Virgilio M. Minguito ha vuelto y la expectación sobre su decisión en el caso McDonalds recorre los pasillos del Ayuntamiento mientras la alcaldesa intenta lavarse las manos

El lunes pasado volvió el esperado Virgilio M. Minguito a su puesto de trabajo como Gerente de Urbanismo y la alcaldesa Quislant, respiró. La mujer está metida en un jardín del que no sabe salir y le estaba esperando como agua de mayo. Necesitaba que viniera el Gerente de Urbanismo para que la sacara de un laberinto en el que, hiciese lo que hiciese, saldría malparada. De su alternativa del diablo.
Susana P. Quislant se había metido ella solita en ese laberinto y cualquier decisión que tomase era mala. No podía cargarse la licencia del Caso McDonalds, como le pide ese concejal embozado y amigo de Gonzalo Guitián, porque ella era la concejala de Urbanismo cuando se concedió esa licencia y esa decisión tendría castigo político, y no podía seguir manteniéndola legal porque quedaba mal con una tropa con la que se ha comprometido, malhaya la hora, a revocarla porque la liaron en el pregón de las Fiestas de la Consolación (¿delante de su hijo?), cuando ella andaba confundida por la presencia de la Olvidable Adrados y la ausencia de Cristina Cifuentes. Y eso también podía tener consecuencias políticas porque a la alcaldesa le aterra que le busquen las vueltas políticas por no haber cumplido su palabra.
Lo dicho, alternativa del diablo. La señora Quislant sabe bien lo que hablo porque es una clásica figura del derecho. Se haga lo que se haga es malo.
¿Qué solución tenía, entonces? Rezar para que viniera cuanto antes Virgilio M. Minguito y pasarle el muerto. Demos al técnico lo que es del técnico.
La alcaldesa ya había hecho bastante consiguiendo que Alicia Bernardo firmase la paralización de la obra tras amenazas, ceses, presiones y bajas de funcionarios que se negaban a firmar. Había cumplido, en parte, con la petición que le llegó en plan carta de amigos, a modo de recurso de reposición o algo así, y que olía a capricho de una asociación fantasmal y de un inefable personaje, amigo de concejal. La carta ni siquiera estaba hecha por un profesional del derecho. Todo era a estilo compadre. Cosa de amiguetes.
Y Susana ya no podía hacer más. Aunque es la alcaldesa, tocar temas de urbanismo es más peligroso que un cable en un charco y la espada de Damocles en forma de Prevaricación amenazaba con cortarle su cabeza política. Con las cosas regladas no se juega.
¿Por qué habría hecho caso a los cantos de sirena? ¿Por qué? ¿Por qué habría hecho caso a los que la animaron a seguir adelante para satisfacer su soberbia? ¿Por qué? ¿Por qué nadie le dijo que aquello era una cabezonería absurda? Cuánta inexperiencia.
Vuelve Virgilio. Vuelve.
Y Virgilio M. Minguito volvió como dije al principio. Y la alcaldesa le encargó, ‘en cero coma’, que volviese a estudiar las razones por las que se concedió la licencia McDonalds en su momento, cuando ella era concejala de Urbanismo.
-“Por Dios, Virgilio, vuelve a repasar los argumentos por los que se concedió. Mira a ver si encuentras algún error. Busca, busca… Si no lo encuentras, no pasa nada. Se hará siempre lo que tú digas pero necesito que la estudies de nuevo”.
Virgilio, que ya estaba informado y requeté informado del escándalo durante sus vacaciones y con más tiros que Cascorro en la Administración, aceptó sin problemas el encargo. El Gerente de Urbanismo sabía de sobra de qué va la vaina, que dicen en Latinoamérica, pero es hombre sensato. Lo sabe de pe a pa. Tardó nueve meses en conceder la dichosa licencia. Minguito es muy meticuloso y serio en su trabajo. Sabe que la Gerencia de Urbanismo vive sobre un barril de pólvora y es minucioso en sus comprobaciones regladas.
Y no solo eso, el Gerente de Urbanismo ya volvió a repasar el asunto durante el verano cuando le llegaron las alegaciones preceptivas tras la aprobación de la licencia. Y tampoco encontró nada raro. Como no vio nada raro en que se empezasen las obras del complejo. ¿Por qué iba a tener que encontrar algo raro ahora que era la tercera vez? Nada tenía sentido. Ningún técnico de la Gerencia había encontrado nada. Si lo hubiesen encontrado habrían firmado su revocación durante sus vacaciones.
Pero, desde el minuto uno, Virgilio supo que no tenía nada que discutir con la alcaldesa y que tenía que llevarse aquella carta personal a modo de recurso que le había llegado de parte de Guitián, o de su amigo el concejal o de vaya usted a saber quién y que lo había hecho tan defectuosa de forma. El Gerente sabía, desde el minuto dos, que tenía que volver a estudiar el recurso aunque ya no hubiese nada qué estudiar. Pero no podía negárselo a la alcaldesa porque sería desobediencia y se jugaba su puesto sin necesidad.
