” calificándola de “una nueva fórmula para explotar y comerciar con el cuerpo de las mujeres”.
La articulista comienza denunciando “La cándida escena padre/hijo que viene acompañada nada menos que de una insólita reivindicación de, según palabras del propio Cantizano, «los derechos de los hombres» a alquilar un cuerpo para que geste a una criatura durante 9 meses y separarlo del mismo por una cantidad de dinero. Una situación que para Domínguez no es sino “Lo que viene siendo la compraventa de personas y el tráfico de cuerpos de toda la vida (que) pretende ahora legalizarse bajo el epígrafe de «derecho a ejercer la paternidad» y «libertad a decidir sobre el propio cuerpo».
Pero pronto la autora empieza a mezclar las churras con las merinas cuando hace referencia a un aspecto ilegal de la cuestión, recordando “la existencia de granjas de mujeres, como en India, donde existen actualmente más de 2.000 y en las que viven hacinadas como animales cuya única función es comer y reproducirse”.
Esta forma de crítica es más vieja que Matusalén, e igualmente aplicada por las feministas radicales cuando se trata el tema de la prostitución. Nunca se considera el caso de dos personas que libremente deciden contratar una relación sexual o el fruto de una maternidad. Así, se pretende hacer creer que prácticamente en todos los casos los acuerdos son fruto de un sometimiento no deseado por la mujer, y que por tanto se hallan inmersos en el oscuro y tenebroso mundo de la criminalidad regentada por malvadas mafias que, como ya se ha demostrado sobradamente, representan una minoría de casos no por ello menos censurables, las cuales deben ser severamente perseguidas y castigadas por la ley.
Un poco de la intención de la autora comienza a ponerse de manifiesto cuando afirma que la foto de Cantizano con su bebé en brazos llama la atención por “la ausencia de la figura de la mujer en una estampa en la que es imprescindible”. Una curiosa alegación porque en los miles de noticias en las que hemos visto cómo una mujer sola se beneficia de una de estas transacciones, jamás aparece el padre, por más que su existencia también sea imprescindible. Igualmente sucede en cualquiera de los bancos se semen en los cuales legalmente el padre debe ser desconocido. Abundando en este tipo de razonamiento, una lectora avisa de un posible riesgo: “Si ya en una sociedad machista y patriarcal, los hombres empiezan a abrir puertas como estas, las mujeres pueden quedar relegadas a parir y encima sin respeto, ni necesidad de tenerlas como pareja, ni nada de nada. Peligro.
Curiosa esta defensa de la pareja tradicional cuando prácticamente todo el feminismo militante ha recalcado hasta la saciedad que el tradicional modelo de familia tipo patriarcal no es ya el único existente, y ni siquiera el mejor.
Generalizando de nuevo con descaro, la activista clama que “las mujeres no estamos en una situación en la que seamos libres para decidir qué hacer con nuestro cuerpo, tomamos esa decisión desde la necesidad, que viene provocada por la desigualdad”.
Pues no, no siempre. Algunos lectores que comentan esta pieza comentan con razón que ni mucho menos la mayoría de mujeres que prestan su vientre para una maternidad subrogada en países avanzados como Estados Unidos, donde tal como comenta otro seguidor, “las madres deben pasar un estricto control psicológico y económico para que, resumiendo, cuenten con un bienestar económico previo al contrato. Es decir, no lo hacen «para vivir». Y ejercen derecho voluntariamente. Más aún, muchas de ellas son descartadas”.
La sociedad actual rebosa de jueces improvisados, de gurús de la sociedad, de guardianes de la moralidad que, al igual que sucede en otras latitudes menos tolerantes, establecen lo que es bueno o degradante para la mujer. (Y de paso para el hombre). De forma individual siempre generalizan con ánimo de demostrar que si UNA SOLA dice “TODAS deseamos tal o cual cosa”, el juicio habría de ponerse con perfecta validez en boca de la totalidad de las mujeres del mundo. ¡Casi nada la pomada!
Pues como decía aquel Pato Nicol… ¡Anda yaaaaa!
Enhorabuena, Cantizano. Esa cara de felicidad no se paga con nada, ¿cierto?
Abelardo Hernández