Dos lectores preguntan por Esperanza Aguirre. Uno por los que la quieren ‘matar’ y otro por lo imprevisto de sus decisiones
(27-05-15) Esperanza Aguirre tiene, qué duda cabe, una personalidad política singular y controvertida. O se está con ella o contra ella. A nadie le es indiferente. Y no hay más que ver lo que está sucediendo en este tiempo post electoral para confirmarlo.
Ayer, la señora Aguirre llenó toda la actualidad política nacional. Un hecho que también se vio reflejado en los mensajes que recibí. Aunque debo reconocer que los dos que he seleccionado para comentar tienen el denominador común de que van directamente a su cuello por distintos caminos y motivos.
Pregunta de lector:
Respuesta de Sira:
Creo que el PP ya hace años que le declaró la guerra a Esperanza Aguirre. Desde que se sublevó contra Rajoy en el Congreso de Valencia. Desde aquel momento, la combaten gente del partido nacional. Desde que dejó colgando de la brocha al PP de Madrid y se retiró de la política de manera incomprensible, los enemigos los tiene en el propio PP de Madrid.
Pero lo que abrió la guerra totalmente fue su incomprensible y caprichosa vuelta a la política activa. Ahí ya todos se le pusieron en contra. Y como no gobierne exigirán su cabeza.
Hay quien asegura, en este periódico se dijo hace meses, que Rajoy la había puesto como candidata al Ayuntamiento de Madrid con una alternativa diabólica. Era la única que le podía mantener la ciudad de Madrid para el PP pero, si no lo conseguía, sería el momento de jubilarla.
Dicen la malas lenguas que la publicación de su declaración de la Renta fue fuego amigo para rebajar unas posibilidades reales de mayoría para gobernar. Se quedó a menos de 8.000 votos de un diputado más.
Dicho todo esto, sí creo que hay una guerra declarada contra ella en el PP de Madrid. Ha ganado pero no podrá gobernar. Ha perdido. Hay que echarla de la presidencia del partido. Cuestión de semanas.
Consideración de lector:
Respuesta de Sira:
Sin duda, ayer, reinó el desconcierto en la izquierda madrileña e, incluso, pozuelera. No había más que leer sus tuits para darse cuenta de que estaban al borde de un ataque de nervios.
Esperanza Aguirre había reaccionado, en su lucha por el poder, ofreciendo la alcaldía de Madrid a Carmona, que es el más débil de los candidatos, y cabía la posibilidad de que el profesor del CEU cayese en la trampa a causa de sus ansias de notoriedad.
En ese momento, la izquierda madrileña se puso de los nervios porque existía una posibilidad real de que Carmona aceptase y le declaró la guerra a Esperanza de manera brutal. Incluso, el PSOE se puso muy nervioso.
La postura de esa parte de la izquierda que representa al PSOE no hay quien la entienda. En ella prima la ideología antes que su propia supervivencia. Porque, como le entreguen el poder a Podemos, sus días estarán contados.
Al tiempo.