Toma de temperatura: El Ayto de Pozuelo hierve ante la proximidad de las elecciones. Oria, por ejemplo, huye de Quislant y solo se le oye cantar “Hoy daría yo la vida por no verte más”
La clase política del Gran Pozuelo de Alarcón está inquieta. A la mayoría de concejales, eventuales y demás vividores de la política pozueleras empiezan a correrle mil hormigas por los pies y subiendo…
Y es que, de pronto, ha empezado la precampaña electoral. Parecía que no llegaría nunca pero ya está aquí. Si veinte años no son nada, imagínense cuatro. Un soplo. Y menos aún cuando no se tiene la conciencia tranquila porque casi nadie ha cumplido con lo que le pagaban… Creían que nunca llegarían estas fechas pero el tiempo siempre llega…
Cuentan que el Ayuntamiento de Pozuelo hierve políticamente. Es cierto que hay concejales que ya lo dan todo por perdido y ni sienten ni padecen. Han pisado a las hormigas que les amenazaban y viven de lo más tranquilo.
Hablo, y no me equivoco, de los cuatro concejales de Ciudadanos Pozuelo (hasta hace poco pensaban que se quedarían en el PP a costa de su dignidad); hablo del concejal no adscrito que se siente engañado; de la concejala de Somos Pozuelo que no tiene excesivo apego al cargo, de la concejala de Vox que pasa de todo (y desde el primer día) con lo que se podría decir que ha sido un fraude político y, por último, de algunos concejales socialistas que ya han decidido no repetir…
Sin embargo, la mayoría de concejales del PP y los tres restantes de Vox viven en un sin vivir…
Así que vayamos por partes que diría Jack El Destripador y hagamos una primera toma de temperatura general y de cada uno de estos concejales hormigueros vivientes…
Empecemos por los concejales de Vox:
A Ignacio Fernández no le llega la camisa al cuello. Sabe de sus limitaciones y de los problemas internos que tiene Vox. Me dicen que se ha encomendado a la Virgen de la Consolación y que de seguir sería capaz de hacer El Camino de Santiago de rodillas, pero su experiencia en la vida le dice “fíate de la virgen y no corras”… Se conformaría con ir en la lista de 2023. Cosas del ego y la pasta, claro.
A Ángel Hernández le gustaría seguir pero no parece que lo vaya a hacer. Tuvo sus quince minutos de gloria, el soterramiento de las vías del tren ha sido un fiasco y lo normal es que deje paso a otro.
Alberto de Miguel (el más político de los cuatro) también lo tiene difícil. Y eso que ha tragado carros y carretas. Pero su problema ha sido que no ha destacado por nada.
Y ahora, turno para los concejales del PP que, tras una legislatura fallida, saben que la política pasa factura siempre.
La larga carrera política de algunos ha terminado. Seguro. Me juego el bigote. Hablo de Pablo Gil, Mónica García Molina (llevan cobrando del Ayuntamiento desde 2003) y Almudena Ruiz Escudero (aunque llegase su hermano porque, como concejala cuota política, su bono ha caducado tras estar 16 años viviendo del dinero público sin pegarle un palo al agua).
También tienen problemas Paquito Melgarejo (tras probar las mieles del dinero fácil es duro volver a Murcia), David Rodríguez (no es fácil ganar la pasta que gana siendo tan joven e inexperto) y Luis Magide (en su vida se había visto en una que le diesen tanta pasta por zascandilear).
Andan más tranquilos, por otra parte, Vicky Wharrier (tras su re-boda sabe que le buscarán acomodo sí o sí), Eva Cabello (volverá a sus quehaceres tras una experiencia poco grata, y no lo digo yo) y Ana María Rodríguez (tiene asumido que volverá a su empresa ya que sabe que llegó al cargo por amistad con Quislant).
Y quedan, finalmente Susana Pérez Quislant y Eduardo Oria, ay.
¿Qué hará el PP con estos dos lebreles que vinieron a Pozuelo de relleno y llevan 8 años dejando la ciudad como una era?
Ellos saben que se irán de Pozuelo. Lo saben. Quislant jugó fuerte a caballo ganador y perdió. Y eso siempre tiene consecuencias. Oria, aunque jugó a caballo colocado, su cercanía a Quislant lo ha achicharrado…
Quislant ya solo espera que alguien le diga cuál será su próximo destino. El de ELLA y el de su marido… Pero lo tiene jodido. En política no hay piedad. Puede, incluso, que se quede colgando de la brocha. Tiene demasiados cadáveres políticos a sus espaldas y eso siempre se paga. En cualquier caso, esta mujer conocerá a partir del 28 de mayo de 2023 el llanto y el crujir de dientes… Empieza a asumir su destino.
Hoy, El Tenazas de O’Grove daría la vida por volver atrás. Hoy daría la vida por no verla más. A Susana, claro. “Te lo juro por mi vida quiero ya olvidar…” Pero no le dejarán olvidar. Ha sido perverso y eso no se arregla con aquello de la “obediencia debida”. Ha habido muchos momentos en los que se regodeaba con las decisiones que tomaba. Y eso es de malvados.
Cuentan que, en la máquina de los cafés, su agonía política es el tema preferido de los ‘escaqueadores’. No es bien querido en el Ayuntamiento pese a sus formas suaves. Su forma de hacer política ha sido muy dura y lo pagará.
Todo dependerá de la fuerza que aún mantenga su familia en el PP… Y no parece que ya sea mucha…
Le esperan tiempos durillos y lo sabe…
Seguiremos tomando la temperatura del Ayuntamiento…
Amén.
El Capitán Possuelo