Muere a los 86 años Joaquín Bernadó, el mejor torero de la escuela catalana gracias a su gran elegancia: Muy querido en su tierra, donde toreó cerca de 250 tardes

Joaquín Bernadó, considerado el torero catalán más importante de la historia, ha fallecido en Madrid a los 86 años a causa de una larga enfermedad.
Nacido en Santa Coloma de Gramanet (Barcelona) el 13 de agosto de 1935, Bernadó heredó la pasión taurina de sus padres: asiduos aficionados a la Monumental de Barcelona,
Maestro de elegancia y finura, Joaquín Bernadó fue un torero muy querido tanto en su Barcelona natal, donde toreó cerca de 250 tardes, en Madrid, como en Latinoamérica, donde llegó a ser el espada español con más paseíllos.
Tomó la alternativa en Castellón el 4 de marzo de 1956, ante el toro Carolo, apadrinado por Antonio Bienvenida y Julio Aparicio de testigo. Ese mismo año, confirmó alternativa el 10 de junio en Madrid, con Mario Carrión de padrino y Joselito Huerta de testigo, con toros de El Pizarral.
La ‘bernadina’ como remate a la muleta
Tuvo en las plazas de Barcelona y Madrid sus dos principales alberos, donde solía anunciarse en numerosas ocasiones a lo largo de la temporada, dejando grandes faenas y grandes recuerdos en la memoria de los aficionados.
A pesar de su corte fino, Bernadó se impuso a todo tipo de encastes; de hecho, el matador catalán fue uno de los pocos que se ha encerrado con seis Miura. Además, aportó a la Tauromaquia la bernadina: remate muy utilizado en la faena de muleta.
Su amor por la Fiesta hizo que, una vez retirado, siguiera impartiendo su cátedra en la Escuela de Tauromaquia Marcial Lalanda de Madrid y durante numerosos años en las corridas televisadas de Telemadrid, junto a Miguel Ángel Moncholi.
Considerado el mejor torero catalán, fue un férreo defensor de la fiesta de los toros en Cataluña cuando se prohibieron en esta comunidad autónoma.