Este es el barrio de la Estación de Pozuelo (que lleva 8 años abandonado) y ahora la alcaldesa Quislant quiere lavarle la cara con más humo pero sin que se le caiga la cara de vergüenza

Reconozcamos que el momento local que vivimos no puede ser ajeno a todo lo que nuestro “Sanchinflas” nacional, aló presidenciales incluidos, nos sigue deleitando en el día a día que, básicamente, se podría resumir en la humillación a todo lo que Expaña representa y el penúltimo ejemplo es hacer ir a nuestro Rey a escuchar los insultos de un individuo, bajo un sombrero, que tras defender comunismo y miseria, se acompaña con la ignorancia para explicar lo acontecido en, allende los tiempos, gracias a nuestros predecesores, aunque, imagino yo y viendo los “millones” de nativos apoyados por los gobiernos de la Pérfida Albión ¿hubiesen preferido las soluciones anglosajonas?
Dicho esto, la aprobación del millón de siempre por parte de Pérez Quislant para engrandecer nuestro barrio “ferroviario” no es que el fruto del enésimo intento de ubicar el barrio por parte de nuestra alcaldesa y de todos sus miembros de la Corporación.
Si se diesen un paseo “an-dan-do” por cualquiera de las dos aceras que van desde la Plaza del Gobernador hasta la glorieta de la Estación, todo lo que ven es: Decadencia.
No se preocupen por la longitud del barrio, al no conocer la zona, porque nadie los ha visto por aquí salvo en la procesión del Carmen o el día de la Cabalgata. En apenas cincuenta metros se llenarán de mugre, pintadas, abandono, suciedad y mucha, mucha desidia municipal.
Si eso ocurre en el plano principal, visualmente hablando, por donde más ciudadanos caminan obligados tanto por el tren como por el bus… ¿qué se imaginan poder encontrar en el resto del barrio?
Sí, se han adecentado algunas calles y las hay con acera y sin ellas, – siempre imposibles para caminar –; con distintos límites de velocidad y sin ningún carril bici, no sea que algún vecino la tenga y quiera disfrutarla. Siempre angostas, siempre ajenas al devenir futuro.
Pero, claro, si han tenido que pasar más de tres años para ponerse manos a la obra con el edificio explosionado en Benigno Granizo y seguimos sin que nuestra excelsa primera autoridad municipal enseñe los “famosos” billetes caribeños, porque a día de hoy seguimos sin saber, ante la tragedia que surgió, dónde estaba y por qué no apareció nuestra alcaldesa…salvo la preparación de las elecciones del 2023 ¿a quién le importa La Estación?
Al menos ya tenemos rotonda para acceder desde la Avda. papal, extraña e inclinada, pero, como las mismas para VOX y PP son sinónimo de modernidad: ¡vengan rotondas y dinero para alquitrán!
Madre mía, con esta tropa tenemos que seguir remando, sin viento, sin dirección y, por supuesto, sin capitán que guíe.
Pozuelo languidece y La Estación, cada día más alejada de la modernidad y, por supuesto, de Madrid.
Alejandre