La alcaldesa quiere quitarse el muerto de encima. Está asustada. No quiere que el tema salga de Pozuelo y ha salido. Y, como ella no puede resolver, tiene que ser Virgilio quien lo haga. Es lo que toca. Si Minguito suspende la licencia habrá sido él quien lo habrá hecho y no podrán acusarla de prevaricación y, si mantiene la licencia, también se habrá quitado el muerto de encima porque habrá sido él Gerente de Urbanismo quien lo habrá decidido, con lo cual los amigos de su concejal no podrán echarle nada en cara.
Y en esas está Virgilio M. Minguito en estos momentos. Ganando tiempo, estudiando o aparentando que estudia lo que ya se sabe al dedillo.
Se admiten apuestas. Y apuesto 3 a 1 a que Virgilio mantiene la licencia. El Gerente de Urbanismo es listo. Es posible que, manteniéndola, arriesgue el cargo. Es posible que no se lo perdonen. Pero no va a arriesgar nunca el prestigio de su carrera como funcionario. El honor es patrimonio del alma y el alma solo es de Dios, decía Calderón de la Barca en el Alcalde de Zalamea.
El Capitán Possuelo
Muy bien Capitan, no se puede decir más claro, pero esa casa es un campo de minas y estas, están activadas, yo no me fiaría de la resolución, en cualquier momento pueden estallar y la ignorancia de algunos puede activar la espoleta de una de ellas.
A mi de toda esta historia, que lleva días y días siendo noticia, me interesan tres cosas:
– que el ayuntamiento cumpla con la legalidad con el menor coste a los vecinos
– que se respete el trabajo de los funcionarios y no existen daños legales para nadie
– y conocer cuáles son los lazos tan fuertes que unen al tal Guitian con el concejal amigo, porque aquí, o mucho me equivoco, pero hay lagarto, lagarto!!!
Muchas gracias por su participación. Saludos.
Unas preguntas Capitán, que merecen un comentario.
¿Va cerrar el ayuntamiento las oficinas del Diario de Pozuelo? ¿O en este caso, si son compatibles el uso deportivo con el de oficinas?
¿Va a ordenar a la cafetería-restaurante del Valle de las Cañas que cumpla los mismos horarios que tiene el gimnasio y les va a obligar a solo atender a los clientes que van a hacer deporte?
En ambos casos son instalaciones públicas, con contratos de alquiler -supongo- con licencias y por supuesto, que deben de cumplir los usos permitidos que sean compatibles.
Muchas gracias. Interesantes preguntas. Se le contestarán en la Sección ‘Cuéntaselo a Sira’. Saludos
Querido Capitán, tiempo ha que le recomende que investigara el caso y sigue sin hacerlo.
Según el PLAN GENERAL DE POZUELO DE ALARCON, PUNTO 7.5.3. COMPATIBILIDAD DE USOS indica:
“En las parcelas calificadas para usos de equipamiento, además del uso predominante se podrá disponer de cualquier otro que coadyuve a los fines dotacionales previstos, con limitación en el uso residencial, que solo podrá disponerse para la vivienda familiar de quien custodie la instalación o residencia comunitaria para albergar a los agentes del servicio.”
De forma que no solo no se cumple la primera premisa, ya que el uso predomiante pasa a ser el del McDonands, sino que si ese punto se cumpliera, ya me explicará usted en que coadyuva un McDonands a una Policlinica.
El resto me parece altamente interesante, pero como decia un viejo profesor ‘cuando algo es demostrable no es discutible’.
Muchas gracias por su participación, pero no sé quien es usted, no recuerdo su recomendación y menos que escriba con ese nombre. Saludos
Sería predominante, si superase en edificabilidad al uso principal.
Y según lo que dice «corruptometro», ¿qué pinta en Monteprincipe, en Quirón, en Nisa, en el Valle de las Cañas, en la gasolinera de Repsol, y en tantos y tantos sitios, un espacio de restauración?
El problema aquí es que ese espacio tiene nombre y a los vecinos ese nombre no les gusta.
Tal vez si se llamase Restaurante Los Remos, como en la Florida, estarían más contentos.
Y muy interesantes las preguntas acerca de si el Ayuntamiento va a cerrar las oficinas del Diario de Pozuelo en el Valle de las Cañas y la cafetería-restaurante del Gimnasio, por no coadyuvar y no cumplir los mismos horarios. ¿Lo va a hacer?
De paso también puede ir cerrando los locales de copas, restaurantes y talleres de la Av. de Europa, instalados en edificios residenciales, porque además de producir graves molestias, díganme ¿en qué coadyuvan?
Muchas gracias por su participación y aclaraciones. Saludos