Cuando los minutos de silencio se convierten en solo justificación política e imagen de nuestros dirigentes institucionales y no en soluciones reales para que esas tragedias no se repitan

La canallesca actuación con los populares europeos del “botado” Pablo Casado, criticando el acuerdo de gobernabilidad en Castilla y León, es un buen reflejo de los desaires que nuestra alcaldesa Susana Pérez Quislant muestra con los que no le ríen las gracias ni apoyan sus desatinos, puedan perturbar su futuro familiar y su sostenibilidad económica, porque el verde, aquí, si que es un color. Como en aquella coplilla de Luisa Linares y Los Galindos.
Recordaba nuestro director que, por las razones que fueran o fuesen, nuestra alcaldesa de cabecera no consideró que dieciocho años después del mayor atentado terrorista y consecuencia de tantas desgracias para nuestro país, con 191 muertos y más de dos mil heridos, mereciese un tiempo de respeto y silencio institucional, imaginando que discrepancias con la AVT o no entenderlo para su mejora política eran razón suficiente.
Pasado el minuto por la última mujer asesinada en nuestra villa, Lobna, y olvidada ya “su sonrisa” como nos recordaba su amiga en estas páginas, nuestra alcaldesa descubrió la oportunidad de un nuevo tanto “apuntándose” a Municipios contra el Maltrato y su “Tolerancia Cero”.
Salvo el pequeño detalle que no era nueva la idea propuesta porque ya se había aprobado, eso sí y por iniciativa de los socialistas locales, desde el pasado 25 de octubre del 2021 en esa carrera.
¡Qué traidoras son las hemerotecas y, por supuesto, las mociones plenarias que por escrito quedan, querida Susana!
Lo más grave, que nadie de tu cohorte te lo recordase…, los fieles que viendo oscuro el futuro comienzan a huir.
Pobre Lobna, sufrió vejaciones de un canalla toda su vida y cuando fue capaz de sobreponerse a las presiones religiosas, familiares, sociales y a su propio miedo todos la dejamos sola porque ¿qué hay de esa investigación pendiente que nuestra excelsa Susana se comprometió a llevar adelante al fallar el protocolo VioGén?
Sé que no le devolverá la vida, pero seguro podrá evitar alguna tragedia más, lo que servirá de, algún, consuelo a sus cuatro hijos el día de mañana.
Personalmente he echado en falta y mucho que ese sentimiento de pesadumbre, tristeza y apoyo institucional no se hubiese puesto de manifiesto y hecho visible, también, cuando apenas unos meses atrás una vecina nuestra acabó con su vida arrojándose a la M-503 en la rotonda soterrada con la M-508.
Imagino que no da votos que cuatro mil personas al año lo hagan en nuestro país, prácticamente el 75 % de ellas hombres y que su incidencia, suponga multiplicar por 90 los fatídicos asesinatos por violencia familiar-doméstica (de genero para la ministra de Igual-dá) o multiplicar por cuatro las referidas a las víctimas de accidentes de tráfico (de las cuáles se estima que el 5% conllevan esa patología).
Igualdad de trato y de compromiso demando para las conductas suicidas (por cada caso al menos hay veinte intentos más) pues en nuestro país, Expaña, cada dos horas y media una persona se suicida y no hay ningún plan, real, desde las distintas administraciones, mucho menos Municipales, para prevenir y anticiparnos a esta lacra que sigue creciendo y que deja tan maltratadas social, económica y anímicamente al entorno familiar y próximo de la persona involucrada en su propia destrucción.
¿Un minuto de silencio institucional?
Sin duda, pero con hechos, no rostros compungidos y sollozos televisados para ganando votos y a continuación, seguir con la vida diaria como si tal cosa.
Alejandre